Capítulo 12: De mala voluntad y un par de flores.

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[Capítulo de casi 10.000 palabras, sí. No aconsejo leerlo de un tirón o bajo presión. Por cierto: Agárrense de los calzones que aquí se quiebra la trama]

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Quizás demasiados sentimientos confusos. Una tormenta de ideales compitiendo por el peso de su relevancia. Un huracán de impulsos golpeando contra un muro a Manreet, para retirarla de este y volver a hacerla suya una vez más. Impaciente del siguiente exabrupto.

No quería pensar en nada sinceramente, pero como siempre, esta vez ni las veces que vendrían después podría hacer excepción alguna. Solo quedaba esperar y seguir haciendo lo que hacía: evitar a toda costa a las Dimitrescu mayores. Con Daniela no tenía mucho problema para pasar el día junto a ella, pero con Cassandra y Bela, era evidente el porqué de tanto misterio mientras Manreet solo se hacía la "desaparecida".

Y estaba segura de que si seguía con ese ritmo, muy probablemente las hermanas la sacarían a la fuerza del refugio donde se escondía, para que finalmente dé la cara. Porque para eso seguía viva, y por eso aún no era asesinada.

Tres días. Tres días contando lo que restó de la mañana en la que acompañó a Daniela a bañarse. Tres días en los que Manreet hizo lo posible por volver a sus viejas andadas: respirar, retroceder, y desaparecer.

Ser invisible era su único y mejor recurso disponible hasta ahora.

En esos tres días, también intentó esquivar a Daniela. Bien, era muy dulce cuando no daba un profundo miedo o desconfianza, y cualquier otra cosa que sonase bonita también, pero aún era capaz de ser hastiante. Agotaba escuchar continuamente sus delirios y fantasías. Cumplir sus momentáneos caprichos y aún así tener que soportar sus constantes exigencias. Contemplar cómo hacía pucheros por cualquier cosa en la que sus hermanas le "robasen" atención, o escuchar como parecía querer hacer rabietas porque sus tareas pendientes le impedían disfrutar del día tal cual lo planeado.

Aunque, últimamente ya no era tan distraída y rompía menos jarrones. Aquello a Manreet le llegó a conmover por momentos, cuando lo notó.

Al menos las criadas que limpiaban los desastres no la miraban con tanto odio, esta vez directamente le escupían. Aunque claro, siempre que Daniela no estuviese presente y guiando a Manreet por los pasillos, para pedirle que le acompañe a algún lugar del castillo.

Evitó aparecer en los servicios de las comidas por dos simples razones, o más bien tres: Bela, Cassandra, y la preocupante forma en la que sus compañeras de servidumbre la empezaban a ver.

Manreet era consciente de que estaba generando repudio su actitud, y entendía en parte porqué. A ojos de alguien que estaba completamente ajeno a la situación, cualquiera podría calificarla de traidora o ramera, adjetivos que quizás sí la definían en realidad.

Todo era posible, pero seguía habiendo un racimo de espinas machacando el corazón de Manreet, porque le tenían odio, mucho odio, y no sabía qué hacer para detenerlo antes de que avanzase mucho más.

Fuera de las bromas y los comentarios egocéntricos que realizaba en su mente, en realidad sí le preocupaba generar tanto odio, porque llegado el momento, podría ser desmedido, y causaría una explosión inesperada e imparable de excesiva violencia que muy seguramente atentaría contra ella.

Necesitaba algún consejo, de verdad los requería, pero ahora que lo recordaba, no había visto a sus amigas en esos tres días, ni tampoco a su madre y hermana. Sí, había mandado a una criada de apariencia confiable, para que les comunicase que aún estaba viva y con todas sus piezas, pero no les había visto la cara aún.

Perfidia • 〚 ᴰᵃⁿⁱᵉˡᵃ ᴰⁱᵐⁱᵗʳᵉˢᶜᵘ ˣ ᴼᶜ 〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora