Nine || ¡Astrid!

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La luz solar ilumina con intensidad el dormitorio

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La luz solar ilumina con intensidad el dormitorio. Terminó de abrir mis ojos y notó el panorama a mí alrededor, sonrío.

Acaricio el pecho desnudo de Clark y teniendo una idea fugaz, comienzo a dejar besos por su rostro. Él se remueve, pero aun así continuo mi trabajo.

Me subo sobre él para tener más acceso a su cara. Unos brazos me rodean y una sonrisa se dibuja en el somnoliento rostro de Alessandro.

—Buenos días Small —Acaricia la parte baja de mi espalda — ¿Ya estás despierta tan temprano?

Beso su nariz.

—Sí.

Achina los ojos antes de sentarse y colocarme en su regazo.

— ¿Que quieres? —Pregunta.

Sonrío con diversión.

— ¿Por qué pretendes que quiero algo? —Enarco una ceja.

—Solo lo sé.

Lo pienso.

—Si quiero algo y tú me lo vas a dar.

Ríe.

— ¿Desde cuándo eres tan retadora?

— ¿Enserio quieres que te responda esa pregunta?— Coloco mis brazos alrededor de su cuello y lo miro.

—Mmm...

— ¿Mmm...?

—Creo que sé la respuesta —Comenta —Pero... Si quiero saber que estás tan segura de que te voy a dar.

Ladeo mi cabeza.

—Bien. Te lo diré después de vestirnos ¿Bien? — Asiente —Y espérame en la cocina, tengo hambre.

Me besa con rapidez antes de bajarme y dejarme sobre el otro lado de la cama. Tomo la sábana y la arrastro conmigo al baño, tomo un conjunto del closet y cierro la puerta.

Me quito la sábana que cubre mi cuerpo y comienzo a colocarme la ropa interior, un mono deportivo y una camisa holgada azul marino que combina con mis ojos. Sonrío a mi reflejo y salgo del cuarto de baño.

Alessandro se encuentra afuera sin camisa buscando una frente a la parte del closet que le corresponde y al verme, sonríe.

—Radiante como siempre, Small— Susurra acercándose.

—Bueno ahora sí me disculpas, iré a preparar mi café mañanero y si no te apresuras, también haré nuestro desayuno— Le guiñó un ojo antes de apoyarme en el marco de la puerta y lanzarle un beso en el aire.

Camino con rapidez a la cocina y coloco el agua con el café en la cafetera.

Minutos después veo a Alessandro entrar en la cocina.

— ¡Apareciste! Yo estaba a punto de preparar una lechuga con todo el vinagre— Bromeo.

Ríe.

—Veo que despertaste de buen humor— Comenta y puedo notar el pequeño tono de picardía.

Una OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora