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Narra Shelsea

Los días pasan y mi soledad aumentaba, desde que mi Fredo murió, mi vida se a vuelto soledad y tristeza, no se que hacer no quiero vivir, ni comer, no quiero nada sin él. Me encuentro en un avión rumbo a Rep. Dom, por decisión de mis padres. Pa me acompaña en el asiento de al lado, apoye mi frente en su hombro y una lágrima solitaria se deslizó por mi ojo.

-Shels quiero que sepas, que todo lo que hacemos es por tu bien y que queremos lo mejor para ti y si es alejarte un tiempo del ambiente que te recuerda a Fredo, lo haremos, esta bien- asentí- te amo nena, eres una de las más maravillosas cosas que me han pasado en la vida y me duele ver que no eres mi niña sonriente de siempre, quiero volver a verte sonreír como antes y se que con tu estadía en República Dominicana lo haras.

Después de eso, lo abraze y nos mantuvimos callados, e viajado sólo dos veces a la Rep. Dom, la primera a los 10 años y la segunda un año atrás, mi tío Eros vivía allá con mi tía Kelly y mis primos, la verdad es que era un lugar muy bonito.

En unos minutos aterrizaremos en tierras dominicanas, por favor abrocharse los cinturones, gracias.

Dijo la azafata por el alta voz del avión, apreté mi cinturón y vi por la ventana, todo era blanco y al final tierra verde. Al salir del avión, pasamos por emigración y buscamos las maletas, cuando salimos por la puerta un viento tibio azotó mi cara, veíamos diferentes personas esperando a sus familiares o amigos, entre la multitud estaban mis tíos, nos dirigimos a ellos.

-shels pero que hermosa te has puesto pequeña - dijo tío Eros abrazandome, yo le di lo más parecido a una sonrisa, que seguro pareció una mueca.

-son tío, son tía -dije cuándo nos separamos.

-que dios te bendiga cariño- dijo tía dándome una linda sonrisa.

Mientras nos dirigíamos al vehículo, comencé a ver todo, las personas sonreían felices y abrazaban a sus seres queridos, mientras mi cara no mostraba ninguna emoción.

En el trascurso a la casa, veía el paisaje, estábamos en la ciudad de Santo Domingo, la capital del país, mi tío vivía en las afueras donde tenía una hermosa casa estilo cabaña y la cual quedaba a como media hora del centro de la ciudad.

Al llegar nos desmontamos y entramos la casa seguía tan hogareña como recordaba, mis primos salieron corriendo y saltaron arriba de mi tío quien sonrió al verlos, todo era hermoso pero yo no quería estar con nadie en ese momento, papa entendió mi cara y me dijo donde sería mi habitación.

El cuarto era grande, no tanto como el mío en los angeles pero de gran proporción tenía una cama matrimonial en el medio con una colcha negra, la habitación estaba pintada de colores azul, rojos y negros, era linda. Deje mis maletas a un lado y me tire a la cama, estaba cansada y lo único que quería era soñar con mi Fredo.

Narra Joseph

Vi como Shelsea desaparecía por las escaleras, me preocupaba pero espero que su estadía aquí la haga cambiar.

-sigue mal aún, verdad- pregunto mi hermano.

-si- dije cansado y con lágrimas en los ojos.

-todo estará bien Josh, no te preocupes, ella estará bien- dijo Kelly abrazandome, yo le correspondí el abrazo y lágrimas desendian de mis ojos.

-me preocupa, tiene más de semana y media hací, no come, no comparte con nadie y siempre quiere estar sola, tengo miedo que pueda sufrir de anemia.

-En su estadía aquí, se alimentará bien y le daremos vitaminas y calcio para su dieta, para que no descuide su salud- dijo mi hermano posicionando su mano en mi hombro, tratando de tranquilizarme, yo aspire fuerte, espero que así sea y ella de verdad se recupere.

Lo sé, lo sé, es un mini capítulo, pero disfruten. Besos.

Disculpa por quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora