Capítulo 12

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Inexplicable

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Inexplicable.

Nicole.

Enterré mi rostro en la almohada disfrutando la brisa fresca que entra por la ventana que da justo en mi piel desnuda, sentí el movimiento de unos zapatos caminar por la habitación en la que tuve sexo con el mafioso y dormí, como pude me senté en la cama cubriendo mi desnudez con la sabana hasta encontrarme con Alessandro abotonando su camisa mirando el ventanal donde la luz del día daba justamente en la inmensa habitación y sentí sus ojos mirarme causando una extraña sensación dentro mío al verlo después de lo que ambos hicimos, tuvimos sexo descontrolado, salvaje y no puedo negar que me gusto, ya veo el porqué de todas las mujeres quieren mantener a sus pies a este si folla bien.

-Tienes treinta minutos para bañarte- demanda seriamente encaminándose a la puerta sin mirarme- Luego baja que servirán el desayuno, no te olvides de la pastilla.

Sin más se fue dejándome completamente en la soledad, solté un suspiro de cansancio volviendo a tirar mi cabeza hacia atrás dejando que la almohada la apoyará y me quite la sabana dejando al descubierto mi desnudez, mantuve mis ojos en el gran ventanal que daba la luz del día nuevo y procesando en mi cerebro todas las imágenes de las poses que mantuve con el mafioso durante el salvaje sexo y también el potente orgasmo que le brindo a mi cuerpo, ni siquiera con mi ex novio había logrado llegar a tal potencial y menos a un orgasmo cargo de semen que a fin de cuentas terminó sembrando su semilla en mi interior.

Me levanté de la cama dejando que mis pies descalzos toquen la alfombra peluda y miré la mesa de luz encontrándome un vaso de vidrio lleno de agua con un tablero lleno de pastillas anticonceptivas, solo lo ignoré para encaminarme como si nada al baño donde aproveche el agua fría y me puse un vestido largo azul marino dejando mi cabello húmedo suelto, salí de la habitación cargando en mi mano derecha las pastillas y baje las escaleras dejando que los tacones se escuchen.

-Buenos días- saludó amablemente una mujer mayor sonriendo- Soy Carmen, la cocinera y la están esperando en el patio para el desayuno, señorita.

-Muchas gracias, Carmen- agradecí sonriendo y la seguí lentamente hasta el patio trasero donde en una larga carpa blanca se encuentra una mesa larga con sillas y todos los mafiosos reunidos.

-¿Desea desayunar algo en especial, señorita? - me pregunta sonriendo.

-Con lo que ustedes preparen estará bien- le respondo amable y me encaminé a la mesa captando la mirada de los ojos de Alessandro que desayunaba a un costado de su madre.

-Buenos días, querida- saluda amable pero con seriedad Enzo Lombardi.

-Buenos días a todos- salude sentándome al lado del mafioso y justo a mi lado izquierdo se encuentra Giulia que no dudo en darme una sonrisa.

La cocinera me colocó el desayuno al frente mío y solo le sonreí comenzando a desayunar tranquilamente dejando las pastillas en mi regazo, mientras que los hombres comenzaban a hablar de sus negocios y a veces soltaban unas pequeñas risas por algo que comentaba Dante que estaba al frente mío sentado, pero solo me mantuve devorando mis tostadas con crema que no cabía duda que están riquísimas.

Tentación Italiana © #1 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora