DRACO'S SECRETS ✧ draco malfoy [✓]

𝖜𝖊𝖉𝖉𝖎𝖓𝖌

Y el día había llegado. Cuando hace seis meses, por la noche, Larissa le confesó a Draco que se sentía preparada para tener un compromiso oficial con él. Hacerle saber al mundo que era de Draco Malfoy y él era de Larissa Smirnov.

Decidieron hacer la ceremonia varios meses antes de que llegara el cumple años de Larissa, por lo que fue en el mes de octubre, antes de su cumple años número veintitrés.

La ceremonia se había llevado a cabo y la fiesta de la que todo el mundo mágico hablaba, se llevaba a cabo en un precioso jardín.

Larissa seguía vistiendo su vestido blanco, mientras agradecía y saludaba a su familia y la de Draco por haber asistido.

Narcissa Malfoy se había encargado de hacer todos los arreglos del lugar, desde el más mínimo detalle. Al principio no le agradó la idea de ver a su hijo con alguien que no tenía el mejor estatus sanguíneo, ni tenía una fortuna de dinero, pero no se atrevía a quitarle esa preciosa sensación que ella lograba darle a su hijo.

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Pronto llegó el momento de los discursos. Larissa caminó hasta el frente y tomó ese pequeño micrófono en sus manos, teniendo la atención de sus invitados y de su ahora esposo. 

Ella había preparado un discurso para él y Draco uno para ella. Lo habían hecho la noche anterior, tuvieron una idea espontanea y juntos comenzaron a escribir en pergaminos. 

-Hola... - murmuró nerviosa. -Gracias por asistir, mi esposo y yo estamos agradecidos por eso. - dijo con una pequeña sonrisa, para luego agregar. -Draco y yo somos... muy impulsivos algunas veces. - soltó y una risita de sus invitados se pudo escuchar. -Por la noche, él y yo estábamos haciendo... cosas de novios. - y un silbido y risitas se escucharon, las mejillas de Larissa se tornaron de un color rojos. -Y... bueno, decidimos hacer unas pequeñas cartas, deseando hacerle saber al mundo y a ustedes... lo mucho que sentimos por el otro. - sonrió y levantó sus ojos. -Espero que no estemos divorciados el día de nuestra boda, porque Draco a veces es un insensible. - admitió y otras risitas se escucharon. 

Larissa se había arrepentido de escribir tanto, pues a Narcissa se le había ocurrido invitar a Hermione. No era su culpa, ella no sabía las cosas que pasaron entre Hermione y Draco.

Draco se acercó a ella y sonrió tímidamente, entrelazando sus dedos. -Prometo que esta vez no fui insensible. - señaló con su dedo y sacó un pequeño trozo de papel, el cual comenzó a desdoblar.

Entonces comenzó a leer. 

Mi querida bebé, mi pequeño amor, mi niña hermosa... 

tengo tantos apodos para ti que te daría miedo, seguro saldrías corriendo si te diera esa lista. 

No sé ni por donde empezar, porque tengo tantas cosas por decir... 

eres una maravillosa mujer, la persona que se quedó a mi lado, en el momento que más solo estaba, soportando lo cerrado que era al principio, antes de saber lo enamorado que estaba de ti. Eres la mujer que tiene mi corazón en sus manos, no sé como lo conseguiste, pero lo has robado y todo es para ti sola. 

Me encontraste cuando estaba en un lugar oscuro, uno en el que creía que jamás volvería a ver la luz. Las muchas veces que me levantaba, deseaba estar muerto, no respirar más, beber hasta quedarme sin consciencia. 

Pasé por cosas horribles y sé las cosas que tú pasaste. No sé en que momento comencé a hablar de mi contigo... porque ni siquiera hablaba de mi, conmigo mismo. 

Eres una persona hermosa, por dentro y por fuera y estoy dispuesto a pasar el resto de mis días contigo... a tu lado, siempre... mi amor.

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Larissa sonrió y no dudó en tomar la cara de Draco, para estrellar sus labios en un beso, escuchando como las personas invitadas a su boda aplaudían con entusiasmo, ella tomó una breve respiración y comenzó a leer.

Querido amor...

Nunca voy a entender cómo fue que te ganaste mi corazón, nunca voy a comprender... no sé en que momento decidí enamorarme de ti o si alguna vez lo decidí.

Te amo como no tienes una idea.

Eres una persona que me sacó de un profundo hoyo, en el cual estaba cayendo. Uno profundo y  que por mucho tiempo, yo creí que no había una salida.

Me tomaste en el momento justo, cuando me estaba desmoronando, listo para unir mis partes. Como si yo fuera una muñequita de vidrio rota... y tú usaras tus besos, tus abrazos, tus palabras de amor, tu tacto o tu simple mirada, para pegar cada trozo de mi.

Me hiciste ver el lado bueno de tantas cosas. 

Me revelaste tus secretos.

Me dejaste revelar los míos y los escuchaste.

Me abrazaste cuando me sentía sola.

Me besaste cuando me sentía caliente. 

Me susurraste palabras cariñosas al oído, cuando lloraba. 

Tomaste mi corazón, el cual estaba hecho polvo, lo tomaste todo. Me hiciste y me haces feliz. 

No sé en que momento comencé a sentir tanto por ti, en el momento que decidí ayudarte a sanar y tú me ayudaste a mi. 

Estas siempre ahí cuando nadie más lo esta. Me escuchas cuando me siento ignorada. Me haces sentir mejor cuando lloro sin razón alguna.

Si sigo escribiendo, voy a hacer que mis invitados se duerman...

Draco Malfoy, te amo con locura y no tienes la menor idea...

Alguna vez, alguien me preguntó  a quién pertenencia mi corazón, quién era el poseedor de mi devoción, quién era algo más que solo mi poseedor...

Y hoy... con certeza, puedo decir en voz alta, que: mi corazón y mi devoción... le pertenecen a Draco Malfoy, siempre fue y será así.

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Ambos comenzaron un vida juntos, en la Mansión Malfoy. 

Años después, tuvieron un par de niños: Scorpius y Regina Malfoy. Los dos corazones inocentes que llevaron más alegría a sus vidas. Dejando detrás el pasado.

Aprendiendo a sobrellevar el dolor, a superar los traumas y dejarlos muy en el fondo de su corazón, disculpando a su misma persona. Amándose.

Larissa y Draco, sabían que la cosa que jamás les haría falta estando juntos... sería el amor.

Y pensar que todo dio comienzo en el momento que Draco decidió contarle sus secretos.

Los Secretos de Draco.

FIN.