Tentación Italiana © #1 [+21]

Capítulo 21

Alejamiento.

Florencia, Italia.

Nicole.

Creo que convivir una semana entera con Giulia, fue menos inesperada y alocada, pude ser yo misma ante sus ojos y disfrutando cada momento su compañía. Estando ayudándola, aconsejándola y practicando con el tema de la moda, usando a su prima menor como modelo, pero al caer la noche después de la cena cuando llegaba a la habitación fría y oscura, me sentía sola y decidía ponerme a dibujar antes de irme a dormir usando una camisa blanca que no cabía duda que era del mafioso que no veo desde hace varios días y creo que era lo mejor.

No tengo que estar a la defensiva, ni menos tenerlo cerca con ganas de sexo o que me trate como su empleada. A pesar que me hace falta el sexo, puede satisfacerme a mí misma usando mis dedos a pesar quería los suyos, y antes de llegar al orgasmo me frustraba por no tener al maldito italiano conmigo y decidía dormirme dejando el asunto a medias. Pero vamos, a veces las mujeres necesitamos un hombre para cumplir el proceso y yo lo quería al italiano maldito ese.

—Una maldita semana encerrada en esta casa— hable para misma molesta y estiré las cortinas abriéndolas para permitir que la luz solar entrase— Maldito mafioso de porquería. Me trae para dejarme tirada.

—Bueno, vemos que nos levantamos bravas esta mañana— dice una voz femenina conocida y me giré sobre mis espaldas para enfocarme en Anna.

¿Pero qué mierda hace acá?

—Y vemos que solo sabes invadir espaciosos personales— demande más molesta que antes.

Su presencia me harta y llega a todos mis malditos límites de ser humano.

—Sé que morías por ver mi bello rostro, Nicole— dice sonriendo apoyándose en el marco de la puerta— ¿Alessandro no pudo cumplir tus fantasías de puta?

—¿Y las tuyas tampoco? — contrataque sonriendo. — Me vale mierda lo que digas.

—Ya me acosté un par de veces con él— comenta ingresando a la habitación. — Y lo seguiré haciendo por el resto de su vida.

Las dos juntas en un mismo espacio y solas, no es una buena combinación y menos conmigo que tengo ganas de enterrarle un tiro en los ojos y luego en la frente.

—No me interesa saber cuántas veces te has follado a Alessandro— demandé aproximándome a ella. — No alimentes tanto tu ego por una verga, cariño. Hay muchas de ellas en el mundo.

Y sin decirle nada más, ni siquiera esperar alguna palabra de ella me dirigí hacía la salida donde comencé a caminar por los pasillos cortos hasta la habitación donde se está quedando Giulia y toqué con mis nudillos la puerta. Pero antes que apareciera la castaña mayor, la figura de su prima se hizo presente mientras me sonreía un poco y me permitió ingresar.