Capítulo 1

863 45 3
                                    

Un simple mensaje de texto cambió mi vida entera.

Desconocido: Este es el amigo de Jacob, NamJoon. Él dijo que deberíamos conocernos.

Doce palabras, dos frases. Y fue el comienzo de mi vida como la conocía, al menos no lo sabía cuando leí esas palabras por primera vez.

Era también el número equivocado. Pero no le dije eso a él, el misterioso NamJoon. Mis amigos o, más apropiado, compañeros de habitación, sólo me dejaron en paz así que me hallaba sentada en mi apartamento, vistiendo una sudadera que era tres veces mi tamaño usual y pantalones de yoga con pintura salpicada. Tenía mi cara completamente libre de maquillaje, mi cabello recogido en un moño en la parte superior de mi cabeza, un estilo que podría no ser acusado de estar a la moda en ninguna revista.

Mi noche de repente tuvo una opción extra arrojada a la mezcla. Normalmente, mis noches consistían de la misma cosa. Libros, observar personas desde mi balcón, estudiar, o trabajar mi turno en el restaurante. Nunca fui elegida para un viernes o sábado por la noche. Probablemente porque era aburrida y no salía. Mis turnos eran usualmente los desayunos y comida temprana, cuando los clientes tenían demasiada resaca como para tener una conversación interesante. Lo cual era lo que yo prefería. Era menos probable que ellos vieran la cicatriz en mi cara o en mi brazo. Mis cicatrices no eran algo que particularmente disfrutara hablar sobre los huevos y el café.

Pero el mensaje de un extraño no era algo que pasaba todos los días. O cualquier día en realidad. Las únicas personas que me mensajeaban eran mis compañeros de cuarto, y sólo alguna veces para recoger sus ebrios traseros. Como cuando caminaron fuera esta tarde, Jasmine incluso me dijo que esperaba que estuviera disponible para recogerlos. Y, ¿por qué no habrían de contar conmigo? Yo era confiable. No salía de fiesta. Pasaba más tiempo dentro del apartamento que fuera de él y nunca tenía planes. Concedido, Jasmine se aprovechó de mi falta de vida social y la dejé. Sin embargo, esta noche, cuando tiró un beso en mi camino al salir. Me sentía enojada. Lo cual era nuevo para mí. Casi nunca sentí nada más fuerte que miedo o molestia leve.

Así que acuné mi teléfono en mis manos, froté un pulgar sobre las palabras en la pantalla, y tomé una decisión. Para ser imprudente. Para ser la chica que era antes.

Yo: Seguro. ¿Cuándo? ¿Dónde?

Envié la respuesta antes de que pudiera hablarme a mí misma, y salir de ello.

Era un comportamiento peligroso, especialmente para una chica de veintiún años de edad, pero siempre jugaba seguro. Nunca rompí el toque de queda, nunca escabullí a un chico a mi habitación, nunca me he embriagado, mucho menos cruzado la línea de rebelión. Antes, cuando no me hallaba bajo la tutela del estado, era prácticamente puritana en mi comportamiento. Cuando llegué a los dieciocho, todas las apuestas fueron apagadas. Y entonces, fui atacada en medio de un estacionamiento abandonado, y me metí en el hoyo de la indiferencia.

El cual se daba porque mis compañeros de cuarto tomaban ventaja de mi habilidad para recogerlos de cualquier agujero en la pared del cual necesitaban ser recatados. No tenía una vida, no hacia cosas. No tenía planes y, más ciertamente, no conocía a extraños como él. Voy a mi clase de antropología. Trabajo. Me escondo en mi habitación.

Golpeteé en mi escritorio con mis dedos, deseando que su respuesta llegara. Y entonces de repente me pregunté si él incluso vivía en esta área. Mi nuevo y encontrado sentido de espontaneidad podría tener una corta vida, dependiendo de su respuesta.

No me lo tuve que preguntar mucho.

NamJoon: The Brick. ¿A las nueve?

Siendo tan cerrada como era, rápidamente abrí mi laptop y busqué "The Brick", suspirando de alivio cuando vi que era sólo a unas cuadras de mi apartamento. Ni siquiera tendría que manejar. Podría correr a mi casa si quería. Siempre pensaba en la practicidad. Practicidad: asesino de sueños y diversión. Y yo era el más valioso asesino de lo práctico.

Diez Bajo Cero ➳ Kim NamJoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora