-Bien- dijo Katsuki- primero hay que llevarte con la sanadora para que arregle tu mano, Eijiro los llevará- -Cuando esté mejor llévalos al salón del trono- dijo está vez mirando a Eijiro.
Este asintió y les pidio que lo siguieran.
-¿No vendrás?- pregunto Izuku.
-Tengo algo que hacer, los veré despues- dijo frunciendo aún más el ceño -Vayan-
Entraron al pueblo, era encantador, las casas eran como cabañas hechas de madera y piedra, cada una con un toque diferente pero igual de bonitas. Se levantaban a cada lado de lo que parecía ser el amplio camino principal hecho de piedra, hasta llegar al centro del pueblo. Y más allá del camino se podía ver el castillo enorme y hecho de piedras que parecía salir de la misma montaña o formar parte de ella, era impresionante.
Había soldados en diferentes lugares, aunque solo se distinguían de los pobladores por las lanzas y arcos que portaban, pues a diferencia de los soldados que izuku conocía, estos no llevaban ninguna armadura, sus pantalones, camisas o chalecos parecían de piel o tela que se veía gruesa y resistente. Además de verse enormes y amenazadores. Parecía que todos eran así, aún las mujeres, ya que había varias entre la guardia. Supuso que todos eran Alfas.
Poco a poco el castillo comenzaba a iluminarse con antorchas, y las calles del pueblo con faroles. La noche comenzaba a caer, aún así la gente seguia andando en las calles, ocupados en sus labores, todo se veía lleno de vida e Izuku por un momento pensó en su hogar.
Caminaron hacia una cabaña alejada de las demás y un poco más grande, incrustada en la entrada del bosque, rodeada de árboles y un jardín grande, lleno de hierbas y flores que se veían cultivadas con cuidado.
Eijiro tocó la puerta y un poco después se abrió, dejando ver a una chica de cabello y ojos castaños que al ver a Eijiro salto y lo abrazo fuertemente ante los ojos entrecerrados y un pequeño gruñido de Denki y la mirada curiosa de Izuku.
-¡Kiri! ¿Por que no habías venido? Hace mucho que no me visitas- dijo la chica sin soltarse del cuello de Eijiro.
Este se quedó quieto sin responder el abrazo y suspiro tomando las manos de la chica para que lo soltará.
-Hablaremos despues- dijo, y miro de reojo a Denki que tenía un puchero en el rostro y miraba hacia otro lado. -Necesitamos ver a Chiyo-
La chica ya en el suelo lo miro extrañada y frunció el ceño, siguió la mirada de Eijiro hacia Denki.
Hizo una mueca con disgusto y después miro a Izuku que estaba quieto mirando a los tres sin saber cómo reaccionar.-Vaya, que interesante- dijo la chica y se acercó a él- No logro ver nada, pero se que estás sufriendo, tu magia es un caos y está bloqueando todo, no dejará que nada pase su escudo... ni nadie. Debemos equilibrarla, parece que tienes problemas más grandes que una mano fracturada- y le sonrio.
Izuku no sabía que decir, ni cuál pregunta formular primero. Pero Eijiro se le adelantó.
-Ella es Uraraka, es una lectora de almas, está estudiando herbolaria con Chiyo, nuestra sanadora-
-¿¡Que!?- gritó Izuku- ¡Nunca había conocido a una, para muchos solo son un mito! Es un honor conocerte- y le hizo una reverencia.
Denki puso los ojos en blanco, sabía que las lectoras de almas eran muy raras, hacía mucho que no sabía de una, pero aunque fuera la última en la faz de la tierra no soportaba que se tomará tantas libertades con Eijiro.
-Pasen, necesitas que Chiyo arregle tu mano, y yo necesito preparar lo necesario para arreglar tu magia, será difícil por lo que veo, pero no imposible, ¡Que emoción! ¡Voy a poder practicar todo lo que he aprendido!- dijo dando saltitos y jalando a Izuku al interior de la casa.
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LEYENDA (Katsudeku-Omegavese)
أدب الهواةLas leyendas se forman con el tiempo, vienen de historias maravillosas, de magia, decisiones, errores, batallas y sobre todo amor, que es lo que nos hace cruzar el tiempo y el espacio para ser eternos. Izuku Midoriya, un Omega cuyo destino da un ext...