Llegare hasta ti (#2)

Cap 4: El resultado

Capítulo 4: El resultado

·         Dana? – seguí golpeando la puerta – Dana ábreme por favor! Qué ocurre? – seguía sin abrirme, ella parecía estar mal desde temprano en la mañana.

La verdad, es que llevaba mal desde hacía días, y con lo cabezota que era no deseaba ir al médico.

·         Dana, me abres la puerta por favor? – suplique con la última gota de paciencia.

·         Vete – la escuche a penas.

·         O me abres o tiro la puerta abajo! – grite exasperado.

Conté en voz alta hasta tres y ella seguía sin abrir. Retrocedí unos pasos y embestí contra la puerta. La puerta del baño no tenía seguro, pero siempre quedaba trabada y era imposible abrirla desde fuera. Dana parecía seguir vomitando, entonces la escuche toser deliberadamente. Mi desesperación iba en aumento. Con mayor fuerza me lance contra la puerta y esta al fin abrió.

Dana estaba de rodillas ante el inodoro, sujetaba su cabello por un costado mientras seguía…vomitando. Me acerque a ella y sujete su pelo por ella, toque su frente y parecía tener algo de fiebre. Acariciaba su espalda mientras ella seguía. Cada tanto presionaba el botón de la mochila de agua para que tanto el contenido como el olor desaparecieran, pero no parecía ser suficiente, ella seguía en lo mismo.

·         Que pudiste haber comido para que te cayera de esta manera? Ah? – pregunte, ella solo respiraba con pesadez.

·         No lo sé…

·         Segura que no quieres ir al médico?

·         Si – suspiro retrocediendo un poco

La tome en brazos y la deposite en la cama con cuidado, fui en busca de un paño húmedo y frio y se la coloque en la frente. Cuando la vi más tranquila y profundamente dormida, me comunique con su madre ya que era la única que podría ayudarme siendo ella una médica clínica.

·         Ya no sé qué hacer! – confesé frustrado luego de explicarle la condición de su hija

·         Ya sabes lo testaruda que se pone con respecto al tema hospital – suspiro – a ver… descríbeme los síntomas una vez mas

·         Mareos, dolores de cabeza… eh… vómitos, malestar, no sé! Pero lo extraño es que no ha comida nada extraño o fuera de lo común! Es más, yo he comido y bebido lo mismo que ella, así que no creo que sea una intoxicación…  o ambos estaríamos igual… no? Será algún virus?

·         Tiene fiebre? – me acerque a ella, tome el paño y este estaba caliente – algo tiene – conteste mientras iba al cuarto de baño a enfriar de nuevo el paño.

·         Mmm… le sacare un turno con el ginecólogo para hoy mismo en la tarde, así que procura ser cauteloso y llévala por mas berrinches que haga, de acuerdo?

·         Está bien – conteste hasta que caí en cuenta a lo que me dijo – espere, ginecólogo? – pregunte incrédulo pero solo risas escuche del otro lado.

No podía ser… era eso posible? Me acerque a ella con cuidado, acople mi cuerpo a su espalda llevando mi mano a su vientre. Estuve así, acariciando aquel rincón donde posiblemente se efectuaba el milagro, donde él o ella se alojaban. Bese su pelo y aspire el aroma que desprendía su cuello, entonces no soporte más y me puse en pie. Rodee la cama y de rodillas me posicione frente a su vientre. Acaricie su piel expuesta con cuidado de no despertarla y me acerque aún más, si es que se podía.