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Entró a su habitación botando el saco que traía puesto y comenzando a desabotonar su camisa. Agradecía el hecho de que su padre tenía guardia esa noche, no estaba de humor para tratar de ocultar su malestar. Solo quería irse a la cama y dormir, mañana tendría clases temprano.

- Idiota - murmuro, cuando su cabeza tocó su almohada.

Tan solo al recordar esa estúpida cara lo hacía querer golpearse a el mismo. Aunque toda la situación era irritante, no podía solo hecharle toda la culpa al Alfa... El jamás debió dejarse llevar por las palabras de Rin, debía de encontrar otra forma... Pero estaba desesperado y ahora está condenado a este tipo. El típico rico que le vale la vida de las demás personas... Acostumbrado a siempre salirse con la suya...

¿Habría alguna forma de arrepentirse ahora?

Todavía tenía ese dinero guardado, no había hecho uso de este... Si se lo devolvía... Un suspiro salió de sus labios y puso una mano en su cabeza, ¿Que es lo que haría después? Aún cuando el engreído tipejo ese aceptaré de vuelta su dinero y lo dejara en paz, ¿Cómo pagaría su colegiatura?

Solo sería un año... Un año aguantando esta actitud arrogante del Uchiha. Después de eso, el tipo seguirá en su maravillosa burbuja y Kakashi seguirá su vida...

Kakashi soltó un gruñido rodando por su cama, quedando boca abajo. Por la luz que entraba de la farola por su ventana, el Hatake se percato de un destello en su mano. Anteriormente el Alfa le había dado dos sortijas, hasta ahora no había podido apreciarlas correctamente.

Eran sencillas, ambas de un color puro plateado... La diferencia solo radicaba en qué la de compromiso tenía una gema pronunciada en medio, mientras que la otra, solo era lisa. El recuerdo de ver una sortija similar en el dedo del Alfa hizo que un escalofrio recorriera su cuerpo.

Jamás pensó que el tendría un anillo en conjunto... Un anillo de matrimonio.

Tuvo que apartar esos pensamientos cuando una sortija abandonada en la mesa familiar apareció en su mente.


















Sus ojos se fijaron en el resplandor de su dedo, extendió la mano para visualizarlo mejor aún sin levantarla de su lugar en su pierna.

Habían pasado dos días desde su último encuentro con el Omega problemático. Tal vez se extralimito al gritarle pero había estado cazando a Aneko-Sama desde hace meses, necesitaba que el negocio se concretará con ella, para eso era la cena. Aneko había dicho una y otra vez que no estaba dispuesta a vender acciones de su empresa... Por eso tuvo que hacer la cita lo menos formal posible... Llevar la conversación poco a poco hacia eso, convenserla de ser capaz de cuidar a su bebé empresarial... Pero toda la noche solo se la pasaron hablando de lo lindo que era el dichoso Omega y de la buena pareja que eran, Tsk.

El dolor de su cabeza regreso, cerro lo ojos con fuerza y pasó una mano por su cara, después por su cabello despeinadolo un poco. Su vista se fijo en la vista que le ofrecía la ventana del auto.

¿Cuánto más tardaría Hidan?

Su pie se movió impaciente y rodeó su estómago con sus brazos, sus mejillas se inflaron y siguió viendo el parque de enfrente. Buscando algo para entretenerse... hasta que algo captó su atención. Su mirada fija en la escena a metros de distancia de su auto.

- Eh ¿Que hay de interesante por ahí? - oye la voz juguetona de Hidan a su espalda, quien apenas entraba en el auto.

- Nada - murmura sin apartar la mirada.



















Una mueca se le hizo en el rostro cuando por un instante perdió el equilibrio y casi cae en la acera, aplastado por la enorme caja llena de suministros que cargaba. La distancia entre el almacén de la cafetería y el camión de carga parecía extenderse con cada paso que daba.

Manual De Cómo NO Conseguir Un Esposo: Según Hatake KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora