Hijo De Una Clara Canción De Otoño |SAVE|

XV

¿Luo BingHe... era un tonto?

No, su madre una vez -quizá varias veces en realidad- le había dicho que tonto era el que hace tonterías y BingHe no lo era. La cuestión es que no encontraba una forma de proteger a Shen Yuan del mundo ni de sí mismo y eso solo podía significar que tal vez era demasiado estúpido para no idear un buen plan, porque no podía haber forma de que jamás pudiera estar a salvo. BingHe comenzaba a creer que las desgracias que le ocurrían a Shen Yuan eran en mayor parte su culpa y eso le aterraba más que a nada.

El pequeño Shen Yuan era un niño tan alegre y delicado y BingHe tal vez en realidad sí era la bestia que su maestro se empeñaba en demostrarle que era. Todo el mundo a excepción sus shijies, su difunta madre y Shen Yuan, se lo decían a menudo.

¿El golpe en la cabeza por el guanyin de jade? fue culpa suya y de sus shixiongs.

¿El veneno sin cura? El niño se arriesgó por la lentitud y falta de atención de BingHe a su entorno.

¿Los raspones en sus rodillas? Shen Yuan era una persona un tanto... despistada. Cualquiera diría que su cuerpo se siente fuertemente atraído hacia el suelo. ¡Pero BingHe debería ser capaz de evitar todas esas veces en las que A-Yuan se ha tropezado incluso con nada para caer al suelo! ¡él era culpable por no ser rápido y anticipar tales accidentes!

Su difunta madre una vez le dijo que, si se metía en una pelea -y esperaba que no lo hiciera seguido- que evitara recibir golpes en la cabeza porque son mortales. Uno puede morir por un fuerte golpe en la cabeza o en el mejor de los casos, no volver a moverse aún estando vivo.

Cuando los niños de su pueblo le pegaban y ella iba pasando por ahí, lo primero que gritaba al verlos y acercarse corriendo era:

"¡no le peguen en la cabeza, no en la cabeza!"

Ella tenía la esperanza de que incluso si su hijo pasaba hambre en pocas ocasiones y la gente a su alrededor lo maltrataba, algún día sería un gran y respetado cultivador por su ingenio y buena actitud, pero siendo golpeado en la cabeza todo el tiempo no lo ayudaría a llegar a su meta. ¿Qué hubiera pasado con el pequeño A-Yuan si el golpe en la cabeza se volvía un asunto grave? No tenía un núcleo dorado ni la formación de un cultivador para sanar ciertas heridas, ¡podría haber muerto!

Temía tanto por el bienestar de Shen Yuan. Era bastante confuso, pero a la vez bueno, lo mucho que se había encariñado con él. Quería demasiado a Shen Yuan.

Daría todo por A-Yuan.

Se sentía inútil y estúpido viendo la casa de bambú desde el río, observando a sus Shixiongs, a Ning Shijie y a los otros señores de cumbre yendo y viniendo de visita para animar y regalarle cosas a Shen Yuan. Él había recogido unas cuantas flores pequeñas que crecían en el bosque y con algunos de sus ahorros compró dulces en el pueblo bajo la montaña para él. Sabía que habían muchas cosas que Shen Yuan aún no probaba al jamás haber bajado de la montaña, tal vez algo dulce y nuevo lo animaría en esos momentos.

Pero él no tiene permitido entrar, su shizun se lo dejó muy claro.Tuvo que pedirle a su shijie y a Liu MingYan, la tía de Shen Yuan, que le dieran los regalos en su lugar sin que su maestro o Liu Qingge se enteraran y ellas habían prometido guardar el secreto.

Tampoco es como si quisiera ser visto por sus shixiongs y ser mofado por lo que llevaba. Tal vez Shen Yuan piense que es lindo y no le importe que no sean flores extravagantes ni dulces de la más alta cocina. Algún día aprendería a hacer más que los simples platillos básicos que sabía cocinar y haría manjares para él, tal como todo lo que merece.

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El cuarto extra estaba rebosando de regalos caros, algunos enviados por sus abuelos que llegarían a verlo a la montaña en pocos días y otros, varios en realidad, de parte de Yue QingYuan. ¡El hombre al volver a la montaña y enterarse de todo el chisme con los demonios y su terrible accidente con el veneno de sin cura, corrió a comprar toda clase de cosas para el hijo de su amado shidi! ¡ni siquiera escatimó en gastos! Fue el que más duró de visita en la casa hasta ser corrido de la cumbre por una madre omega enfadada.