Primer Escalón

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Las personas somos nuestros propios enemigos, entregamos al dueño de nuestros sentimientos el poder de hacer con nuestro corazón lo que les plazca, sin importar al final nos destrocen, no son y no somos culpables, hacer daño no es la intención, en sí la culpa es nuestra por entregarnos completamente y ciegamente.

Llevándonos a un abismo del cual muy pocas veces logramos salir, dejamos de lado cosas que nos hacían en su momento feliz, jamás pasó por mi mente pasar por algo así, tengo una vida perfecta, unos padres que me aman, el trabajo soñado y sin embargo me siento vacía, sumándole la situación que vive mi Hermano, mis sentimientos  hacia su hija, me siento culpable.

Hace ya varios días que eh descuidado mi alimentación, casi no duermo y eh perdido algunas tallas, tantas cosas que eran prioritarias en mi vida han dejado de importar.

Preparo mi desayuno, quiero algo delicioso, fácil de preparar y que no requiera mucho tiempo, me concentró en lo que hago hasta que unos toques a la puerta me desconcentran, aprisa voy a ver de que trata o quien me visita tan temprano, miro por la mirilla observando a una Samantha muy emocionada, me sorprende, su viaje estaba programado para arribar en horas de la noche, no demoro mucho en abrir y la siento abalanzarse sobre mi, muy sonriente dice estar ansiosa en verme, así que ha tomado el primer vuelo.

Me ayuda a terminar de preparar el desayuno, sirve la mesa, mientras me cuenta todo lo ocurrido en su apresurado viaje, desayunamos, le animo a descansar mientras salgo a resolver unos asuntos, negándose y suplicante me pide acompañarme y de pasó visitar algunos lugares, en su lugar preferiría quedarme a resguardarme del intenso frío que hoy nos azota.
Samantha es muy insistente y quiero creer estoy equivocada, algo me dice su apresurado viaje tiene otro propósito.

En mas de una ocasión, de diferentes maneras he sido clara con Samantha sobre mis sentimientos hacia ella..

Negación a la realidad, creo es lo que le permite seguir manteniendo esperanzas.

Luego de tanta insistencia por salir a recorrer las calles frías de Londres y haciendo caso omiso a mis escusas, terminó aceptando de su compañía.

En realidad, puedo decir lo hago por mi, necesito ocupar mi mente, liberarla de mis pensamientos y en ello Samamtha es de gran ayuda, en horas de la tarde será mi encuentro con Daniel y aun no estoy lista, no se como reprimir mis emociones hacer como si nada estuviera pasando, mantener la calma y actuar normal ante Daniel será muy difícil, sus acciones lideran en mis pensamientos.

Recorremos varias calles, visitando las más exclusivas boutique, algo que Samantha y yo compartimos es el gusto por la moda.

Han transcurrido varias horas, estoy exhausta y el frío parece se ha colado en mis huesos, un buen café me ayudará a entrar en calor, así que entramos a mi pastelería favorita, donde preparan el mejor café del mundo.

Samantha habla de no se que cosa, es imposible prestar atención a su tema de conversación ya que nuevamente vuelven a aparecer las palabra leídas en el dictamen de la autopsia hecha a Regina.

Sacudo mi cabeza para que esas palabras se alejen, apoyo mi rostro sobre mi mano, y me fijo en los rasgos finos de Samantha esperando poder conectar con su interesante plática, no me había fijado, esta mas delgada y unas muy pequeñas líneas de expresión han aparecido bajo sus ojos, no lleva mucho maquillaje algo extraño en ella.

Me siento observada, mi cuerpo experimenta una sensación de calor y frío a la vez, mi cordura parece escapar desvanecer y mezclarse con el viento helado que se ha colado en los salones del café, es todo tan similar a lo ocurrido en el centro comercial y en la fiesta de Lucas, estoy loca, solo una persona logra tal reacción en mi y no esta aquí, a que se debe todo esto que estoy sintiendo, a caso mi mente ya delira por su ausencia, recorro todos los rincones del lugar buscando encontrar lo que tanta falta me hace.

Virginidad, ¿A La venta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora