—¿Vas a ir a comer con nosotras? — le preguntó Eva a Lea desde la puerta, la chica levantó la vista, pero no respondió.
—Pediremos budín. —Intervino Laura asomando la cabeza por detrás de Eva.
Lea soltó un bufido poco femenino y siguió trabajando en los documentos que tenía frente a ella, ignorado a sus amigas como si no estuvieran allí.
Las dos secretarias se adelantaron hasta la mesa con caras de cachorrito herido, un puchero en la boca y le pidieron disculpas, le explicaron brevemente por qué no le dijeron nada sobre la no relación de Eva y Dante, tampoco sobre la relación semi escondida que llevaban Laura y Lucas.
—No irás a negar que eres un poco parlanchina, que a veces cuentas las cosas sin darte cuenta. —señaló Laura e indicó apresurada—. Aunque así te adoramos.
Lea suspiró y las apuntó con el dedo acusatoriamente, como si fuera a decir algo importante, eso hizo que Laura y Eva se mordieran las uñas, sin embargo, soltó una carcajada cuando vio las caras que pusieron sus amigas, ellas pensaban que Lea les diría que no quería que le hablasen más.
—Hace tiempo olvidé la ofensa de que no confiaran en mí. —indicó sonriendo y hablando alto, para ser escuchada en la oficina de al lado, dijo—: Solo que mi jefe temporal es un negrero que no me da tiempo libre, por eso ya no salgo a comer con ustedes.
Laura y Eva se rieron al escucharla, Lea no soportaba a Gael y en cada ocasión que tenía, se lo hacía saber, aunque él insistía en que ella siguiera como su secretaria, y no había hecho nada por encontrar otra.
—Puedes ahora. —gritó Gael desde su oficina—. Y de paso tráeme algo a mí también.
Lea se levantó de la silla haciendo una mueca y levantando el dedo medio de cada mano y se los mostró, aunque él no la veía. Tomó su bolso y le señaló el camino a las dos mujeres que no paraban de reír.
—Quiero el chisme completo cuando lleguemos a la cafetería. Sin saltarse nada. —ordenó en broma la secretaria provisional.
—¿También debo decirte los centímetros que le mide a Dante? —preguntó Eva con burla mientras iban caminando.
—No me tientes pecadora que me da por pedirte fotos, y si me gusta te pido participar en el primer ménage à trois que hagan. —bromeó Lea.
Entre risas pasaron frente a Isabel, quien las miró con desprecio y puso los ojos en blanco, pero ellas no le hicieron caso y rieron más fuerte para mortificarla.
❤❤❤❤
—Lo último es, que Dante me está enseñando a montar a caballo. —contestó Eva a la última pregunta que le hizo su amiga.
—¿Un caballo de verdad, o al caballo Dante? —preguntó Lea en voz baja.
Laura y Eva se rieron fuerte y todos se viraron a verlas.
—Saca tu mente de la cloaca, mujer loca. —protestó Eva tratando de decirlo sin reír.
—Me hubiera encantado estar allí, si cuando fuimos al zoológico no quisiste acercarte a ellos. —Intervino Laura.
—Pues, fue complicado al principio, pero Dante tiene un poder de convencimiento que no pude decirle que no. Les cuento, todo empezó en la mañana...
«Eva despertó y al abrir los ojos vio a Dante observándola.
—¿Qué tiempo llevas así?, me veo horrible al despertar.
—Te ves hermosa, y muy follable. —responde él.
—¿Sí? Tú también te ves muy apetecible. —le dijo Eva rodeándole la cintura con un brazo y frotando su cuerpo contra el de él.
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El amor está en litigio
Любовные романы¿Quién dice qué no se puede ser romántica y profesional a la vez? Eva es una secretaria jurídica, romántica a más no poder. Una mujer que no tiene miedo de demostrar sus emociones. Sueña con tener un amor como el de sus abuelos, que se demostraban a...