Capitulo 6

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Sabía que haber ganado traía grandes beneficios, pero también varios problemas y conflictos.

Varias pandillas y mafias querían adueñarse de todo Japón y empezar a expandirse, sabía que no iban a aceptar tan fácilmente que una chica se haga cargo, pero me daba igual. Iba a dar la cara sin improtar nada, aún si eran pandillas con las que me llevaba bien o les tenía alguna clase de apreció.

Y dicho y echó.

A los días muchas pandillas se enteraron de lo sucedido con la mafia tan conocida "Las Serpientes". No podían creer que una chica los allá acabado en un abrir y cerrar de ojos y en tan solo una noche.

La Tenjiku ya sabía de lo ocurrido unos días antes, ya que ellos me preguntaron que me pasaba porque me veían bastante ocupada y más activa.
Al principio no me creyeron ya que pensaban que era alguna clase de broma o algo por el estilo, pero al ver que tenía a varios hombres de dicha mafia a mi disposición, me terminaron creyendo y respetando. Varios miembros de Tenjiku, se unieron a mi, mientras que otros estaban en contra. Entre ellos estaba Izana, no quería que me meta en esa clase de problemas o conflictos, pero era demasiado tarde.

Tuvimos una fuerte discusión con otros miembros de dicha organización, les advertí que si se metían en mi camino terminarían 5 metros bajo tierra aún si los conocía de toda la vida.

La persona a quién más estaba esperando a confrontar era el líder de la Toman, Sano Manjiro.
Conocía a Mikey desde pequeña, esto debido a que íbamos a la misma primaría, hasta que me tuve que cambiar de escuela debido a que mis hermanos al torturar a los ex's líderes de Roppongi fueron 2 años a la correccional y decidieron cambiarme a una escuela que esté dentro de Roppongi, así nadie se atrevería a tocarme un pelo, ya que era su territorio.

Nos volvimos mejores amigos y me presento a todos los fundadores. Nos llevábamos muy bien, los amaba, eramos como una familia.

Cuando Shinichiro murió Mikey cambio. Se volvió más introvertido, ya ni expresaba sus sentimientos, sus ojos ya no tenían ese brillo característico que tanto lo representaba. Seguía mostrándose como una persona alegre, como si no le pasará nada, pero yo no quería meterme mucho en su vida y en su vida privada y nunca lo pude ayudar ya que tenía a Draken y pareciera que le contaba absolutamente todo y no quería ser una molestia.

Un día despierto con varias llamadas pérdidas y mensajes de Manjiro, cuando estaba por responderle me vuelve a llamar.

-Tenemos que hablar- comento rápidamente sin que pudiera llegar a hablar primero.

-Claro, ¿dónde y cuándo?

-¡Ahora! Te espero abajo de tu departamento.

-Me baño y bajo.


Corté y me fui a bañar. Sabía que cuando se ponía de esa forma era mejor no hacerlo enojar más de lo que estaba, aparte de que me acababa de despertar y no estaba con ganas de empezar el día discutiendo. Termine de bañarme, me arregle, tome mis cosas y baje.

Manjiro me estaba esperando arriba de la moto, por su aspecto diría que estaba bastante enojado. Sin decir nada me acerqué a él, me colocó el casco y nos fuimos de ahí. Durante todo el trayecto ninguno pronunció ni una sola palabra, solo se escuchaban los ruidos de los autos. Paramos en un edificio abandonado, era uno de los lugares en donde más nos reuníamos los de la Toman para pasar el rato.

Baje de la moto, me quite el casco y este me tomó de la mano y me llevó hasta el techo de dicho edificio. Me soltó y sin mirarme todavía empezó a hablar.

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora