Capitulo 12

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Bastian

Me quito la venda de la mano y gruño cuando noto que la fea herida me arruinó el tatuaje y todo por salvarle el culo a esa bruja para que después como maniática quisiera matarme. Está loca, le mandaré el contacto de un psiquiatra.

—Si sigues frunciendo el ceño así te quedarás con cara de perro rabioso para siempre.

La voz de Lia me saca de mis pensamientos y relajo un poco mi expresión.

—Ni un gracias me dijo.—resoplo mientras sigo detallando el corte pensando en las formas de arreglar el tatuaje. Lia suelta un suspiro de exasperación y la veo mientras rueda sus ojos.

—Entonces no le hubieses salvado el culo.

La miro de forma penetrante ante su comentario. Obvio tenía que salvarle el culo, aunque pude haber interferido antes y ahorrarle trabajo, pero era todo un deleite para mis ojos verla actuar, y mucho más cuando gritó esforzándose encerrando a los otros dowser, me sorprendió, no he llegado a ese número, hice bien en no subestimarla.

—¿Y ahora qué te pasa?, estás sonriendo como un imbécil, ¿eres bipolar o qué?—pregunta Lia, ahora ella con su ceño fruncido, adquiero un semblante más duro y serio de forma inmediata mientras voy al baño a quitarme la ropa y ver como me dejó el cuello esa víbora.

—Es fundamental mantenerla a salvo, sabes quien es ella.

—La reina Hartmann, claro.

—Ya basta Lia—le respondo cansado.

Suelta un gruñido ante su clara molestia. No entiendo porque le desagrada si aún no la conoce, no tiene razones para hacerlo. Yo si las tengo porque intentó matarme, justificado claro está.

—¿Por qué te fastidia tanto?—le pregunto porque odio quedarme con interrogantes.

—Casi te mata, es razón suficiente para mi.

—Es estúpido, recuerdo cuando una loca exnovia tuya casi me mata porque pensó que tu y yo habíamos follado y era bastante claro que ella no te fastidiaba.

—Era diferente.

—Si tu lo dices—le respondo mientras miro la pequeña cicatriz que se está formando en mi cuello, respiro hondo y cierro los ojos por un momento intentando calmar mi rabia con esa mujer, me dejó marcado como ganado.

—¿Qué piensas de sus amigos? Asher y Lois.—le pregunto a Lia y la examino cuando se tensa un poco ante mi pregunta—Mmm te tensaste, Grinaldi.

—Claro que no Warner, y no pienso nada de ellos, no los conozco y no quisiera hacerlo.

La miro dudoso porque algo quiere ocultar, comenzamos una batalla de miradas esperando quien se rinde primero, pero ella adquiere gestos más duros que me causan más curiosidad, no está dispuesta a perder y por eso quito mi mirada y me acuesto a su lado.

—Mentirosa.

—Chismoso, y ya me voy a mi habitación, necesito un descanso después de esta noche, intenta no soñar conmigo.—se despide dándome un beso en las comisuras de los labios.

—Ya quisieras.

Sale de mi habitación de forma sigilosa y me pongo a recapitular todo lo que pasó hoy. La señorita Hartmann bailando en aquel tubo causó reacciones que no voy a nombrar, su coqueteo con Asher, su forma de matar y de casi matarme.

Se veía muy linda hoy, caliente más bien, como sus pezones empezaron a traspasar la tela de su bralette y su piel se erizaba. Que orgullosa al no recibir mi chaqueta de verdad, se que no debí invadir su mente en nuestro primer encuentro, pero me carcomía la curiosidad respecto a ella y valió toda la maldita pena, aún recuerdo cada una de sus reacciones esa noche y el atrevimiento que tuvo al coquetearme en forma de distracción, ya quisiera ella.

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