Capítulo 22

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Luego de haber calmado a su pequeña hermana dejándola descansar comenzaron a investigar quién había mandado la carta, pero este se ocultaba muy bien, hasta que recordaron que sus padres le había declarado la guerra a la pequeña.

Fueron a la casa de estos y encontraron a ambos sentados en el sillón del living. Se pusieron delante de sus padres y tiraron la carta enfrente de ellos, la madre no tenía ni idea del contenido que había en aquella carta, pero el padre suspiró y acepto ser él.

Sin saber que estaba aceptando su muerte.

Ran noqueó a su padre y Rindou a su madre de un golpe seco en la nuca para que no fastidie, no sin antes decirle que observé por última vez a su esposo. Dejo tirada a su madre en el sillón y entraron unos hombres llevando a su padre en el maletero atado y mordazado de piez y manos como un cerdo a punto de ser degollado.

Se alejaron de Roppongi y se adentraron a una fábrica abandonada, la cual estaba en mal estado, perfecta para hacer de las suyas. Ran con un movimiento de mano hizo una seña a sus hombres y estos rápidamente entraron una mesa deja doña a un costado. Luego en varios maleteros trajeron varias herramientas de tortura y tres inyecciones de las cuales una no se sabía que contenía, está tenía un color verde claro.

Terminaron de acomodar todo y trajeron a su padre el cual seguía inconsiente, lo ataron nuevamente de pies y manos dejándo su mordaza colgando de su cuello por si se ponía a hablar como un loro o gritar.

Rindou hizo una señal a uno de los hombres y este tomo un cubo de agua y se lo tiro al padre de estos, el cual al sentir el agua helada despertó rápidamente algo aguitados.

-Largo - dijo Ran con un tono serio.

Los hombres hicieron una reverencia y se retiraron rápidamente vigilando a su alrededor para que no entre nadie y si llegaba a pasar alguien por ahí ser eliminado.

-¿Qué mierda creen que están haciendo? - grito el hombre enojado - DESATENME EN ESTE PUTO INSTANTE.

-¿Desatarte? - murmuró Rindou - ¿Por que deberíamos desatarte?

-Haitani's, DESATENME ahora mismo - gritó.

-¿O qué? - pregunto Ran con voz de autoridad.

-Juro que me la van a pagar - gritó comenzando a moverse intentando desatarse, pero era inútil. Las cuerdas que le habían puesto eran bastante resistentes y fuertes, ya que sabían la fuerza que podría llegar a tener su padre.

- ríe - No, tú nos la vas a pagar - murmuró Ran con una sonrisa.

-Les repetimos una y otra vez que con nuestra linda hermanita no se metan, pero al parecer les gusta pasarse nuestras advertencia por el orto. - hablo Rindou acercándose de apoco a su padre.

-¿Sabes cuánto nos dolió encontrarnos con nuestra hermanita en mal estado? - murmuró Ran acercándose a su padre - Ver su cuerpo más flaco y pálido, sus ojos negros sin vida, su voz fría y cortante y sin su hermosa sonrisa.

-Ver cómo estuvo el día en que recibió esa carta y las cosas que decía cuando estaba llorando culpandose de algo que no hizo - murmuró Rindou enojado.

-Nos la vas a pagar, viejo de mierda. - habló Ran.

El padre de ambos comenzó a reír como un loco desquiciado, mientras ambos jóvenes lo observaban con una mirada neutra.

-¿Y qué harán mocosos de mierda? - pregunto - ¿Golpearme? Háganlo si tienen huevos. Cuando salga de aquí les romperé los huesos y no volverán a faltarme el respeto, mucho menos esa mocosa de mierda.

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora