Capítulo 22: «Hasta en la eternidad, y después de ella también»

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Las criadas deambulan por el castillo en grupos de tres o cuatro, con una prisa particular que el día de hoy pretende no levantar sospechas. Manreet observa atentamente desde una esquina, escondida detrás de unas cortinas y una armadura decorativa. El sudor frío empapa su nuca y su cabello se encuentra casi tan desprolijo y alborotado como varias otras muchachas el día de hoy. No entiende qué pasa, pero por alguna razón la buscan.

Y no puede dejarse encontrar. Primero necesita asegurarse de que esto terminará bien.

De igual forma sabe que las criadas fueron enviadas por alguien más. No sabe por quién, pero esto retrasa el poder averiguar cuál es el complot que están tramando. Ha pasado apenas un día desde que el juego terminó oficialmente para las involucradas y la familia se distanció. Esto no puede durar más tiempo.

Ey ─un susurro leve, apenas audible, llama desde detrás de una puerta cercana a la armadura y la ventana. Manreet se alarma, hasta que nota que es Castalia quien está haciéndole señas para que se le acerque.

Una vez se asegura de que ninguna criada está viendo, Manreet corre hacia la puerta y entra rápidamente al salón, que resulta ser una habitación cuyos muebles están cubiertos por sábanas. Solo hay un armario sin tapar y una puerta que lleva a otro lado, posiblemente una habitación cercana o un baño.

─¿Qué carajos haces aquí? Te estaba buscando.

─¿Detrás de la armadura? Manreet, sé que soy sigilosa pero no salí de un libro de James Bond. ¿Por qué estabas buscándome?

─¡Porque me están buscando a mí! ─las manos de Castalia saltan de inmediato a la boca de su hermana, silenciándola por precaución antes de susurrarle una advertencia.

─Baja la voz, perico histérico. ¿Por qué demonios te buscan? Pensé que la prófuga que no duraría ni un minuto suelta sin que la descubrieran sería yo. ¿Ahora qué hiciste?

La doncella de menor estatura aparta las manos de la mayor, permitiéndose contestar.

─Sacarte de tu celda, eso hice. Supongo que por eso quieren encontrarme, posiblemente una de las señoras bajó y lo descubrió.

─¿Pero cómo saben que fuiste tú quien me liberó? ─antes de recibir una respuesta, Castalia lo entiende y se frustra─. Amelia. La perra esa tenía que ser, por supuesto.

─¿Que no era Mariana su nombre?

─Así la llamé de cariño cuando me recibió y comenzó a atormentarme con su discurso patético de odio y moral. Me pregunto cuál de las señoras la interrogó.

─Si fue Cassandra entonces definitivamente está muerta... Y en breve yo también lo estaré.

─¿No te llevas bien con tus cuñadas? Wow, qué excelente novia. ¿Y aquí piensas quedarte a vivir cuando resuelvas las cosas?

Manreet ignora la pregunta, tratando de enfocarse en idear una forma de librarse de esto. Si todas tienen los ojos puestos en ella, incluso las señoras, entonces será todavía más difícil descubrir el plan sin ser atrapada antes. Pueden ir por su hermana, su madre y sus amigas si así lo quieren. Eso es mucho peor, definitivamente está a un paso de quedar acorralada. ¿Y después? Después probablemente muera de la forma más horrible jamás imaginada.

No puede hacer esto sola... pero si involucra a más personas directamente entonces puede perder todo lo que le queda.

─¿Qué has averiguado con Eugenia?

─Nada muy útil. Quiso llegar a la conclusión de que lo sucedido fue otra broma de las criadas, pero prefiero ser escéptica. Le pedí que esté al tanto de los movimientos de las señoras para que no me descubran. Ah, y también dijo que Cassandra y Bela están en sus habitaciones y que Lady Dimitrescu está en su estudio, sin ánimos de patrullar el castillo el día de hoy.

Perfidia • 〚 ᴰᵃⁿⁱᵉˡᵃ ᴰⁱᵐⁱᵗʳᵉˢᶜᵘ ˣ ᴼᶜ 〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora