Cap. 10: No te perderé...

5.3K 398 19
                                    

Capítulo 10: No te perderé!

 

Escuche el sonido del teléfono celular al otro lado de la cama, no hice caso al sonido, me mantuve con los ojos cerrados inclusive cuando sentí la cama moverse a mi lado, tampoco me moví cuando la puerta del baño se cerró y los susurros de mi esposa eran inentendibles… era indescifrable… abrí mis ojos aun sin moverme, sintiendo como me desquebrajaba por dentro. Estaba tan oscuro allá fuera que la oscuridad se filtraba entre las cortinas de la ventana, tan oscuro en la habitación que sentía que podría volverme uno con ella. Escuche la puerta abrirse, yo cerré mis ojos fingiendo que aun dormía… fingiendo que aun dormía… un beso en mi mejilla fue depositado, no sabía si era por consuelo, o si era por remordimiento pero presentía que era una mentira. Sus brazos rodearon mi cintura, mis manos pronto enredaron los dedos con los suyos. Ninguno dijo nada, como si ella no hubiera contestado ese llamado, como si yo nunca lo hubiera escuchado.

La rutina se volvía tediosa, los exámenes se aproximaban y la verdad no tenía ganas de dar una clase más, ni siquiera en el conservatorio. Había vuelto al gimnasio, específicamente a la pileta, el agua me relajaba por completo, nada escuchaba de fuera y en mi mente mis pensamientos fluían como debería: sin maquinaciones espeluznantes, sin dolores de cabeza, sin nada que me taladrara el cerebro. Mientras mis brazos me llevaban de una punta a la otra de la pileta podía sentirme libre, como antes de volver a ver. Había veces en las que pensaba que el estar ciego tenía sus ventajas: como el que antes Aldana vivía al pendiente mío, aunque eso no lo pude ver hasta después; también estaba eso de justamente no ver lo que ocurría a mi alrededor, aunque bien lo sabía, me sentía seguro estando ciego pues con los ojos ahora luminosos aunque podía ver, había cosas que no entendía. Había llegado a la conclusión de que antes era ciego pero no estúpido, pero ahora era un estúpido que se estaba volviendo ciego con tanta luz.

·         Si sigues matándote de esa manera no quedara nada de ti! – escuche cuando fui en busca de algo de aire, cuando sacudí mi cabeza pude distinguir a Ivan al otro lado.

Vestía el pantalón de vestir, pero su camisa iba fuera de él, y las mangas estaban remangadas, bastante desaliñado y despeinado para ser un martes.

·         Que haces aquí? – pregunte una vez en la orilla – no deberías estar en la oficina a esta hora?

·         Y tú no deberías de estar dando clases? – se burló, me tendió la toalla y me hizo un gesto para que lo acompañara a las gradas, me seque como pude y lo seguí intrigado por su repentina visita.

·         Que haces aquí? – pregunte una vez sentados mientras secaba mi cabello, al ver que no respondía lo mire – que ocurre?

·         Will… nos contó sobre Dana y tu… – suspire agotado de aquel tema

·         Que les dijo exactamente? – pregunte apoyando mis codos en mi rodillas y la vista al frente.

·         Que no pueden tener hijos… y que pelean? Puede ser?

·         Y?

·         Y? bueno somos amigos y queremos saber que les ocurre. En las buenas y en las malas? Recuerdas el pacto?

·         Éramos niños! – me burle.

·         Pero todos juramos, inclusive… – lo mire a modo de advertencia – él sigue en medio de ustedes?

·         No – respondí seco.

·         Ok! – lo vi incomodo así que intente descontracturar mi posición para que aquello no se volviera… más incómodo?

Llegare hasta ti (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora