Capítulo 27: Secretos

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Narra Penny

Creo que estos días previos al partido contra el Earth Eleven han sido los días más largos y duros que me han pasado desde que empecé a jugar al fútbol. Cada día era entrenar desde que abriamos los ojos hasta que la luna hacía acto de presencia en el cielo.

El último día al terminar de entrenamiento nos fuimos a cenar como era ya nuestro horario en la residencia de del Triple C que se puso como base de operaciones contra la Nueva Alius. Terminé de cenar y fui a mi habitación, agarré mis cosas y me fui a ducharme. Lo bueno de que seamos tan solo 2 chicas en el equipo es que no tenía que esperar tanto y podía en la ducha todo el tiempo que quisiera en ella. Me relajaba el estar bajo la ducha, notando como las gotas de agua caían sobre todo mi cuerpo hasta mojarme completamente. Luego de disfrutar de esa sensación me salí de la ducha, me sequé y por último me vestí. El pelo ya me lo iba a secar en mi habitación con mi secador del pelo. Entré a mi habitación y deje la ropa sucia en un lado, agarré el secador y lo enchufé alado de la cama. Como tenía el espejo justo en frente pude sacármelo bien sin dejarme nada por ningún lado sin secar, en donde tenía una foto de mi padre. En estos días lo echaba tanto de menos. Al terminar guardé el secador en un cajón y me tumbé en mi cama. Aunque no tenía sueño estaba tan cansada que solo quería eso. Escuché como alguien pegó a la puerta cosa que me hizo sentarme en la cama.

-Pasé. -Dije por tal de no quererme levantar de la cama. Para mí sorpresa era Kendji. -Kendji, ¿que haces aquí?

-Quería desearte suerte en el partido mañana. -Dijo apartando la mirada. -Espero que ganéis a esos miserables.

-No nos tienes que desear suerte sabiendo que tu serás el primero en ayudarnos en ir hacía la victoria.

-Un inútil como yo no puede hacer nada.

-No eres inútil y lo sabes. Te sientes presionado porque te comparan con tu padre. ¿Acaso eso tiene algo malo?

-Me abandonó durante muchos años. -Dijo con rabia.

-Tu padre no te abandonó. Te dejó con otra persona la cual sabría que sería capaz de cuidarte y hacerte crecer como una persona fuerte.

-¿Tu que sabes realmente? -Me preguntó dándome la espalda. -Al menos a ti te han criado tus padres.

-Estas equivocado. -Al decir eso se giró mirándome sorprendido. -Al poco tiempo que yo naciera mi madre nos abandonó a mi y a mi padre. Mi padre, un hombre nuevo esto puesto que nadie te enseña lo que es ser padre realmente puesto que es algo que se va viendo conforme va pasando el tiempo. Mi padre solo tuvo que cuidarme a mi. Con todos los problemas económicos que habían en la casa y todo mi padre tenía muchas veces que hacer horas extras en su trabajo debido a que el dinero no llegaba. Debido a eso muchas noches tenía que quedarme en la casa de mis abuelos para no tener que quedarme sola en la casa. Pero claro los abuelos por desgracia no son eternos. -Empecé a notar como una lágrima empezaba a caer por mi ojo izquierdo. Me la limpie pasando la mano y seguí. -Debido a eso ya no quedaba otra que quedarme sola en casa, a mi no me importaba porque lo entendía. Más o menos me acostumbré a esa vida hasta que una vez la policía llegó a mi casa. No vinieron para darme buenas noticias precisamente. Esa noche se había quedado en el trabajo hasta más tarde como ya era costumbre y cuando estaba de regreso a casa... -Otra lágrima volvió a caer. -Un camión chocó con el coche de mi padre. Para cuando llegaron la policía y la ambulancia ya era demasiado tarde. Mi padre ya no tenía pulsaciones y tampoco respiraba. Cuando supe eso el mundo se me vino encima completamente. Estaba sola y ya no tenía a nadie, solo a mi misma. Fui llevada a un orfanato en donde allí pude superar mis traumas de la muerte de mi padre y donde vi el fútbol por primera vez. Vi como un grupo de chicos del orfanato jugaban a regatearse los unos a otros y cuando lo vi supe que tenía buena pinta. Aunque me costaba fui poco a poco cogiéndole el truco y me di cuenta que me encantaba el fútbol, lo adoraba. Aunque se que no es una persona como tal fue por así decirlo mi único "amigo" durante muchos años. Hasta que una vez la señora Hartland vino al orfanato puesto que ella donaba muchas cosas a allí y me vio jugando.

Inazuma Eleven Go: La Nueva AliusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora