Cap. 1: El inicio de una nueva vida

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Primera Parte: Esteban

 

Capítulo 1: El inicio de una nueva vida.

Suspiro agotado. Me sentía exhausto, el día había sido exageradamente largo… aunque esa verdad se encontraba muy lejos de la realidad porque aunque estuviera cansado estaba feliz y eso me causaba miedo… miedo porque algún día toda la felicidad se acabara… miedo a que no pudiera experimentar la felicidad que me producía escuchar el leve ronquido de Dana al lado mío a causa de su terrible resfriado… miedo de no volver a escuchar los decadentes pasos que la oscuridad se empeñaba en ocultar de mí en estos momentos. Miedo a no escuchar  la manera en que sonaban sus pasos conforme se acercaban y estos a su vez se hacían más nítidos contra el suelo de parquet. Aunque intentaran no hacer ruido (eso lo sabía por la llamada de atención de uno de ellos hacia el otro) su agitada respiración los delataba.

Seguía sin abrir los ojos mientras sentía como se acercaban hasta uno de mis costados.

·         Ves! Te dije que estaban dormidos! – escuche uno de ellos reprendía al otro – mejor hubiéramos traído las almohadas para dormir solo al lado de la cama…

·         No..oo! – se quebró al negarse – está muy oscuro para volver! – susurro, indignada por la petición?

·         Entonces qué quieres? – preguntaron de nuevo

·         Yo…

·         Sí que quieren – susurre tomándolos por sorpresa. Al no encontrar respuesta abrí mis ojos lentamente solo para encontrarme a ambos niños llorando en silencio. De inmediato aparte las sabanas poniéndome en pie para consolarlo. – shhh que ocurre? – pregunte secando las lágrimas de cada uno con cada mano.

Me coloque en medio de ellos y los tome entre mis brazos. Como ya era costumbre los lleve hasta su habitación que se encontraba al lado de la nuestra. Al principio, cuando nos habíamos mudado a aquel departamento la idea era que la recamara más grande fuera la nuestra, pero con el paso de los años nos trasladamos la habitación más pequeña para que los niños tuvieran más espacio. Una idea que Dana había sugerido el primer aniversario. Hoy ya cinco años de aquella decisión.

Encendí apenas la luz de la recamara con ambos niños (uno en cada brazo) con el rostro escondido en mi cuello.

·         Podemos dormir con ustedes? – apenas se escuchó por parte Julieta, se apartó un poco solo para observarme con aquellos ojos color avellanas a los que nunca podía resistirme…

·         Prometemos será la última vez – acoto el varón, cuyos ojos eran solo un tono más oscuro que la pequeña – lo prometemos…

·         No es la primera vez que hacen una promesa como esa – susurre bajándolos a la cama, ellos solo se quedaron allí, parados uno al lado del otro observándome a sabiendas que pronto me rendiría – pero… oigan sabían que…ella está enferma? – pregunte señalando sobre mis hombros.

·         No molestaremos! – contestaron ambos – lo prometemos!

Derrotado les hice un gesto con las manos para que tomaran su almohada, pero solo uno de ellos hizo caso (como era costumbre) mientras que Julieta solo se aferraba con mayor fuerza de su osito de felpa. Tome a la niña entre mis brazos y al girarme me lleve un susto de muerte al encontrarme con Dana apoyada al marco de la puerta. Esta sonrió algo adormilada y abrió sus brazos para recibir al varón, quien de inmediato y sin titubeo alguno corrió a su encuentro. Dana tomo al niño entre sus brazos con notorio esfuerzo y arrastrando sus pies nos dirigió de nuevo a la habitación. Era absurdo, pero este era uno de esos momentos en los que sentía celos… celos de un niño de siete años que se acomodaba bajo el cuello de mi mujer solo para caer rendido de inmediato ante los encantos de Sandman. Yo petrificado ante aquella imagen, observo como Dana aun con los ojos cerrados articula: TE GUSTA?  Yo solo puedo sonreír y responderle en un susurro:

Llegare hasta ti (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora