Capítulo 15

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Lunes en la mañana

Eva llegó a la oficina y dejó el bolso para dirigirse a la oficina de la presidencia, quería ver a Laura, ya que le preocupaba. El domingo la llamó para ver cómo le iba y si necesitaba algo para cuándo llegara a casa, la rubia le respondió, pero se notaba nerviosa al hablar, y por mucho que Eva insistió preguntando si pasaba algo, ella le dijo que no pasaba nada.

Eva entró sin llamar como había hecho otras veces, pero vio a Laura y a Lucas como si se estuvieran retando, los tres se quedaron mirándose con caras de circunstancias.

—Buenos días. —saludó Eva para aligerar el momento, ya que se sentía tenso—. Perdón, no quería interrumpir. Laura, vengo más tarde.

—No hace falta, puede quedarse, aquí ya terminamos. —dijo Lucas y se dirigió a su oficina con cara de enfado.

Eva se disculpó nuevamente con su amiga, y esta le dijo que no lo hiciera, que había llegado en un buen momento.

—¿Qué le pasa al jefe buena onda? Hoy se parece a Dante en lo gruñón.

—Es una historia larga de contar, algo que llevo guardando mucho tiempo, ¿te parece bien reunirnos al terminar la jornada? Necesito hablarlo con alguien y quiero que seas tú. —respondió Laura angustiada.

—Por supuesto cariño, ¿en el lugar de siempre?

—No, en tu casa mejor, no quiero que llegue ningún conocido mientras conversamos.

A Eva le pareció bien y quedaron en irse juntas en el auto de Laura.

❤❤❤❤

Lunes al mediodía

Eva iba sonriendo, acababa de bajar del auto de Leo, este la dejó frente al edificio de la empresa luego de haber comido con él y con Emma. Estaba acordándose del chiste que su amigo le hizo y al levantar la vista vio a Dante con las manos en los bolsillos del pantalón con cara de enfado, esto no le sorprendió porque era habitual en él, pero si le sorprendió que era mirándola a ella. Pasó al lado de él sin mirarlo y siguió hasta el ascensor, él fue detrás de ella y se puso a su lado sin hablarle, luego de un momento a otro le preguntó:

—¿El abogaducho sabe que lo engañas conmigo?

—¿¡Eeh¡? —Fue lo único que pudo decir Eva.

Dante le repitió la pregunta y ella se rio al no creer que le hiciera esa pregunta y él se enfadó más.

—¿Le hace gracia estar con los dos a la vez?

—No estoy con los dos, usted fue algo de un día, nada más.

Se abrieron las puertas del ascensor y Eva salió antes de que él le dijera algo más. Pasaron por la recepción y ella saludó a la recepcionista con más entusiasmo del acostumbrado, esto pareció molestar más a Dante quien soltó un bufido.

Llegaron a la oficina de ella, Dante la tomó por el brazo y la llevó hasta la de él, cerrando la puerta en el proceso. Ella protestó, pero él no le hizo caso.

—¿Qué cree que está haciendo? No sea neandertal.

—No se burle de mí, Eva. —dijo Dante con los dientes apretados.

—Usted se burló de mí y se rio de ello, ¿pero le molesta que yo lo haga con usted?

Dante tenía el cuello y los hombros en tensión. Eva se le acercó y le dio un pequeño masaje en los hombros.

—Relájese, recuerde que usted y yo quedamos en que lo que pasara entre los dos, sería algo de una noche.

—Pero...

El amor está en litigioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora