Capitulo 24

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Tres años después

Un joven de cabello negro y ojos rojos como la sangre se encontraba observando los cuerpos de sus difuntos amigos, los cuales se encontraban tirados en el suelo muy golpeados.

Esté se encontraba acompañado de su mano derecha y otros miembros de su pandilla, los cuales veían aterrados a sus compañeros muertos.

-¿Quién fue? - dijo hirritado.

Ninguno pudo llegar a pronunciar una sola palabra.

-PREGUNTÉ, ¿QUIÉN FUE? - gritó alterado.

-N-no lo s-sabemos aún, c-comandante. - murmuró un joven muy asustado.

-¡Entonces pónganse a buscarlos! - grito - Quiero saber quiénes fueron los desgraciados que hicieron esto.

-¡S-si! - gritaron al unísono.

Los jóvenes se fueron rápidamente a hacer lo que su comandante les pidió, mientras que este se quedo mirándo unos minutos más a sus amigos muertos, para despedirse.

-Gracias, por haberme seguido todos estos años, chicos. - murmuró cerrando los ojos de estos - Prometo, que me vengare y llevaré paz a sus familiares.

El joven se levantó y comenzó a cambiar en dirección contraria a estos.

Los días pasaban y era cada vez más y más difícil encontrar alguna información acerca del asesino de sus amigos. No habían dejado huella y si la llegaron a dejar, la habían borrado perfectamente.

-¡INÚTILES! - gritó para tomar un arma y dispararles a cinco de sus miembros en la cabeza.

Desvió la mirada y vio a otros tres miembros apuntandoles con el arma, estos comenzaron a temblar.

-Si no encuentran información en las próximas 24 horas, los buscaré personalmente y les pegaré un tiro a cada uno. ¿Fui claro? - dijo molesto.

Los tres chicos asintieron frenéticamente para después irse de ahí corriendo.

Durante horas estuvieron buscando desesperadamente algo que les de alguna clase de pista, pero no lo encontraron. Al cumplirse la hora límite corrieron desesperadamente escondiéndose de su comandante, pero fue inútil.

A las horas fueron asesinados a golpes por su líder, sus cuerpos fueron tirados en diferentes locaciones de Roppongi para no llamar la atención.

El joven cada vez se volvía más y más loco. El simple echo de no encontrar al culpable lo enloquecía de tal manera, que era capaz de cualquier cosa.

 El simple echo de no encontrar al culpable lo enloquecía de tal manera, que era capaz de cualquier cosa

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-Señorita Luna - hablo Robert entrado a su despacho.

-Dime Robert. - respondió dejándo de ver la laptop.

-Me informaron que hubieron varias personas de otras pandillas merodeando por Roppongi - dijo serio - ¿Quiere que averigüe de quién se trata o qué traman?

-No creo que sea necesario. - respondió acomodándose en su silla - Creo que se quienes son. ¿Recuerdas la pandilla que te hablé hace unos meses?

-¿Las serpientes?

-Si. Mis hermanos asesinaron a unos jóvenes que querían hacer de las suyas en territorio ajeno y les dieron una lección. - dijo molesta - Al parecer el líder de la pandilla esta buscando quienes fueron los asesinos de sus amigos.

-¿Qué quiere hacer al respecto?

-Por el momento los seguire observando por si llegan a descubrir algo.

-No se debe preocupar por eso señorita. Me encargaré personalmente de que eso no suceda. - dijo firmé.

-Gracias Robert.

El joven salió del despacho, mientras que la joven se quedó mirando por el ventanal. Esa pandilla era quién asesinó a sus hermanos en el pasado. Su líder había enloquecido por el asesinato de sus amigos y fue hasta una pelea ajena a la suya para asesinar a los responsables.

-No te dejaré ponerles un dedo encima... - murmuró.

-Lu~ hablo Ran entrando.

-Vamos a almorzar - le siguió Rindou.

-Si - respondió con una sonrisa.

Tomó su abrigo y se fue con sus hermanos. Sabía lo que el líder de las serpientes tenía pensado hacer cuando encuentre a los culpables, pero ahora todo era diferente. Ella estaba ocultando las huellas no sólo de sus hermanos, sino de la pandilla en la que estaba para que no salgan perjudicados.

Pero hay que tener cuidado, uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar en el futuro, las cosas cambian y dan un giró inesperado, más cuando las traiciones son pan de cada día y más si vienen de las personas más cercanas.

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora