09.

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Ella miró ofendida y apretó sus libros contra su pecho, absteniéndose de expresar lo grosero que estaba siendo con ella. Entonces ella solo caminó sin decir nada y salió por la puerta.

Caminó abajo las escaleras, luego del gran pasillo de habitaciones y al doblar las escaleras, pudo llegar a la sala común, donde es escuchaban gritos. Ella no quiso seguir, pero entonces escuchó con atención. -¡Ya te dije que no sé, Montague! - gritó Astoria. 

Larissa caminó un poco y se quedó quieta justo afuera de las escaleras y pudo ver a Montague muy cerca de Astoria, con los integrantes del equipo detrás de él. -¡Si no dices en que lugar se esconde esa sucia rata, te voy a romper cada uno de esos estúpidos pergaminos! - dijo señalando la mesa. 

Astoria lo retó. -Entonces hazlo. - dijo con seguridad. 

Montague apretó los puños y miró a los chicos detrás de él. -Ya la oyeron. - dijo en un tono bajo.

Los Slytherin se miraron mientras sostenían sus escobas, Astoria no era para nada intimidante, era bajita y graciosa; sin embargo su seguridad les impedía hacerlo, les impedía romper cada una de los pergaminos en los que ella paso horas trabajando. Además, Astoria era una buena amiga de los jugadores de quidditch de Slytherin, eso gracias a su buen carisma. 

-¡Dije algo! - gritó Montague y Larissa se sobresaltó. 

Los Slytherin caminaron vacilantes a la mesa donde estaban los pergamino y cuando Adrián Pucey tenía el pergamino en sus manos, intentando romperlo en dos, Astoria gritó. -¡En su habitación! ¡Esta ahí! ¡Basta! - dijo corriendo a quitarle el pergamino a Adrián. 

Montague sonrió de forma malvada y cruel. -¿Qué tan difícil era, Tori? - se mofó. 

Astoria se burló sin gracia y se puso frente a sus pergaminos de forma protectora. -Esta con una chica, así que dudo que les abra la puerta. - dijo ella en un tono calmado, aguantando sus ganas de arrancarle la cabeza a Montague. 

El pelinegro de Slytherin se burló aun más. -Me importa un carajo, Tori. Voy a tirar esa puerta de ser necesario. - dijo él, para luego caminar a las habitaciones con el equipo de quidditch detrás. 

Pasaron a Larissa como si no existiera, con algunas miradas curiosas de los muchachos del equipo de quidditch. Ella los vio desaparecer por las escaleras. -¡Vete! - le gritó Astoria. 

Larissa se quedó muda. -¿Él esta- ¿Malfoy, estará bien? - tartamudeó apuntando hacía atrás, ni siquiera sabía por qué se preocupaba, las palabras solo salieron de su boca. 

Astoria caminó un poco a las escaleras y asomó su cabeza por el hueco que conducía a las habitaciones. -Es mejor que te vayas. - dijo de forma suave y Larissa asintió, para salir a paso veloz de aquel lugar.

Su corazón latía a mil por hora mientras corría por los pasillos de Hogwarts. 

¿Qué le harían a Draco? ¿Por qué Montague estaba molesto? ¿Qué hizo Malfoy? ¿Por eso la apresuró a salir de su habitación? ¿Sabía que venían por ella?

No lo sabía, ninguna pregunta tenía respuesta en su cabeza, nada tenía sentido. Por ella no sabía la verdadera historia, los acontecimientos antes de ella.

Ella se detuvo dos pasillos antes de llegar a la torre de Gryffindor. Los retratos susurrando sobre ella y de como sabían que ella salió de la habitación de Draco Malfoy. 

Esos malditos retratos, sin nada mejor que hacer. 

Su espalda se recargó contra la pared mientras exhalaba y cerraba los ojos, tratando de recobrar la compostura. 

Ella había corrido demasiado. 

De un momento a otro escuchó pasos, una mezcla de pasos. 

Algunos de Gryffindor y otros claramente detrás de ella. 

-Y yo le dije, Hannah que imbécil eres. - se carcajeó la conocida voz de Seamus. -Y ella me dijo "Seamus, te digo que es real"... en fin, no puedo creer que Tracey sea tan imbécil para haberse besado con- 

La voz de Seamus se detuvo cuando la vio recargada en la pared, mirando en la dirección contraría a él.

Ella estaba viendo a los Slytherin, específicamente a Draco Malfoy. Los celos recorrieron el cuerpo del Gryffindor de arriba a abajo. 

Larissa estaba viendo a Draco, quien tenía puesto su uniforme de quidditch y la estaba mirando directamente a ella. Eso hizo que Seamus quisiera arrancar la cabeza de ambos. 

Larissa pudo ver la cara fría de Draco observaba, pero en su mirada había algo más... algo indescifrable. 

Los Slytherin parecían verse animados al conversar con los Hufflepuff, parecía que se iban a enfrentar en un juego amistoso, pero a pesar de que algunos Hufflepuff intentaban hacer conversaciones con Draco, él solo mantenía su mirada firme en ella, mientras notaba como el rubor subía a sus mejillas y ella comenzaba a moverse un poco. 

Ella sentía como su estomago se revolvía por la mirada intensa del rubio platinado, su mirada le estaba provocando algo, algo que ella no podía decir qué era. Sabía que si lo decía en voz alta arruinaría todo. Toda su vida se iría a la mierda, por eso no dijo nada mientras lo seguía mirando a los ojos, ella estaba hipnotizada y no quería separar sus ojos de los de él.

De repente Draco comenzó a caminar hacia ella, sus nervios la comieron, estaba temblando y sus mejillas estaban más rojas mientras su respiración se detenía por completo, su estomago... él, su estomago daba vueltas. 

Cuando él estuvo cerca, ella despegó su columna de la pared de piedras, inocentemente creyendo que él iba por ella, pero en realidad iba al campo de quidditch. Pasó por un lado, sin mirarla, mientras su equipo iba detrás divertido en sus conversaciones triviales. 

Ella sintió un extraño sentimiento en su sistema, algún tipo de decepción. En lo profundo ella deseó que él caminara directamente a su destino, junto a ella, pero no lo hizo. 

Seamus llegó por un lado y ella se sobre saltó al sentir las manos calientes en sus hombros. -¿Qué demonios? - escupió molesto, su agarre en ella se hizo intenso y la sacudió. -¿Acaso estabas coqueteando con él? - susurró molesto, moviendo sus ojos al pasillo junto a ella, haciendo referencia a Draco. Ella negó con su cabeza, quiso abrir la boca, pero él la interrumpió. -No finjas, te vi y Dean también. - espetó en voz baja. 

-Seamus... yo no...

-Cállate. - escupió mientras su agarre se hacía más doloroso. Dean miraba desde atrás con ojos de preocupación. -¿Qué se supone que hacías? ¿eh? ¿Por qué demonios te miraba? O mejor dicho ¿Por qué tú lo mirabas? - un empujón fue suficiente para que su espalda chocara contra la pared detrás de ella.

Pero no le dolió. Ella solo jadeó ante la repentina perdida de aire. Seamus solía hacer eso a menudo. 

Gritaba cosas de las que luego se arrepentiría. 

La empujaba de forma brusca para lastimarla y sacar su molestia. 

Luego se arrepentía de lo que decía y por como la trataba. 

-Maldita sea... - siseó Seamus. -¡No puedo creer esto! ¡Coquetear con un asqueroso mortifago frente a mi! ¡Soy tu novio! ¡Maldita sea! - gritó desesperado, sus palabras venían acompañadas por puñetazos a la pared junto a Larissa, quien se sobresaltaba y cerraba los ojos, esperando ser ella la siguiente en recibir uno. Pero no llegó a su cara. Nunca lo hacía.


DRACO'S SECRETS ✧ draco malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora