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El aroma a flores y miel inundaba la habitacion, se sentía fresca, con una corriente de aire suave que le rozaba el rostro haciendolo despertar. Quiso removerse para acomodar su cuerpo, pero no podía, algo lo sujetaba fuertemente de las manos y el torso. El dolor llegó de golpe, no era mucho, pero si lo  suficiente para que soltará un quejido. Escuchó un estrépito en algún lugar, cosas callendose y pasos rápidos.

- ¡¡Despertó!! - escuchó un grito que lo molestó. Y casi al momento escuchó una estampida llegando cerca de el.

- ¡Déjenme pasar! - reconoció la voz molesta de Chiyo.

-¿Cariño, puedes escucharme? - le hablo con la voz calmada.

Con trabajo logro parpadear, la luz le molestaba, pero necesitaba entender que pasaba. Poco a poco abrio los ojos. Chiyo estaba sobre el, mirándolo fijamente con los ojos cristalizados.

-¿Dónde estoy? - hablo con la voz ronca y le dolió hacerlo.

-Tranquilo, estás en el castillo, te estás recuperando, nos preocupaste mucho - reconoció la voz de Mitsuki a su lado.

En el castillo...

Recuperándose...

De golpe los recuerdos inundaron su mente, llenandolo de imágenes y sonidos que sabía que jamás podrían salir de su mente aunque lo deseara. Se retorció por el dolor en su cabeza, intento levantar sus manos para sujetarsela, pero no pudo. Se sentía atrapado.

Y de repente llegó a su mente  la imagen de Izuku... de pie... cubierto de sangre... sonriéndole... desplomandose en el piso... Un rugido ronco que sintio que le desgarraba la garganta resonó en la habitación.

-¿Dónde está? ¿Dónde está Izuku? - logro preguntar sintiendo que escupiria sangre en cualquier momento.

- Esta aquí - dijo Mitsuki haciéndose a un lado, para mostrarle la cama a su lado.

Lo vio y su corazón se estrujo con dolor. Estaba tendido en una cama igual a la suya, con vendajes en ambos brazos, con el rostro palido y los labios entreabiertos y secos.

Sin importarle las negativas de Chiyo y su madre se incorporó, no podía mover mucho los brazos por las vendas, pero aún así lucho por levantarse.

Cómo pudo se acercó a la cama y se sentó junto a Izuku, que no reaccionó.

- Estuviste inconciente tres semanas - escuchó la voz de Chiyo - tus heridas casi han desaparecido, pero nos costó mucho trabajo, los moretones y heridas de tu cuerpo las pudimos sanar rapidamente, pero por alguna razón las heridas de tus brazos no cerraban totalmente con nuestra magia, ningún sanador pudo hacer gran cosa. Por eso aún estás recuperándote de ellas. Supongo que aún duelen - le explicó con calma.

-¿No a despertado? - pregunto sintiendo que la garganta se le cerraba.

- No - dijo Chiyo bajito - paso lo mismo con sus heridas. Lo hemos mantenido lo más cómodo que podemos, y tratamos de alimentarlo, pero ha sido muy dificil. Estaban en habitaciones diferentes, pero su condición empeoraba rápido... -

- Les dije del lazo... Se que Izuku no quería que nadie supiera, pero era importante... lo siento - hablo Denki desde atrás.

-Eso ayudo, pero aún así, no ha dado señales de despertar - hablo Mitsuki bajito.

-¿Cómo...? ¿Cómo está...? ¿Cómo está nuestro cachorro? - pregunto sintiendo miedo de la respuesta.

-... No lo sabemos... - dijo Chiyo con preocupación - no hemos podido tocarlo... no sabemos por qué, pero cada que intentamos encontrarlo o sentirlo... Nos ataca... -.

LEYENDA (Katsudeku-Omegavese)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora