Cap. 9: Eres mi niña

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ADVERTENCIA!! este capitulo tiene un contenido alto voltaje! (ni tanto) pero debo avisar! si son menores de 18 no lo lean!! (aunque lo haran de todas formas... verdad?)  dicho esto...


Capítulo 9: Eres mi niña

Con Aldana volvíamos a la rutina, trabajo, Nolan, casa. No se quejaba por nada. Ni siquiera cuando me descubrió espiando una llamada suya desde el despacho. Ni una sola palabra por parte suya. Las llamadas al número de la casa cesaron pero fueron transferidas a su celular. Se encerraba en la oficina, en la habitación o salía al balcón. No estaba seguro de con quien hablaba, e incluso dudaba que fuera Christian, pero una conversación ligera de tono, pero con sentimientos encerrados me taladraba la cabeza desde ayer.

·Los celos son malos enemigos – había dicho al cruzármelo en el universidad – Aldana es una gran mujer y tus celos la hartaran, por suerte estaré ahí para verlo, profe!

Su sonrisa era cínicamente amable. Su tono algo amenazador. Pero su actitud altanera como si supiera algo que yo no sabía. Sus palabras no dejaban mi cabeza y eso me causaba migraña hasta el punto de sentir que mis ojos se nublaban. A la mañana había llamado a Dana a su teléfono celular, pero este estaba ocupado. A la hora me devolvió la llamada cuando estaba a punto de decirlo lo que me ocurría, cuando estaba a punto de reclamarle solo conteste.

·Oh! Solo quería invitarte a almorzar pero recordé que iría con los chicos del conservatorio, no te molesta verdad?

·Ah! Para nada, nos vemos a la noche – contesto y luego corto de inmediato.

Y ahí estaba yo. En el restaurante donde la había llevado aquella vez hace ya 8 años. Sentado en la mesa de la ventana frente a la plaza a unas cuadras de la universidad. En la misma silla de tantas veces, imaginándola frente a mí, escuchando su sonrisa en mi cabeza, cerrando los ojos rememorando cada línea de sus facciones. Que nos había pasado? En qué momento nos perdimos?

·Ya sabes que pedir? – interrumpieron

·Oh! Disculpa… si – asentí ordenando lo mismo que aquella vez.

Era yo el único que recordaba eso? La camarera sonrió amable y fue hasta las escaleras dedicándome una mirada de vez en cuando.

·Me dirás que no te das cuenta? – la voz de Aldana me invadía nuevamente – a veces creo que puedes verme – al final su risa sonora, le devolví la sonrisa a su recuerdo.

Luego de comer solo, con la constante mirada de la camarera encima de mí, me retire de la estancia dejándole propina junto con el papel que ella me había entregado junto con la cuenta.

En la tarde, la casa se sentía vacía sin Dana y Nolan. Me invadió la nostalgia y fui hasta la habitación que muy pocas noches compartíamos, pues desde la discusión de aquel fin de semana, eran más noches las que pasaba en la habitación de los niños que en la que compartía con ella. Cansado, caía rendido ante el sueño con la esperanza de que ella invadiera la cama donde me encontraba, pero nunca llegaba.

Acaricie la sabana, del lado donde ella duerme, tome su almohada y aspire el aroma que desprendía de ella. Olía a flores, la fragancia de su shampo favorito. No usaba perfume, el jabón parecía fabricado para ella especialmente, una esencia natural que me hacía desearla siempre. Abrace su almohada y ocupe su lugar en la cama y por primera vez en días sentía que podía dormir tranquilo.

No estaba seguro de la hora o si aún seguía dormido, pero poco a poco fui flexionando los músculos adormecidos, primero los brazos luego las piernas. Entonces un ruido se filtró por encima de mi concentración. Era la ducha? Intente abrir los ojos y todo estaba a oscuras, existía veces como ahora que esta densa oscuridad me era atípicamente familiar y sumamente tenebroso. Encendí la luz de la lámpara que se encontraba en mi lado de la cama, refregué mis ojos, observe el reloj de la cómoda. Era poco más de las 8? Había dormido tanto? La ducha seguía corriendo y entonces me percate de las prendas tiradas en el suelo. Eran de Dana. Seguí las prendas y fui juntándolas a la par; de ellas desprendía ese aroma peculiar suyo. Sin poderme detener aspire ese olor metiéndome al baño sin hacer el mínimo ruido.

Llegare hasta ti (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora