Caminaba a paso nervioso por el pequeño local, mientras observa a mis alrededores con curiosidad.
Las pareces estaban pintadas de un durazno muy bonito, tenían unas finas líneas de color blanco que se asemejaban a unas nubes y en algunos lugares específicos, pequeñas aves de color negro.
Era precioso.
—Tú debes ser Astrid ¿No?— Comentó una chica pelirroja de casi mi edad. Extiende su mano —Mucho gusto, soy Isaly.
—El gusto es mío —Estrecho su mano y mis labios formulan una mínima sonrisa.
—Bueno, tomemos asiento— Dice señalando una de las varias sillas que había en toda la habitación y sentándose. La imito.
Aclara su garganta.
—Y dime, ¿Habías trabajo antes en una heladería?
—No.
—Okey... ¿Te llevas bien con los niños? Porque si no es así, déjame decirte que no creo que este sea el mejor lugar para evitarlos, créeme. ¡Siempre hay muchos! —Ríe— Pero bueno, después de todo es una heladería.
Río.
—Si me llevo bien con los niños. Es más, los adoro— Aseguro— Siempre he sentido que me relaciono mejor con ellos que con cualquier otra persona.
Asiente, complacida.
—Muy bien. Supongo que con eso basta— Hace un indicio de levantarse, pero alza el dedo al recordar algo —Oh, y solo para asegurar... ¿No eres un asesino serial buscado internacionalmente que intenta despistar a la policía haciéndose pasar por una ciudadana común y corriente... No?
Carcajeo y ella me sigue
—No... Y si lo fuera, dudo que te lo diría— Aclaro y ella asiente dándome la razón — Además, ¿De dónde viene esa idea tan alocada?
Se encoge de hombros.
—Mucho Investigation Discovery e libros— Sonríe como un angelito —Ahora. Inicias mañana ¿Te parece bien?
—Perfecto.
Se levanta y busca una hoja la cual me entrega.
—Aquí tienes tu horario y... Creo que eso sería todo. — Sonríe antes de agregar entusiasmada — ¿Sabes Astrid? Presiento que este es el inicio de una linda amistad.
—Yo también lo pienso Isaly.
—En fin. ¿Me ayudas a cerrar? Tómalo como una primera enseñanza— Comenta haciendo un ademán con su mano.
—Debo escribirle a un amigo para que pase por mí, pero enseguida te ayudo— Cuestiono.
—De acuerdo.
Busco mi teléfono y texteo un mensaje a Alessandro.
»Estoy lista«
Segundos después, recibo respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Una Oportunidad
Non-FictionAstrid Lee ha sufrido de Bullying gran parte de su vida y por ello, al ser aceptada en la Ai (Universidad Internacional de Miami de Arte & Diseño) decidió que era conveniente alejarse. Irse a un lugar donde sabía que nadie la volvería a molestar, a...