Capitulo 17

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Abro los ojos con pereza y la luz del sol colándose por mi ventana hace que los vuelva a cerrar. Mi cuerpo ya no duele tanto como ayer, pasé una noche de mierda, sentía como si mi cuerpo hubiese sido arrollado por un camión del peso de un elefante, sumándole a eso, el imbécil de Bastian se me coló en los pensamientos por toda la noche como un parásito.

Creo que estoy conviviendo mucho con él.

Esa convivencia parecía agradarte ayer.

Ignoro a la vocecita loca de mi cabeza y me dispongo a levantarme de la cama, bañarme y cambiarme para mi encuentro con Ash y Lois.

Me acomodo bien mi enterizo, me calzo las botas y me hago mi cola de caballo habitual. Me miro al espejo observando mi figura asegurándome de estar perfecta.

Salgo de mi habitación dispuesta a ir al lago a encontrarme con Ash y Lois, pero como si tuviesen vida propia mis ojos se deslizan hacia la habitación del pasillo que se encuentra entreabierta.

Intento controlar el impulso de ir a echar un vistazo, sin embargo, una ojeada no me hará daño.

Estás muy rara, acosadora.

Silencio.

Camino sigilosamente hasta estar a unos metros de la puerta, me pego a la pared e intento escuchar más allá de ella con la intención de saber si puedo asomarme.

Al parecer no hay nadie.

Asomo un poco la cabeza y veo una cama amplia con sábanas negras desordenadas y un gran ventanal con una vista casi igual de linda como la mía.

Me llama mucho la atención una parte de la habitación, una pared llena de espadas, haladies y cuchillos, tiene su propio arsenal en su habitación.

¿Por qué no tenemos algo así?

Tengo más armas que él.

Si, pero tú las tienes en el closet, él las tiene en la habitación ordenadas y exhibidas.

Presumido.

Estoy a punto de irme hasta que mis ojos captan movimiento y jodida mierda.

Tenemos que tenerlo si o si.

Bastian sale del baño con una toalla amarrada a su cintura y la vista me pone a babear en un dos por tres, su cuerpo, bíceps, brazos y piernas siguen mojadas. Su cuerpo chorreando agua y su cabello, su maldito cabello negro empapado le cae hasta las cejas, la vista es tan magnifica como caliente.

Sacude la cabeza lanzando gotas de agua al piso mientras toma una toalla de manos y empieza a secarse el cabello, alborotándoselo.

¿Cómo una acción como esa puede prenderme como una antorcha?, si sigue haciendo eso tendré que ir a cambiarme las bragas.

Los músculos de los brazos resaltan y tengo ganas de tocarlos.

¿Qué mierda me pasa?

Por mi quedémonos viendo este espectáculo todo el día.

Recapacito y estoy a punto de retroceder cuando escucho una risa femenina en la habitación, de golpe y sin pensarlo me asomo más hasta ver una figura femenina rodeada con una toalla.

Ya no quiero seguir viendo.

Lia pasa por su lado chocando su hombro y ríe por ese estúpido acto, se acuesta boca abajo en la cama apoyándose en los codos, resaltando su pomposo y feo trasero mientras empieza a andar su teléfono

Bastian parece no importarle la posición en la que ella se encuentra, la cual hasta yo podría verle el cerebro.

Se deja de secar el cabello y lanza la toalla mojada a la cabeza de Lia.

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