—Linda.Giro mi cabeza y lo miro. Él se mantiene mirando el suelo, pero su pequeña sonrisa lo delata.
Ruedo mis ojos y sigo caminando.
En este momento estamos dando una vuelta por el parque, Kermit ya desapareció a correr por su propia cuenta. Iguana traicionera.
En las tardes siempre estoy acostumbrada a tener una rutina de trote alrededor del parque mientras Kermit aprovecha para hacer sus necesidades y tomar el aire libre. Pero esta vez, estoy haciendo la misma rutina... Con él.
El idiota que hace exactamente media hora llegó inesperadamente a mi apartamento con su sonrisa coqueta y arrastrando consigo mis tortuosos sentimientos.
No digo que sean malos, solo... Se siente extraño. A pesar de que llevamos conociéndonos el suficiente tiempo como para ya "acostumbrarme" a estos, no sucede así. Es inevitable el que esté presente siempre que él está cerca.
— ¿Qué te tiene tan pensativa, Small? —Cuestiona mirándome con curiosidad.
»Qué a pesar del tiempo que ha pasado, sigo sintiendo mariposas en el estómago«
—Solo... —Suspiro—. Sigo procesando el hecho de que en verdad estés aquí.
Ríe.
—Bueno, espero también puedas procesar el que tendrás que aguantarme durante un mes entero—Revela.
Lo miro de golpe. ¿Un mes entero?
— ¿Un mes entero? —Repito— ¿Aquí?
» ¿Conmigo?« Lo pienso, pero retengo el pensamiento antes de que escape de mi boca.
Aclaro mi garganta ruidosamente.
—Digo... Sí, claro— Miro a mis alrededores para intentar sonar casual —. Y no, claro que no será problema. Solo...
Él se acerca peligrosamente a mi cara y sin yo esperarlo, me calla besando mi mejilla. Solo fue un toque, pero aun así hace que me calle para mirarlo sorprendida.
—Ya entendí Small, si quieres que me quede contigo— Sonríe perversamente haciendo que yo me sonroje.
Pinches mejillas delatadoras.
—Aww... Si harás eso siempre que te dé un beso en la mejilla, creo que lo estaré haciendo más seguido— Comenta con diversión. Y cuando creo que no dirá nada más, escucho un murmuro —No imagino como será cuando robe un beso de tus labios...
Abro mis ojos como platos y siento como mis mejillas se calientan con más ferocidad.
—Ah... Yo...— Balbuceo, incapaz de pronunciar palabra —Eso... Eso no es posible, aún no hemos llegado a... Ése paso.
Cruzo los brazos sobre mi pecho y desvío mi mirada.
—Mmm... ¿Pero estamos muy cerca, no?
Dichas esas palabras, me abraza con cariño. Ay, ¿Por qué siempre es así de dulce?
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Una Oportunidad
Non-FictionAstrid Lee ha sufrido de Bullying gran parte de su vida y por ello, al ser aceptada en la Ai (Universidad Internacional de Miami de Arte & Diseño) decidió que era conveniente alejarse. Irse a un lugar donde sabía que nadie la volvería a molestar, a...