Tentación Italiana © #1 [+21]

Epílogo

Cuatro meses después.

Nicole.

Las nevadas en estás temporadas son con frecuencia al igual que intensas en cada hora del día, los días nublados y la caída de nieve inundaba las calles de Louisville, pero no era algo que le tomará importancia al extremo porque las temporadas de invierno son mis favoritas y esos días aprovechaba en quedarme en mi departamento encerrada estando sola sin tener el más mínimo contacto con las demás personas que me rodean. Pero ya veo que este año será distinto al resto, mi hermano Jordan se instaló en mi casa para convivir un tiempo conmigo y también contando con la presencia de Arabela, quién llegó nuevamente a nuestras vidas hacía exactamente dos semanas atrás porque Giulia me había contactado con urgencia queriendo que sea su modelo de práctica para unas secciones de fotos, lo cual, fue algo que no pude negarme en absoluto.

—¡Deja de hacer tanto ruido, Jordan! — grita molesta Arabela desde afuera de la habitación y reprimí una sonrisa. — ¡Nicole está durmiendo, baja esa música y ayuda a ordenar la casa!

—¡No eres nadie para obligarme a hacer algo que no quiero! — le grita mi hermano.

—Y le agradezco al señor no ser nada tuyo, idiota— le dice con molestia. — No te quejes, ayuda a limpiar y luego haces lo que se te plazca.

—Sí, iré a coger con alguna chica— le dice despreocupadamente Jordan.

Escuche unos pasos en el living, las cajas moverse junto con algún que otro mueble en el espacio ese y decidí sentarme en la cama estirando mis brazos hacía arriba sintiendo mis huesos sonar, mientras soltaba un bostezo debido a la gran siesta que había querido tomar desde hacía unos cuantos días atrás y encontré la oportunidad de hacerla este día sábado.

—Espero que no te trasmita las enfermedades sexuales— le dice Arabela y solté una risa ante su comentario.

Esa era mi chica.

Me levanté de la cama para acomodar las sabanas y busque mis pantuflas felpudas sintiéndome increíblemente tranquila, más relajada de lo habitual y salí de mi habitación colocándome como podía un sueter grande que era de Ignazio, pero antes de irse me lo había regalado y siempre lo uso porque es demasiado cómodo usar prendas de hombres. Miré como mis dos acompañantes estaban discutiendo en que sitio colocar el sofá grande en forma ele negro, rodé los ojos para pasar de largo e ingresar a la cocina en busca de unas donuts que había comprado está mañana antes de volver.

—Solo dejen en sofá en donde se pueda ver la televisión— le comenté seriamente y busqué una taza para prepararme un poco de chocolate caliente— Dios mío, parecen dos críos.

—Jordan me hace cabrear— demanda molesta Arabela soltando una caja vacía contra el suelo. — Me dan ganas de matarlo porque si actitud es demasiado arrogante.