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Sonrió después de tanto esfuerzo para emparejar al chico rubio con otro chico de pelo azulado.

"Me arrepiento de no haberme dado cuenta desde un principio lo lindo que es esto.." se dijo a si mismo cuando vió como el menor se ponía nervioso a la constante mirada de su contrario.

Han Jisung era un cupido, entre otros, bastante aficionado. Le gustaba haber elegido ese oficio, era lindo ver como con solo un poquito de amor cualquier persona cambiaba, ya sea para bien o para mal. Lo único malo es que nunca ha podido gustar de alguien, cosa que anhela con muchas ganas. ¿Qué se sentirá tener mariposas en el estómago? Era bastante ilógico que alguien como él, que se dedica a juntar personas y sabe bastantes cosas del amor, no sepa responder esa simple pregunta.

Suspiró. Ya se estaba haciendo tarde y debía volver al palacio, allí le darían su próxima tarea. "Espero que no me toque alguien tan complicado como este chico.." rió internamente. Realmente había sido un caso hacer que el rubio cayera en cuenta de que aquel peliazul era su alma gemela y no aquella castaña.

Decidió caminar un momento antes de salir volando para el palacio, le gustaba tomarse un tiempo para apreciar el mundo humano. Era muy lindo.
A lo largo de su caminata vió a varias personas, algunas estaban acompañadas y otras estaban solas. Pero le llamó mucho la atención ver como dos ancianitos caminaban agarrados de la mano y sonriendo entre ellos, en ese momento pensó que quería llegar a ser así en un futuro, pero rápidamente ese pensamiento se esfumó al recordar que ser cupido no le permitía enamorarse ni tampoco envejecer.

Luego de unos minutos más caminando por las lindas calles de seúl, se permitió volver al palacio. Unas blancas y suaves alas salieron de su espalda, haciéndole un poco de cosquillas, y se dirigió hacia el cielo, cruzando aquellas esponjosas y lindas nubes. Al traspasarlas se encontró con un castillo de tonos claros, predominando el rosa pastel. Sonrió al ver a lo lejos a uno de sus amigos, Felix.

--¡Hey!-- llamó el castaño agitando su mano mientras se acercaba.

--¡Hannie!-- saludó el rubio a su amigo con una sonrisa --¿Dónde has estado? s
Somi te estaba buscando-- continuó hablando una vez que su amigo se puso a su lado.

--Buhh-- se quejó acompañado de un puchero --, ¿puedes acompañarme?-- preguntó a la vez que juntaba sus manitas en forma de súplica y lo miraba con ojitos de cachorro.

--¡Hey!  o se vale poner esa carita, sabes que no puedo decirte que no si haces eso-- dijo el contrario mirándolo con el ceño fruncido.

--Esa es la idea-- dijo con obviedad.

Finalmente Felix accedió a la idea y se encaminaron hasta la oficina de Somi, su jefa. En el recorrido hablaron y saludaron a demás compañeros, le sorprendió ver como dos de ellos estaban más pegados de lo normal. Eso estaba mal.

Se detuvieron delante de una puerta unos metros más grande que el par de amigos y la tocaron con el típico tono. Al rato se escuchó un 'pase' proveniente de adentro de aquella oficina, a la cual entraron al instante.

--Han, te estaba esperando-- fué lo primero que dijo la chica al ver al par contrario.

--Lo siento Somi, Hyunjin estaba muy enganchado con Sunmi y me costó un poquito que se dé cuenta que ella no era su alma gemela..-- dijo para luego hacer una leve reverencia como disculpas.

--No te preocupes por eso, la mayor parte del tiempo pasa así-- la rubia le sonrió suavemente para luego volver a su expresión seria y seguir hablando --. Aún así, esta tarea tal vez se te haga más difícil..

--Oh, ¿cuál es?-- preguntó intrigado el rubio, a lo que recibió una mirada furtiva por parte de su amigo.

--Es sobre un chico, pero en ninguno de mis papeles dice quién es su alma gemela-- los contrarios se sorprendieron. Se supone que cuando naces ya se te asigna un alma gemela, normalmente la misma persona que te tocó en tu vida pasada --. Tendrás que encontrarla y luego emparejarlos.

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