Capítulo 19

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Eva decidió callar, ¿para qué decirle? Era algo que decidió dejar en el pasado, si Samael decidió no presentarse a la cita y bloquearla de las redes sociales mejor dejarlo así, para qué pensar en algo que le dejaba un sabor agridulce.

«Una lástima, me encantaba».

—No pasa nada, solo pensaba en nosotros, siempre que nos vemos fuera de la oficina, es dentro de una habitación, y tú completamente desnudo. —respondió al fin Eva y levantó la mano cuando él iba a hablar—. El bar no cuenta, allí te portaste muy mal, como un patán troglodita.

Dante levantó las manos como disculpándose, pero sonrió acercándose a Eva, la tomó por la cintura y la acercó a él.

—Pero si te encanta verme así, de que te quejas.

Eva le dio un golpe en el pecho y lo empujó riendo con él.

—Deja la gracia y vamos a dormir, estoy cansada.

Dante se puso serio al recordar el día que habían tenido, subió a la cama y se acomodó abrazando a Eva, a ella todavía le costaba relacionar al hombre que de día era un ogro y de noche era un osito que le encantaba dormir abrazado mientras dormía, Eva le dijo lo que estaba pensando y Dante le dio una nalgada que le hizo saltar en la cama al no esperarlo.

—¿Y eso por qué fue? —preguntó Eva un poco mosqueada.

—Para que veas lo que hace el osito. —respondió él y volvió a acomodarse.

Eva soltó un bufido poco femenino que hizo reír a Dante. Y así, abrazados y con una sonrisa, se durmieron, sin pensar en el día que pasaron o en el que les espera al día siguiente.

♥♥♥♥

El despertador sonó y Dante medio dormido lo tomó y lo tiró, se sentía bien, muy cómodo y no quería despertar. Suspiró, besó la cabeza de Eva y siguió durmiendo.

Una hora más tarde despertó Eva sobresaltada, se había quedado dormida, se quitó el brazo de Dante de arriba y este protestó, pero ella no le hizo caso, buscó un reloj y soltó un grito al ver la hora.

—¿Qué pasó? —preguntó Dante sentándose en la cama.

—Nos quedamos dormidos y la reunión con todos los departamentos y accionistas es en primera hora. —respondió ella mientras corría para el baño.

Dante la siguió al baño y mientras Eva protestaba, él alegó que había que economizar el tiempo, y aunque Eva siguió con sus protestas, se ducharon juntos.

Se fueron sin desayunar, mientras Dante le prometía enviar a alguien de la empresa para buscar algo para los dos.

—Aún no me has dicho que querías contarme —indicó Eva cuando estaban llegando a las oficinas.

—Más tarde, quiero que sea con mucho tiempo, ahora nos esperan para la reunión.

Ella estuvo de acuerdo y fueron directo a la sala de juntas, Dante la tomó de la mano y al entrar todos se quedaron mirándolos, pero cuando Eva intentó recuperar su mano, él le apretó más fuerte la mano para que no pudiera soltarse y fueron hasta la silla que quedaban vacías.

—Si ya se cansaron de mirarnos, pueden proseguir en lo que estaban. —dijo Dante de malos modos y enseguida todos desviaron la mirada, pero no hablaban, y esto lo enojó más, Eva por su parte se sonrojó de la vergüenza.

Lucas, al ver que su hermano dejó mudo a todos, prosiguió contando a los inversionistas lo que había pasado con Alina, y la reunión retomó su curso, pero no sin dejar a Eva avergonzada, ya que vivía pregonando que no tendría nada con nadie de la empresa, y venía Dante a dejarla mal parada y como una mentirosa.

El amor está en litigioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora