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Narra Joseph.

-Hola mi nombre es Fawad khan, el dueño de este hotel- le estreche la mano que me tendía y aun sonrojado dije.

-Joseph Franco, un gusto.

-el gusto es mio- dijo regalandome una de esas sonrisas baja bragas- puedo preguntarte algo- dijo y yo asentí- porqué amenazaste de muerte a la persona tras la línea.

-porque por culpa de él estoy aquí.

-pues debo agradecerle- dijo viéndome a los ojos y haciendo que me sonrojase más.

-Joseph porqué duras tanto para subir - dijo la voz de mi marido detrás de la silla donde estaba sentado, rodé los ojos y dí vuelta a mi cara.

-no me molestes Williams- vi como sus ojos no estaban en mi sí no en Fawad.

-Hola Williams Franco, ESPOSO de Joseph- dijo Williams haciendo énfasis.

-Hola soy Fawad Khan, dueño de este hotel- dijo Fawad sin ninguna prepotencia, por el contrario de Williams.

-hermoso lugar- dijo Williams admirando la estancia donde nos encontrábamos.

-Muchas gracias- dijo el regalandole una sonrisa a Williams.

-compermiso señor Khan su vehículo ya esta en la entrada - dijo uno de los botones, dirigí mi mirada hay y no podía creer lo que mis ojos veían.

-Gracias Safad- el hombre se retiró y yo dirigí mi vista a Fawad.

-ese Lamborghni big blue roadster, es tuyo- pregunté con los ojos brillantes de la emoción.

-sí, te gusta- me pregunto.

-claro que sí, casate conmigo- rogué con ojos de cachorito, escuché su dulce carcajada mientras Williams se quejaba.

-Joseph- exclamó Williams.

-que.

-como que que, te casarias con alguien por un Lamborghni .

-claro que sí, ese vehículo es una máquina.

- pues te compro uno- dijo enojado.

-no es lo mismo, tenías que tener uno para que me sacarás a dar vueltas, no vale que ahora lo compres- dije sacando la lengua hacia él.

-quieres dar una vuelta - pregunto Fawad.

-en serio?-el asintió y yo me pare de la silla.

  -tu no vas a ningún lado- dijo Williams enojado, yo lo mire con cara de pocos amigos y con ganas de mandarlo al diablo, sabe como odio sus celos excesivos, que se acuerde lo de Colton en la luna de miel.

-disculpa, quien dijo que no- vi en su mirada súplica y la mía llena de prepotencia- vamos Fawad.

-claro, prometo devolvertelo sano y salvo- dijo dirigiéndose a Williams y vi como en este aparecía esa mirada que tanto conocía de perversión.

-claro, Joseph ten cuidado donde te sientas se que aún te duele caminar- lo mato, es que yo lo mato, como se atrevió a decir eso. Me veía con una sonrisa de burla, mientras mi cara estallaba de la irá y la vergüenza.

-no te preocupes, te aseguró que dejará de dolerme- dije con doble sentido. Dicen que cuando te duele algo, se puede calmar con otro tipo de dolor. Salí por la puerta seguido por Fawad me monte en el lado de copiloto donde me había abierto la puerta él mismo chico que le aviso a Fawad, dentro del hotel. Vi a Fawad sentarse a mí lado y abrocharse el cinturón, por la ventana observé a un Williams con la mandíbula apretada y los nudillos blancos. Sentí el vehículo moverse y ese rugir producido por el motor del Lamborghni, salimos del hotel y nos dirigimos al centro de la ciudad a una velocidad que hacía vibrar cada molécula de mi ser, dios como amo este vehículo.

Dimos un par de vueltas por la ciudad y en el transcurso del recorrido, hablábamos de diferentes temas, Fawad tenía una compañía encargada de la explotación del petróleo, así que se podía llamar todo un Jeque petrolero. Estacionamos en un restaurante muy elegante, uno de los porteros me abrió la puerta y yo salí, Fawad me guió dentro y una mesera nos Guió a una mesa, nos dio una carta a cada uno y luego se retiró.

-como hiciste para que nos dejarán pasar sin reservacion- él se encogió de hombros y dijo.

-este restaurante también me pertenece, ve el nombre en la carta- cerré la carta y decía en árabe e inglés, Restaurant Khan Tuaped.

-wao, hay más establecimientos tuyos en esta ciudad- pregunté sorprendido.

-un par más, qué quieres de tomar- me pregunto y yo me encogí de hombros, lo vi llamar a la mesera- traeme una botella de dominio de pingus 2000- abrí mis ojos en grande y vi como la mesera se retiraba.

-no, es muy caro- dije, solo una botella de ese vino valía mínimo mil docientos dólares en los angeles ya me imagino aquí.

-eso no importa -dijo apoyándose en los codos y colocando su cabeza en su mano.

Llegó la mesera y nos sirvió el vino, un delicioso vino español de la Rivera del duero año 2000, esquisto, pedí un plato de Assado com Maçãs E Mostarda y estuvo perfecto, la combinación del vino y esa carne roja, hacia agua la boca de cualquiera, salimos del restaurante y nos montamos de nuevo en el Lamborghni tomamos camino al hotel y en el camino nos mantuvimos callados, llegamos y nos desmontamos.

-gracias me encantó salir contigo Fawad.

-a mí también Joseph- dijo- espero que se repita- yo asentí con la cabeza en afirmación, cuando iba a entrar dentro del hotel su mano me detuvo- espero que puedas caminar bien y - se acercó a mí oído- si no, yo puedo ayudar en todo lo que quieras con respecto a eso, dolor con dolor se quita- mi cara no podía estar más roja aún, entre al hotel y me encontré con los guaruras que me siguieron inmediatamente, subí a la habitación y entre directo al cuarto, Williams estaba apoyado en la ventana y hablaba por teléfono, Joder mi estancia aquí será más difícil de lo que pensaba.

Disculpa por quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora