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- Óbito...

La voz chillona cantarrunea lejanamente pero cercana a la vez.

- Óbito...

Llama a largando la segunda "o" en el nombre.

- ¿Óbito? - pregunta jalando levemente la cobija que cubre el otro, solo destapando los ojos y asomando los propios.

- ¿Que quieres, Shisui? - pregunta cansado, apenas medio abriendo sus ojos para ver al más joven asomarse a su lado.

- ¿Estas bien? - pregunta su cabeza ladeada ligeramente para poder poner sus ojos en la misma posición de su hermano.

- Sí - es lo único que contesta con la voz rasposa, la garganta ardiendole con tan solo pasar saliva por ella.

El niño no solo lo ve incrédulo sin moverse ni un solo centímetro de su posición, hay un toque preocupado adornando sus ojos oscuros y reflejados en como su pequeña frente se arruga y su boca se tuerce. Un ligero movimiento dentro del pecho del niño mayor hace que estire su mano y la ponga en la cabellera del menor, la cabeza de este agachandose por el peso.

- Vete... si te enfermas me hecharan la culpa - murmura ejerciendo un revoloteo casi cariñoso en el cabello del cachorro más joven.

- Per...

- Estoy bien, vete - murmura ignorando la mueca dolida de su pequeño hermano.

- Le diré a Zetsu que estas mal - murmura haciendo más vistoso su puchero.

- No... no lo hag... - El estornudo apenas siendo contenido cuando clava rápidamente su nariz en la almohada.

Óbito se toma un segundo, todavía su cara contra la suavidad de su almohada... sintiéndose desvanecer en aquella posición, solo torciendo su boca cuando siente la necesidad de pasar saliva. Las pequeñas y frías manos de su hermano lo acarician con cierto temor, Óbito no moviéndose y permitiéndolo por este momento hacerlo.

Luego de unos cuantos minutos, Óbito suspira y con ayuda de sus ahora flaqueantes brazos se sienta en la cama para ver correctamente al más joven.

- Vete - dice - ve a tu habitación a jugar o al patio... pero si vas ahí ponte un abrigo y que alguien te acompañe

Las gotas bajan por su frente, su ropa está húmeda por toda la cantidad de sudor que su cuerpo a expulsado... aun cuando tiene frío como el infierno.

El niño más joven se ve preocupado, su mueca en la boca ahora parece a ese puchero que siempre hace cuando está conteniendo su llanto y los ojos cristalizandose no daban otra explicación. Óbito se muerde el labio inferior, suspira sacando con ello una leve tos que para en solo dos golpes secos de su garganta y luego, sonríe levemente... su Alfa ronroneando adentro en un intento de tranquilizar al cachorro.

- Estoy bien - murmura una vez más - Ahora vete de mi cuarto...

El niño le dirige una última mirada mientras comienza a encorbarse y con una lentitud insegura comienza a dirigirse a la salida, el libro de dinosaurios que venía a mostrarle a su hermano pegado en su pecho, por la longitud de este cubriendo incluso la parte inferior de su pequeño rostro... para luego finalmente salir de la habitación.

Óbito se deja caer lentamente en su cama igualmente húmeda, sintiendo su piel arder con el roce de las sábanas y la cabeza aún más pesada, su pecho baja irregularmente y otro golpe de tos más profundo llega haciéndolo sacudir en su cama. Él mira el techo una vez que ha parado su ataque, sus ojos húmedos y calientes lentamente cerrándose a los pocos segundos... Llevándolo a un sueño profundo y pacífico...

Manual De Cómo NO Conseguir Un Esposo: Según Hatake KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora