Angustiado, Hoodie, se mantenía muy cerca del muchacho soplándole aire fresco con una revista, deseando estar equivocado en su pronóstico apresurado, ese chico necesitaba antibióticos, medicamentos para el dolor y un jodido hospital, no habría nada que ellos pudieran solventar desde su genuina ignorancia. Pero pese a lo que él opinase, la bestia parecía muy decidida a mantener al muchacho bajo sus leyes... si tan solo le prestase un poco más de atención, se daría cuenta de que tenía razón. Estaba muy asustado como para llevarle la contraria, es decir, podía salir muy mal parado de todo eso. Es entonces que se limitaba a dar sus reportes diarios acentuando la desmejora del chico con el paso del tiempo. Quizás era tétanos, septicemia... palabras muy confusas que para él realmente simbolizaban la muerte y el desconocimiento. Hoodie era hábil suturando heridas y reacomodando huesos, se valía con lo que tenía, pero nunca había tenido que lidiar con una situación tan problemática como esa. No podía alejarse de él, menos por la noche, de alguna manera sentía que si le daba la espalda... lo encontraría muerto en la mañana... ahogado con vómito, con los puntos abiertos... cualquiera de esas opciones resultaba aterradora. Es entonces que vivía en un estado de ansiedad latente en referente al cuidado del muchacho. Una noche más que no dormiría, limpiando la transpiración de la frente del joven, enjuagando sus cabellos y en general haciéndole compañía. Muy de vez en cuando, el rubio se detendría para comprobar, muy a su pesar, que la fiebre se mantenía arraigada y que no parecía tener planes de irse pronto. Podía verle murmurar entre sueños, apretando ligeramente los ojos para voltear suavemente su cabeza escapando de la luz o de cualquier cosa que su cerebro se inventara. A ese punto, Hoodie realmente no sabía qué pensar del muchacho, es decir, francamente le resultaba atemorizante su ímpetu combativo y s manera extravagante de comportarse... nada antes visto por esos lares. Por otro lado, no había podido ahondar más en su personalidad debido a las nulas interacciones que habían tenido hasta el momento. Podía destacar su osadía y su manera caprichosa de comportarse, reconocía que su presencia en ese lugar solamente podía significar problemas. Un desastre que por alguna razón estaba bajo su cuidado. Peinó los cabellos de chico hacia atrás de manera que descubriera su cálida frente, lo escuchó suspirar gustoso cuando un nuevo repasador con agua helada se recostó sobre su piel extendiendo satisfacción a su cansado cuerpo. Paseó su mirada en las ojeras bajo sus ojos, en la suave y pálida piel, deteniéndose finalmente en la carnicería que formaba el roste sobre sus labios. No podía haber sido un accidente, a leguas y con un puso firme, debía de tratase de algo hecho a conciencia. Arrugó ligeramente la punta de su nariz cuando Tobías abrió la puerta de la habitación con esa mirada de pánico que caracterizaban a las liebres de pie en la ruta a punto de ser atropelladas. Hoodie se pasó una mano por el rostro espantando el ensueño antes de sentirlo moverse en silencio por la habitación.
-¿De verdad te comiste eso?- Hoodie catapultó con el atisbo de una risa aquel comentario referente a la situación vivía hacía un par de horas. Tobías no respondió, en tinieblas tanteó el suelo antes de simplemente sentarse a su lado- sos un asqueroso man- y al final creyó escucharle reír suavemente, eso era bueno, Tobías normalmente era un caso peculiar y muchas veces no llegaban a congeniar. Digamos que Tobías solía alejarse del contacto humano o de las conversaciones, era nuevo verle interesado en Jeff. Nuevo y peligroso. Peligroso para todos- ¿Estaba bueno?- lo escuchó gruñir suavemente en respuesta.
-¿Podríamos hacer como si eso no hubiese pasado?- se encogió de hombros antes de recostar la cabeza contra la pared, mientras un suspiro de ensueño se escapaba de sus labios- ¿Noche difícil?
-Eso mismo te tendría que preguntar a vos, cachorrito de montaña- se rio al escucharle gruñir por lo bajo- ¿no deberías estar durmiendo ahora? ¿Tienes trabajo mañana?- Lo sintió removerse a su lado.
-No mucho, gozo con la indiferencia de nuestro señor- musitó esbozando una risa tonta- quizás y pueda tumbarme un rato por la tarde- se llevó la taza de café a la boca- por ahora tengo en claro de que dormir no quiero.
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House of lies
FanfictionEl chico estaba perdido hasta que se encontró con la bestia. La bestia era un tirano hasta que se encontró con el chico. Ambos no pudieron evitar sentirse llamados a conocerse, tanto uno como el otro poseen fuertes y debilidades que los impulsan a l...