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Esto era algo que debía pasar, tarde o temprano. Era algo completamente inevitable. De todas formas Kakashi no tenía tanta suerte, nunca la tuvo, es más el es la persona que definiría lo que es la mala suerte es como si fuera alérgico a tener aunque sea un poco de piedad de la señora fortuna.

La cabeza le dolía, el cuerpo le dolía, la garganta le dolía, no había nada que no le doliera a Hatake Kakashi.

Su alma misma le dolía, le quemaba, le ardía.

Pero justo en ese momento, en aquel momento, ese dolor... Todo eso que se le revolvió en el estómago, estalló, y se convirtió en algo más. Con un fuerte gruñido saliendo desde lo más profundo de su vientre. Kakashi se dió la vuelta lanzando el primer puñetazo directo hacia la cara.

Óbito no hizo nada por esquivarlo o no pudo hacer nada.

Los demás golpes siguieron con tanta fluidez. Golpeó su pecho, su rostro, tanto con palma abierto como con puño cerrado, todo mientras que por el esfuerzo y el coraje que sentía dentro emitía gritos.

Desde el primer momento Kakashi sabía que no iba a ser tan fácil superar a Óbito sin embargo, después de dos semanas nunca pensó que esto sería lo primero que haría al ver su rostro.

Kakashi siente que se lo busco.

Kakashi pateticamente siente que no puede culpar a Óbito de todo.

¿De ilusionarlo? Sí.

¿De sus mentiras? Definitivamente.

¿De su cinismo? Obviamente.

¿De querer cambiar su suerte? No, eso solo es culpa de la idiotez que se carga él mismo.

- ugh

El cuerpo de Kakashi cayó directamente al suelo, sus rodillas amortiguando aquella caída. Su misma condición hacia que no pueda soportar más de esto.

- ¡Kakashi!

Grito Óbito sintiendo que el aire se le salía de sus pulmones una vez que el Omega tocó el sucio suelo. Estirando inmediatamente sus manos para alzarlo, para asegurarse que el estuviera bien, que no haya resultado herido... Más...

En realidad...

Kakashi se veía muy mal.

- ¡No te atrevas a ponerme una mano encima, idiota!

Cerro los ojos con fuerza, evitando a toda costa mirarlo a la cara por accidente. Su pecho subiendo y bajando con fuerza, intentando recuperar el aire que había sido desperdiciado en aquel ataque de irá.

- No te atrevas - murmuró más cómo algún tipo de suplica que una advertencia.

El olor a licor de cereza y chocolate amargo hizo lo que en estás dos semanas nada había hecho.

Hizo que Kakashi pudiera respirar.




















































Nunca pensó lo mucho que dolería respirar.























































Paso 25: Todo en la vida tiene un porqué, pero solo se conoce cuando se mira hacia atrás.























































Manual De Cómo NO Conseguir Un Esposo: Según Hatake KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora