Dos días después del accidente de Laura, todos regresaron al hospital con el consentimiento de Gael, él era quien decidía por ella al ser todavía su esposo.
—Pediré a un juez su custodia si sigues así, confié en ti y dejas entrar a esta gente. —vociferó la madre de Laura.
—Si sigues así tendré que pedirte que salgas de aquí, estamos en un hospital, por Dios. —La enfrentó Gael—. Deja que el médico hable y nos diga cómo está tu hija, que tal parece que es lo que menos te importa.
Lucas se acercó a él y le apretó un brazo dando un silencioso, gracias.
—Cómo iba a decir antes de que me interrumpieran —dijo el médico con intención, mirando a la culpable—. La señora Sullivan despertó.
Los reunidos allí comenzaron a proferir palabra de felicidad y alivio, pero se detuvieron cuando dijo que Laura presentaba algunas lagunas de memoria, como el día del accidente, que tendrían que tener paciencia porque podía ocurrir que nunca recordara los momentos que había perdido.
—¿Me habrá olvidado? —preguntó Lucas con angustia y se alejó dirigiéndose a la salida del hospital.
—Nos vemos en casa, tengo que estar con mi hermano ahora. —le comunicó Dante a Eva y se fue detrás de Lucas, alcanzándolo en el ascensor.
Los hermanos se quedaron en silencio, ni siquiera hablaron cuando entraron y bajaron en el ascensor hasta la salida. Subieron al auto de Dante y se fueron sin una dirección fija, solo querían manejar hasta que Lucas se calmara un poco.
Dante manejó hasta llegar al mar, estacionó cerca de una casita blanca que estaba frente a la playa.
Los dos caminaron hasta la orilla, quitándose los zapatos antes de entrar a la arena. Se sentaron y mirando a la distancia guardaron silencio un rato más, hasta que Lucas lo rompió.
—Lucharé por ella hasta el final, pero creo ahora si la perdí. —se lamentó agachando la cabeza.
—No pienses así, yo pensé varias veces que perdía a Eva y estamos mejor que nunca. —Trató de darle consuelo con sus palabras.
—Eva no te olvidará.
—No estás seguro de eso, hay que esperar a que ella lo confirme, son muchos años que se conocen, no creo que te olvide.
—¿Y si en su problema de memoria aún está enamorada de Gael? —Lucas se estremeció al formular su pregunta—. Creo que mejor me alejo de ella, tendrás que asumir mis funciones por un tiempo, creo que me iré a Francia con Adrien.
—¿Y si no te olvidó?, ¿te vas a ir lejos donde ella no pueda ir a verte porque está recién operada?, ¿la abandonaras así?
Lucas suspiró y respondió que no, le sería imposible alejarse de ella y menos en su condición.
Dante se puso de pie y le extendió la mano.
—¿Listo para ver a tu mujer?
Lucas la tomó y se puso de pie con la ayuda de su hermano mayor.
—Estoy listo, veamos cómo está mi belleza rubia.
❤❤❤❤
Eva entró con preocupación a la habitación, no sabía cómo reaccionaría Laura cuando la viera, y tenía aprensión porque sabía que le dolería que su amiga no la reconociera.
—Hola —dijo parándose al lado de la cama.
Laura la mira y sonrió.
—Hola, ¿Eres enfermera? No traes el uniforme —preguntó Laura con mirada confusa.
A Eva se le pusieron los ojos llorosos al escucharla.
—¡No es cierto!, ¡te reconozco, Eva! Solo hice una mala broma. —dijo enseguida Laura, al ver la cara que había puesto su amiga—. Lo siento.
—Si no fuera que estás en esa cama malherida, te daba unos buenos golpes. —informó Eva, riendo y llorando a la vez, al terminar de hablar.
Eva se sentó en la silla que había al lado de la cama y conversaron un rato de lo sucedido.
—¿Y Lucas?, ¿Dónde está que no ha venido a verme?
Eva guardó silencio, no sabía el paradero de su prometido y su cuñado. ¿Le miente a su amiga y le dice que tuvo que irse urgente por trabajo?, o ¿le dice que está fuera, pero tenía miedo verla así y por eso no quería entrar? Se libró de decir una mentira cuando Lucas y Dante entraron a la habitación.
—Aquí estoy, ¿pensaste que saldrías de mí? —preguntó Lucas bromeando y dándole un beso cuando llegó hasta ella.
Dante le tocó el hombro y le hizo señas para salir de la habitación cuando Laura y Lucas dejaron de prestarles atención.
—¿Qué hiciste para que Lucas cambiara de actitud tan rápido? —interrogó Eva, caminando por el pasillo del hospital.
—No mucho, Laura fue su amor imposible desde que la conoció el primer día, no quiere perderla ahora que está con ella. Solo un poco de miedo, pero ya ves que lo superó al entrar en esa habitación.
—Me alegro mucho por ellos.
—Yo también. —contestó Dante, y se detuvo cuando llegaron a la salida del hospital—. ¿Te parece bien irnos a la casa de campo y cabalgar un rato para sentirnos libres?
Eva aceptó, pero le hizo saber que solo iban para estar junto a él.
—Contigo me siento amada y libre en todo momento, y aumentará con el tiempo, no necesitamos de nada más para sentirlo.
—Te amo. —dijo Dante y la besó.
—Y yo a ti, te amo, mi ogro. —dijo ella con alegría, y con deleite le dijo—: apurémonos, esos caballos no pueden cabalgar solos.
Horas después, mientras cabalgaban, Eva se sintió libre, por fin, logró liberar la tensión que tenía acumulada por los días pasados. Cuando pararon para dejar descansar a los caballos, se sentaron debajo de un árbol, con Eva recostada en el pecho de Dante.
—Creo que sería bueno que Laura viniera a descansar aquí con nosotros cuando salga del hospital, ¿no crees? —sugirió ella.
—Podríamos preguntarle, o esperar a ver que dicen los médicos, sus heridas no fueron leves y quizás deba permanecer en la ciudad —respondió él mientras le hacía una leve caricia—, pero creo que es una buena idea, Lucas podría venir con ella y fortalecer su relación.
Eva suspiró pensando en su amiga, Laura tenía muchos problemas que debía resolver, la vida se le había complicado demasiado.
ESTÁS LEYENDO
El amor está en litigio
Romance¿Quién dice qué no se puede ser romántica y profesional a la vez? Eva es una secretaria jurídica, romántica a más no poder. Una mujer que no tiene miedo de demostrar sus emociones. Sueña con tener un amor como el de sus abuelos, que se demostraban a...