XI

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La noche siguiente después de arropar a Shen Yuan, Liu Qingge esperó a que Shen Qingqiu llegara. Su esposo omega apareció en la entrada casi a la media noche, extrañandose al ver el rostro sombrío de su alfa bajo la luz de una vela.

"¿Qué sucede?" Shen Qingqiu quitó el tocado de su cabello y dejó su cabello libre, quitándose las túnicas exteriores en el camino "te ves demasiado serio esta noche, ¿A-Yuan ya está dormido?"

"Si, se quedó dormido en mi habitación."

"Bien" el omega se sentó junto al alfa en el suelo frente a la mesa de té vacía "¿Qué te pasa? ¿Ocurrió algo con Shen Yuan mientras no estaba?"

Liu Qingge soltó un pesado suspiro y recargo sus brazos sobre la mesa. Shen Qingqiu prestó demasiada atención a eso, su esposo normalmente no se comportaba de forma taciturna. Está demasiado callado para ser él mismo.

"Nuestro hijo hizo una rabieta ayer..."

Qingqiu alzó una ceja "¿tenemos otro hijo?"

Liu Qingge puso los ojos en blanco y se inclinó hacia atrás. No era momento para que el omega estuviera de humor para burlarse de él. ¡Era un tema demasiado serio!

"¡No! Shen Yuan hizo una rabieta ayer porque no quería dejarlo jugar con tu apestoso discípulo."

"¿Por qué no querías dejarlo jugar con Ming Fan?" Preguntó Qingqiu con cierto tono de molestia, no le agradaba que sus discípulos jugaran tan brusco con su hijo y aún así los dejaba, no veía porqué los suyos no podían "Siempre cuida de él y le gusta jugar con Shen Yuan."

"¡No, él otro discípulo! El nuevo, ese tal Luo BingHe"

¿Qué?

"Yo no permito que Shen Yuan juegue con él. Le he prohibido a esa bestia ingrata de Luo BingHe jugar con él y hablar sobre él con alguien que no sea de la secta."

"¿No es Luo BingHe uno de tus discípulos? Suena a que no es uno de tus favoritos..."

"No me gusta Luo BingHe, eso es todo" contestó de mala gana Qingqiu. Su buen humor se había ido.

El señor de la cumbre de Bai Zhan se acercó más a él y posó una mano en su espalda baja. Shen Qingqiu normalmente lo apartaría y se iría a dormir después de echarlo de su casa, pero no estaba de ánimos para hacerlo.

"Se que no te gustan los alfas, a mi tampoco me gusta que se acerque mucho a él."

"No es solo eso... hay algo en esa pequeña bestia que no me gusta, puede mostrarse nervioso un momento y demostrar inocencia junto a un talento innato o lo que quiera en otro momento; su rostro y su aroma no me parecen algo bueno pero aún no encuentro el porqué. Me inquieta que esté cerca de mi hijo."

Recordaba el rostro infantil de ese niño hace dos años, temblando frente a él después de haber pasado exitosamente la prueba; con una pequeña bolsa con parches en mano y un cabello desastroso.

Por un momento vio en su rostro a una mujer que había conocido en el pasado.

Había algo en él, en su mirada, que le hacía hervir la sangre y erizaba su piel en instantes. Algunos alfas dominantes podían tener ambos efectos en la gente. Podían llegar a tener auras tan poderosas como las de los demonios.

Encima de ser talentoso, había resultado que Luo BingHe se convertiría en un apestoso alfa dominante en el futuro.

"Tampoco sería bueno que Shen Yuan se acerque demasiado conforme sigan creciendo. Los niños son demasiado sensibles a los aromas y puede perturbar su olfato y sus hormonas estar cerca de un alfa en plena pubertad que no sea de la familia."

Hijo De Una Clara Canción De Otoño |SAVE| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora