Eva tamborileó los dedos en la mesa por el nerviosismo de que la hubieran escuchado, pero al darse cuenta de que no fue así, suspiró de alivio.
—Michael, aquí venden todo el budín que quieras comer, ¿tenías que comerte el mío?
Michael respondió que se merecía, al menos, una porción del dulce, ya que había perdido una cena con ella y mucho dinero.
—No fue culpa mía, guapo, tú cancelaste. —alegó Eva—. ¿Quieres reprogramar la cita?
Él levantó la vista y miró frente a si antes de responder:
—Mejor esperemos otra gala benéfica, sigo muy ocupado y tu guardián seguramente no te dejará salir en una cita conmigo.
Eva rio, por como llamó a Dante, ya veía que su ogro personal no era el único que le ponía nombre a las personas, pero al ver que él siguió mirando para otra parte, aunque le hablaba a ella, miró en la dirección en la que estaba mirando y vio a dos personas, Peter el dueño de la cafetería y Violet estaban en el campo de visión de ambos, pero ella estaba segura de que no era el primero su objetivo, sino la bailarina de ballet que trabaja a medio tiempo en el lugar que ellos visitaban casi a diario.
Luego de un tiempo Michael se sentó junto a ellas, pero permaneció en silencio, las tres mujeres se movieron un poco incómodas en las sillas, tenían que regresar a la empresa y él parecía que demoraría mucho más tiempo.
—¿Vienes mucho por aquí? —preguntó Eva para sacar conversación.
Aparte del día de la gala y dos veces más que hablaron por teléfono para confirmar y aplazar la cita de la cena, ninguna de las mujeres sentadas a la mesa tenía una relación, aunque fuera un poco lejana con él, por eso les daba un poco de pena irse y dejarlo solo.
Lea las salvó al mirar el reloj y con voz de alarma mencionó que ya era tarde y debían de regresar a trabajar. Michael se puso de pie y se despidió con un beso en la mejilla de Laura y Lea, sorprendiendo a las mujeres al ver lo confianzudo que era él, pero al llegar a Eva le tomó la cara con las manos y le dio un beso de pico en los labios, ella se apartó rápido y escuchó algo caer al piso, al mirar hacia atrás vio a Violet salir corriendo.
—Es muy joven aún, por eso actuó así, yo hubiese seguido en lo que estaba y no te miraba más a la cara —le dijo Eva y agregó —: deja de ser un idiota con ella.
Michael suspiró, pero no dijo nada, ella le dio una pequeña palmada en el pecho moviendo la cabeza y se alejó con sus amigas.
—Lo que tiene de guapo, también lo tiene de imbécil, mira que hacerle eso a la bailarina, con lo agradable y buena persona que es ella. —comentó Lea mientras iban caminando.
—Creo que trataba de llamar su atención —Intervino Laura—. Aunque lo hizo de la peor manera.
—Vaya forma infantil de resolver o crear un problema, espero que no me coja más para sus juegos. —se quejó Eva arrugando la nariz.
Al llegar al piso de la empresa en el edificio, se despidieron y cada una fue a su oficina, al llegar a la de Dante para preguntarle como fue su hora de comida, él no estaba allí, y ella regresó a su puesto para seguir trabajando.
❤❤❤❤
Eva estaba preocupada por Dante, él no regresó a la oficina en toda la tarde, ella llevaba más de quince minutos llamándolo al teléfono y no respondía. Insistió una vez más y fue al buzón de voz. Suspiró y tomó el bolso para ir a su casa, como no tenía auto, no podía ir para la casa de campo, que era el lugar donde estaba viviendo con su amante hasta que la policía encontrara a Alina, quien hasta ese momento había sabido esconderse muy bien, además, tampoco tenía la llave del apartamento de Dante en la ciudad.
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El amor está en litigio
Romance¿Quién dice qué no se puede ser romántica y profesional a la vez? Eva es una secretaria jurídica, romántica a más no poder. Una mujer que no tiene miedo de demostrar sus emociones. Sueña con tener un amor como el de sus abuelos, que se demostraban a...