Capitulo trece

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El rubio miró de reojo a Tobías, mismo que con manos temblorosas se apresuraba a poner en el fuego algo de comida rápida para poder ocuparse de otros asuntos. No había rastros de arrepentimiento por lo que hubiese hecho de no encontrar al muchacho extraviado, realmente consideraba que su iniciativa era y sería la más humana. Tobías tímidamente le dio una sonrisa nerviosa, quizás sin comprender la razón por la cual notaba a su compañero más pensativo o simplemente arrastrando y compartiendo la angustia que sumía a la casa en ese desconcierto general provocado por el despertar presuroso. No sabía que Hoodie había considerado dispararle con la misma pistola que ahora colgaba (descargada) de su cinturón. Llenó sus pulmones de aire mientras lo observaba moverse, no diría lo mucho que le había afectado ello, pero sabía que esa noche sería incapaz de dormir. Pensó en la tierna mirada del chico, en cómo hubiese confiado ciegamente en cualquier decisión que hubiese tomado. De haber querido dispararle simplemente se hubiese acercado y lo hubiera hecho, Tobías no se resistiría ni dejaría de mirarlo como el estúpido Golden retriever que parecía ser muchas veces. Sabía que le sonreiría como si hubiese metido la pata, le diría algo tonto y trivial, sin negarse ni oponerse. Es por eso que él estaba a cargo de esa decisión, nunca lo había hablado, pero él se sentía totalmente responsable de bienestar del chico. Pero también sabía que esa decisión no le correspondía del todo, Masky opinaba distinto en referente a una muerte digna. De irse nunca, lo arrastraría con él. Pero era distinto hablando de Tobías, él solo no tomaría la decisión y ante la duda, otro actuaría. No permitiría que cargase con el problema solo... no era lo humano. Ni tampoco permitiría que levantase un arma en su propia contra. De solo imaginarse aquello se le daba vuelta el estómago. Hoddie fue discreto, había estado seguro de lo que iría a hacer, el arma contra la nuca y apretar el gatillo, no es como si nunca antes lo hubiese hecho. No querría ver su rostro ni que éste se enterase de cómo sería su fin. Hoy tuvieron suerte... solo eso. Como el amo piensa en la eutanasia frente al sufrimiento, de esa misma manera Hoodie sostuvo el arma en contra de su aliado, pero ahora simplemente lo observaba cocinar sin mucho más. Podrían llamarlo egoísta, que no tomaba en cuenta los deseos de Tobías... pero prefería eso a dejarle solo. Lo vio sonreírle nuevamente mientras le pasaba un vaso de agua... tan atento siempre.

Hoodie desparramó las balas sobre la mesada antes de formar grupitos pares, a lo que Tobías le pasó un frasco donde las guardaban antes de darle un repasado. El chico habría pensado que estaba limpiando el arma. Hoodie simplemente observó las balas y miró el rostro sonriente del chico que comenzaba a impacientarse con el silencio del otro.

-No las dejes al alcance de "ya sabes quién"- le dijo simplemente antes de señalar a Jeff con la cabeza- hará un desastre con eso- Tobías asintió con su cabeza antes de tomar una silla y sentarse frente al desfile de balas. Hoodie no podía dejar de pensar en lo que hubiese tenido que hacer si no encontraban al pelinegro a tiempo.

-¿Sabes algo de Masky?- preguntó jugando con una de las balas.

-Debe de estar en camino- fue simple, sin dar muchos detalles mientras desarmaba la pistola.

-¿Jeff va a estar bien?- por alguna razón no quería que el silencio creciera entre ambos, estaba desesperado por conseguir un poco de seguridad.

-Por nuestro bien- levantó la vista observando esos hermosos ojos delicados- eso espero- no había calidez en sus palabras. El silencio se extendió y ninguno de ellos estaba cómodo con romperlo. Se concentró en la comida.

Finalmente, Tobías, pareció hartarse del silencio que los envolvía e intuyó (erróneamente) qué era lo que tanto preocupaba a su compañero hasta el momento. Se giró secando sus manos con el repasador de la cocina, tratando de ocultar sus dedos lastimados debido a la ansiedad y el desenfreno. Le clavó la mirada como si estuviera organizando dentro de su cabeza las palabras antes de poder comunicarlas, o como si tuviese miedo de la respuesta... cualquiera de las dos era plausible.

House of liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora