El amor se hizo para los fuertes y para los que no temen sufrir.
Narra Joseph
El avión por fin estaba aterrizando y yo moría ya Por salir de aquí e ir a ver a mi esposo, las puertas se abrieron y todos comenzaron a salir, incluyendo yo, pase por emigración y después tome mi maleta, fui rumbo al estacionamiento donde tenía mi vehículo estacionado. Shelsea se había quedado en la república como teníamos previsto y aunque lloré al separarme de ella sabía que estaría mejor. Deje mi maleta en la parte de atrás y tome rumbo a la empresa, en el camino entero sólo pensaba en besar los dulces y suaves labios de mi cuarentón preferido, llegue estacione en mi lugar y baje, salude a la recepcionista y subí directo a su oficina, al entrar me sorprendió no ver a Luigi, el asistente de Williams y mi ahijado, ni a Karen su secretaria, el reloj marcaba las 12 del medio día y eso significaba que ella estaba almorzando pero y él. Me encogí de brazos y entre a su oficina sin tocar como de costumbre, pero creo que debería aprender a hacerlo. Los Flashbacks, volvían a mi mente como años atrás, mi Williams estaba sentado en su silla con la camisa desabotonada y siendo besado por un urgido Luigi, las lágrimas estaba acumulándose en mis ojos, pero yo las retenía no iba a llorar, tosi falsamente y mi esposo me vio.
-Jo.Joseph esto, no es lo que parece.
-guardate tus escusas Williams, Luigi puedes salir un momento para hablar con mi esposo- vi como se arreglaba su camisa y cuando iba a salir por la puerta lo detuve y dije- recoge tus pertenencias estas despedido- el asintió y salio cabizbajo, dirigí mi mirada a donde estaba Williams arreglandose la ropa- quiero el divorcio- dije antes de salir de esa oficina, tome el elevador lo más rápido que pude y baje a recepción, antes de salir un brazo me detuvo.
-Joseph cariño, piensa las cosas amor, por favor- sacudí mi brazo hasta soltarme de el.
-te lo advertí Williams te dije que si me eras infiel esto acabaría.
-pero bebé- lo callé con un golpe seco en su labio.
-no soy el mismo niño de 18 años al que le fuiste infiel, tengo 32 años Williams y tu esposo, te lo dije hace 11 años y te lo diré ahora me eres infiel otra vez y nuestra relación se acaba, no me hiciste caso, bien por ti, mientras yo estuve casi tres semanas fuera del país ayudando a nuestra hija a superar la depresión en la que había caído, tu aquí muy feliz de la vida acostándote con no se cuanto hombre te pasaba por el frente, escúchame bien, tenemos 5 hijos, 5 por los cuales velar, pero no significa que tiene que ser nosotros casados.
-Joseph- dijo Williams con los ojos llenos de lágrimas.
-espero que cuando llegue a mi casa, tus pertenencias ni tu estén hay- dije dándome la vuelta y marchandome de la empresa, todos los empleados nos veían con cara de estupefacción y quien no, éramos la pareja perfecta.
Salí de hay aún sin derramar ni una sola lágrima, me monte en mi camioneta y salí del parqueo, solo hize estar a una distancia prudente de la compañía cuando me lanze a llorar, llorar era lo único que me quedaba hacer, once años de matrimonio se fueron al caño por un desliz, y con Luigi, dios vi crecer a ese niño, el solo tenia unos 19 años y yo lo veía como un hijo más, cuando nos mudamos a los angeles en uno de mis recorridos lo vi, deambulando por la calle sin hogar, lo acogi en mi casa le di alimento, lo cuide y cuando estuvo lo suficientemente bien, le busque un hogar, vivía con la hermana de Williams, Andy, quien lo había adoptado como su hijo tan solo verlo, yo era su padrino, como, como pudieron hacerme esto.
Me pare en la acera y apague el motor, vi mi anillo de casado, y recordé cuando me propuso casarnos, esa navidad con toda la familia y amigos, frente al árbol de navidad, volví a estallar en llanto, como le diré esto a los chicos, como podré superar esto, sentí morir cuando me lo hizo años atrás y siento morir ahora.
Cuando pude "tranquilizarme" vi la hora en el reloj, eran las 4:30 de la tarde, prendí el vehículo y fui rumbo a casa trate de que no se notará que había llorado pero era imposible mi nariz roja, mis ojos rojos y la palidez en mi piel lo decían todo, me sentí como ese niño de 18 años que necesitaba aferrarse a su padre para no sentir morir, pero en estos momentos mi padre no estaba conmigo y ya no era un niño de 18 años
Cuando estacione afuera de casa, vi el vehículo de Williams, bajé y me aproxime a la puerta, pude escuchar varias voces, de las cuales una era de Jace llorando, abrí la puerta y mi mundo cayó más al ver como mis dos pequeños se aferraban a Williams llorando, Artí y Jace, mientras Apolo y Jack hablaban con Williams ambos con los ojos llenos de lágrimas, vi las maletas al final de las escaleras y supe que le dijo que se hiba.
-paa, por favor dile que no se valla, por favor- dijo Jace aferrándose a mi, yo lo apreté un poco mas y con voz rota dije.
-lo siento, pero él se tiene que ir- los niños todos me vieron sorprendidos y Williams con cara de dolor- es mejor que lo sepan ahora- dije viéndolo a la cara- su padre y yo nos vamos a separar- y ahí fue cuando se hizo el diluvio dentro de mi hogar, se escuchaban gritos provenientes de mis pequeños y como los mayores me veían asombrados.
-no- dijo la voz dura de Williams, yo lo mire con desdén - tu y yo arreglaremos las cosas, pero no te perdere- dijo, yo lanze una risa sarcástica y lo vi a los ojos.
-tu y yo no volveremos a estar juntos- sentí unas pequeñas manos, que me apretaban y mire a mi Jace quien tenia los ojos inundados en lágrimas, acaricié sus mejillas y dije- Apolo, Jack llevense a los niños a su cuarto luego hablamos- ellos inmediatamente lo hicieron a pesar de las pataletas de los niños, cuando vi que estaban fuera de alcanze, dije- largo de aquí, ahora.
-me hire, pero tu y yo arreglaremos todo, lo juro- vi como salía por la puerta con sus maletas y yo me deje caer al piso de rodillas y rompí a llorar otra vez, sentí dos pares de brazos que me abrazaban y eran Jack y Apolo, me aferre a ellos y volví a llorar.
-pa, que fue lo que paso, porqué se van a divorciar- dijo Jack con ojos llenos de lágrimas.
-su, su padre, me engañó- dijo entre sollozos, pude sentir lágrimas en mi cuero cabelludo y ver como mis hijos también lloraban conmigo, me derrumbe, mis murallas cayeron y mi corazón se rompió, el amor se hizo para los fuertes y para los que no temen sufrir.
ESTÁS LEYENDO
Disculpa por quererte.
RomanceEstá es nuestra vida, nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestros suspiros y nuestras esperanzas, bienvenidos a nuestra historia... Somos Jack, Apolo, Shelsea, Jace, Artemisa, somos los hermanos Franco de la Rosa, espero que todas las emociones que...