XIV

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Cuando un veneno entra a tu cuerpo no hay mucho tiempo para entrar en acción. Toda medida debe llevarse a cabo en el momento en el que ocurre.

El cuerpo puede sudar y la boca se seca;  se puede presentar cierta confusión con el entorno y espasmos musculares. Hay quienes vomitan como si el veneno fuese a salir por la boca en cualquier momento.

Mu QingFang había visto durante todos sus años como médico y desde su corta infancia varios casos de envenenamiento, nada muy grave. Esos síntomas son los más normales y hay antídotos capaces de contrarrestar varios venenos leves causados por flores variadas y criaturas extrañas. Algunos incluso se pasaban con un poco de leche.

Pero jamás había atendido un caso de un veneno sin cura, menos en un niño tan pequeño como el hijo de sus shixiongs. Llevaba por lo menos dos horas en la casa de bambú en Qing Jing con cinco de sus mejores discípulos tratando de reducir la fiebre alta del niño causado por el veneno, regulando su temperatura corporal y cuidando que no se ahogara con su vómito entre la serie de convulsiones de le daban.

Era una visión terrible.

En cuanto todos llegaron a Qing Jing se encerró en la habitación de sobra en la pequeña casa y no permitió que Shen Qingqiu ni Liu Qingge entraran a la habitación con él. No era una vista que deseaba que ellos contemplaran.

Si a él se le partía el corazón viendo a un niño de seis años en un estado tan deplorable, ¿cómo no reaccionarian sus propios padres? El vínculo entre padres e hijos podía llegar a ser demasiado fuerte y conocía a sus hermanos de secta como para saber lo mucho que amaban y adoraban a su único hijo.

El niño que Shen Qingqiu defendió con uñas y dientes desde el momento en que supo de su embarazo. Ni siquiera le había importado morir si podía intentar llegar al término de su embarazo y dar a luz a un niño sano.

Una vez que Shen Yuan recuperó un poco de color, salió de la habitación para ver a ambos señores de cumbre dando vueltas en círculos frente a la puerta esperando noticias. Ambos intentaron guardar la compostura al verlo salir.

"Pude reducir la fiebre por el momento, su recuperación será lenta."

Intentó ser breve y conciso. No creía dar largas explicaciones y usar toda clase de términos médicos fuera a ayudarles a sentir menos miedo en ese momento. Era un médico, debía intentar actuar como tal.

"¿No hay algo que podamos hacer Mu Shidi?" Liu Qingge sintió la mano de Shen Qingqiu temblar y le dio un leve apretón.

Ambos estaban asustados.

Mu QingFang negó sintiendo lastima y tristeza por el futuro del pequeño niño.

"Me temo que no, al ser aún muy joven para desarrollar un núcleo dorado no tiene la misma capacidad de curación que podría tener un cultivador. De ser así él podría por lo menos regular su temperatura y solo recurrir a transfusiones de energía para sentirse mejor un tiempo."

Ninguno de los padres dijo nada y él lo vio como el momento adecuado para continuar con su diagnóstico.

"Y... su cuerpo es muy débil para soportar el veneno de sin cura, puede tener graves recaídas en el futuro y sus celos se pueden ver alterados por el efecto. Siendo sincero, es impresionante verlo aún con vida, un cultivador podría ver afectado su cultivo para siempre pero un niño... no tendría forma de contrarrestar el veneno. Es un milagro que Shen Yuan siga con vida."

Mu QingFang se arrodilló frente a ellos con la frente sobre sus palmas juntas, sin poder mirarlos a la cara. Se sentía decepcionado de sí mismo, no creía merecer el perdón de sus hermanos marciales por tal decepción que había hecho. Le habían confiado la vida del pequeño en sus manos y esta vez no podía hacer nada por él.

Hijo De Una Clara Canción De Otoño |SAVE| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora