Los Recuerdos Resurgen

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MARIANA

-¡Abre la puerta! -le grité a Kook.

Estaba bloqueando la entrada al calabozo.

-No voy a dejar que bajes ahí -dijo, tratando de mantener la compostura- no después de lo que pasó la última vez.
Durante mi última visita, Carl insinuó saber algo sobre mi padre, justo antes de que intentará matarme. Pero no iba a cometer ese error de nuevo.

Se hacía tarde.

Llevábamos más de una hora y me estaba impacientando.

-¡Tú! -dije, señalando a uno de los guardias- debes tener una llave -era bajito y fornido; no era el tipo de guerrero atlético que protegía las fronteras, y probablemente por eso le habían asignado este trabajo.

-Bueno, eh... -murmuró el guardia, rascándose su descuidada cara.

-¿La tienes o no?

-Por supuesto... Pero nuestras órdenes son no abrir esta puerta a nadie más que al Alfa.

-¡Y yo soy tu Luna! -dije, poniéndome en frente de la cara del guardia- ¿eso no significa nada?

No era un comportamiento normal típico de mí, pero estaba furiosa. Carl sabía algo de mi padre que no me estaba contando, y yo tenía que saber qué era.

-Umm... -dijo el guardia, mirando a un lado y a otro entre su Alfa y su Luna- realmente no quiero meterme en medio de esto.

-Esa no es una respuesta -respondí.

El guardia estaba claramente conmocionado.

-Tu trabajo es proteger la entrada y mantenerla segura -dijo Jungkook- y es más seguro cuando la puerta está cerrada, ¿no?

-Bueno, si...

-¡Entonces mantenla cerrada!

-Mirá, mi turno termina en media hora -dijo el guardia, indesiso sobre que hacer- ¿no puedes esperar a que aparezca el siguiente?

-¡NO! -grité. Volví a dirigirme a Jungkook- ¿es necesario que te recuerde tu promesa de tratarme como un igual?

-¡Bueno, no puedo hacerlo si un loco acaba con tu vida! -me gritó.

Había perdido todas las reservas.

-Ahora, he sido más que paciente -continuó- ¡pero esto tiene que parar! Tienes que ser razonable.

-¿Razonable?

Yo estaba echando humo.

No se puede discutir con él. Había tomado una decisión y no iba a echarse atrás. Y este guardia tenía mucho más miedo a Jungkook que a mí.

Sin palabras, me di la vuelta y me alejé.

-Mari... -Kook llamó tras de mí- ¿a dónde vas?

-A hacer algo "razonable" -respondí- ¡ir a la cama!

JUNGKOOK

Llamé a la puerta de la habitación.

-¿Puedo entrar? -pregunté.

-Tú eres el Alfa -dijo una débil voz- puedes abrir y cerrar cualquier puerta que te plazca.

Esto no iba a ser bonito.

Entré y encontré a Mari tumbada en la cama, había construido su muro de almohadas para dividir el colchón de nuevo. Se estaba convirtiendo en una albañil muy hábil.

Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora