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Viajaron un día completo, hasta sentirse con algo de ventaja. No debian llamar la atención, así que viajaron por el bosque.

-Bien, y ¿Ahora que hacemos? Debemos encontrar una forma de persuadir a tu padre, buscarle una esposa o aplicar mi técnica con la gallina- Dijo Denki pensativo tratando de encontrar una salida a todo el problema.

Izuku estaba perdido en sus pensamientos, igualmente concentrado en encontrar una solución.

-Devemos ir al reino Bakugo- dijo al fin encontrando una pequeña esperanza.
-Mi padre combatio al lado de la reina, así que supongo que tuvieron una clase de amistad. Quizá ella pueda convencerlo-.

-Bieeeeeeen, es una buena opción... Pero me gusta más la idea de la gallina...- suspiro Denki.

Izuku lo vio fijamente, sabía que debía haber sonreído por lo que dijo, pero no podía, sentía que había algo que le impedía sentir siquiera algo de simpatía o tranquilidad.

-Sabes- Le dijo Denki- Hay algo que me a molestado desde que me lo dijiste. Tu padre menciono que la piel de los dragones era impenetrable y que también los cascarones, pero entonces, ¿Como logro crear la capa?-

-Yo me e preguntado lo mismo, se que los dragones son poderosos y no hay casi nada que logré vencerlos, quice estudiarlos mucho tiempo, pero toda la información sobre ellos es exclusiva de sus protectores. Creo que es otra razón para ir a ese reino, hay muchas preguntas que debo hacerle a la reina. Solo espero que quiera responderlas- dijo cabizbajo, sabía al reputacion de la reina, pero esperaba que la relación con su padre fuera suficiente para ayudarlo a acercarse.

-Muy bien- dijo Denki-  pero antes debemos pasar por el reino Togata, es una suerte que quede de paso-

-Lo se - suspiro Izuku- fue una suerte que Tamaki me haya dado las flores supresoras, dijo que eran para una emergencia, que ojalá jamás las necesitará, pero de no haberlas tenido conmigo, no se que hubiera pasado si mi padre hubiera detectado mi aroma - 

Se le llenaron de lágrimas los ojos, su aroma siempre lo había enorgullecido, porque tenía un pequeño toque a hierbabuena, el aroma dominante en su madre. Pensó que cuando su padre lo supiera se alegraría por tener una pequeña parte del recuerdo de su esposa, y lo veria como una confirmación de que seguía presente con ellos.

Pero ahora, supuso que de haberlo notado, seguramente  lo hubiera tomado aún sin su consentimiento, probablemente argumentando que era una señal de que debía estar con el.

Se estremeció y sintió mucho frío, ya no quería pensar en eso, devia concentrarse en buscar una solución. Aún así su corazón dolía demasiado.

-Lo se, afortunadamente tomaste las precauciones al llegar al reino, pero dado que tuviste que seguir tomandolas por lo de tu padre nos quedamos sin reservas, debemos tener cuidado, ya que también mi ración se termino-

Si bien los acuerdos y las leyes protegían a los Omegas y mujeres para no ser obligados a nada que no quisieran, había personas a las que no les importaba, siempre existiría gente despreciable, y siendo dos Omegas viajando solos debian ser en extremo cautelosos.

Continuaron su travesía acercandose a los pueblos solo por provisiones y siguiendo su camino por el bosque.

Llegaron al reino Togata unos días después.

Tamaki, el Omega del rey Mirio era conocido por su gran conocimiento en herbolaria y pociones de sanación, Izuku había aprendido mucho con el y se tenían un gran cariño.

Al llegar debían ser precabidos, así que envío a Tamaki una nota para que los recibiera...

"El gatito de gengibre siempre cae de pie"

LEYENDA (Katsudeku-Omegavese)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora