Vínculo Ineludible

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JUNGKOOK

¿A donde diablos creía que iba? ¿Está niña que se supone que es mi compañera? Esta... Mariana.

No podía creer su descaro. Huyendo del hospital cuando se supone que estaba curandose. Huyendo a quien sabe donde lejos de la manada, lejos de mí.

Sabía que estábamos emparejados, y aún así, ¡huyó! Eso me estremeció y enfureció. Nunca nadie se había atrevido a desobedecerme. Los miembros de mi manada sabían que el precio era la muerte.

Su Alfa estaba por encima de todo.

Pero esta chica, esta doncella, esta humana que apenas había empezado a transformarse, ¿se creía por encima de mí?

Mis uñas se partieron y unas largas y afiladas garras ocuparon su lugar. Mis colmillos brotaron de mis encías, haciéndose más largos. Sentí que la cabeza se me iba a abrir de par en par.

Los cambios siempre son dolorosos... Pero esta vez era aún peor. Porque la mirada de la muchacha, la conmoción es sus ojos mejor dicho, el terror, me hacía dudar

Por alguna razón, no quería asustarla ni herirla. Un sentimiento profundo e incómodo, que nunca había sentido antes, crecía en mi interior. Como una mezcla de lujuria y... ¿Quizás... Afecto?

Aunque Mariana no era nada más que una desconocida para mí, una "ovejita" perdida que habíamos encontrado en el bosque, era como si de alguna manera la hubiera conocido y cuidado toda mi vida.

Un efecto secundario del vínculo de apareamiento, sin duda.

Lo maldije, apretando los puños, sintiendo que las garras se retraian y mis dedos volvían a la normalidad. Los dientes de lobo volvieron a meterse en la encías.

Solo mis ojos seguían brillando en dorado, un vestigio de mi animal carnívoro interno. Una parte de mi lobo quería hacer pedazos a esta chica por su insolencia. Mientras que la otra parte...

La otra parte quería que le arrancará la ropa y la empotrar a aquí mismo, en medio de este callejón abandonado.

Esos labios carnosos y temblorosos. Ese pelo largo y rubio. El cuerpo, tan joven e intacto, sediento del mío... Podía sentirlo. El deseo que sentía dentro de mí amenazaba con desbordarse en cualquier momento.

Empecé a pacearme para apartar los ojos so re ella y despejar mi mente. No funcionó.

-Realmente estas... -Marianq susurró con incredulidad- realmente eres un lobo...

-Un hombre lobo -gruñí- hay una diferencia.

-¿Cómo...? -preguntó ella, sacudiendo la cabeza, con aspecto abrumado- ¿cómo puede esto ser real? ¿Cómo puede estar pasando esto?

Qué chica tonta. Era como una niña.

Pensar que, de todas las mujeres dignas del mundo, la Diosa de la Luna había elegido a esta para ser mi compañera... Era como una maldita broma retorcida.

En el fondo sabía que nadie, y mucho menos Mariana, podía remplazar lo que había perdido. Me sacudi el pensamiento, reprimiéndolo como siempre lo hacía, para evitar emocionarme.

-Pronto lo entenderás -dije- una vez que te hayas transformado.

Miró su pierna vendada como si por fin se diera cuenta que esto no era una broma. Esta era su vida ahora.

Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora