Capítulo 17

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Pasó una semana y ya había encontrado al hijo de perra que dejaba entrar a mis padres, lo torture e hice una reunión en la que llamé a todos los hombres de mis hermanos y míos advirtiéndoles que si llegaba a escuchar o encontrar a otra persona que se atreva a desobedecer ante la más mínima orden serían torturados junto a su familia.

Arregle el problema de las parejitas que teníamos, ¿Cómo? Mandé a mis hombres de máxima confianza juntó a Robert, a que buscarán uno por uno y les dieran un “pequeño susto” para que no vuelvan a insistir o molestarme con el tema del compromiso, ya que me daban asco. Eran puros niños mimados y arrogantes, apuesto todos mis ahorros a que ni siquiera sabían lavarse los calzoncillos.

También empecé a trabajar en la empresa que teníamos con la marca Haitani, empecé a ganar bastante dinero y gente de confianza que eligi personalmente para que me ayude cuando esté ocupada y no pueda asistir a alguna reunión, aparté de encargarme del trabajo que mis hermanos ocupaban en la empresa.

Luego de una semana bastante aguitada tuve un momento para mí en el que iba a aprovechar en preparar varios dulces y comida para llevarles a mis hermanos, ya que hoy iría a visitarlos. Quizás se enojen, pero quiero verlos. Robert me estaba ayudando a guardar las cosas y como era en Roppongi donde ellos estaban, sería fácil entrar con la comida.

Al terminar de preparar y guardar la comida, me fui a dar una ducha, me cambié y nos dirigimos al auto, subí y Robert se dirigió a la prisión. Estaba algo preocupado porque vaya sola, por lo que decidió venir personalmente a cuidarme junto a otros hombres más. Robert era muy bueno manejando armas y peleando, asi que estaba bastante segura en sus manos, pero alguna que otra mano más, nunca viene mal.

Luego de unos minutos en auto llegamos. Bajé del auto con una gran sonrisa y comencé a caminar en dirección a la puerta de la prisión.

POV: Ran Haitani

Nos encontrábamos en el patio de la prisión junto a los demás prisioneros los cuales eran muy débiles y estúpidos. Estábamos muy aburridos, aparte de que el calor que hacía no ayudaba mucho que digamos.

Algunos presioneros hacían gimnasia, charlaban, otros se insultaban para pelear y nosotros solo nos dispusimos a ver desde la sombra sentados como se mataban entre todos hasta que apareció un hombre nuevo, bastante alto y corpulento con muchos tatuajes en el cuerpo, decían que era el "líder" de los reclusas.

Al vernos se dirigió hacia nosotros buscando pelea, miré a mi hermano de reojo y esté me sonrió de lado, mientras volvíamos a poner nuestros ojos en aquel grandulón.

-Asi que ustedes son los nuevos dueños de Roppongi, no parecen ser tan malos como me dijeron. - habló burlón mientras sonreía y nos mostraba los dientes.

-¿Qué tal si me demuestran -interrumpido-

Rápidamente tomé un fierro y se lo encaje en toda la cara, Rindou en un movimiento rápido comenzó a golpearlo repetidas veces, seguidos
de más golpes de mi parte. Nos sincronizabamos bastante bien, asi que no había problema. Unos minutos después terminó en el piso inconsiente.

-Eres muy ruidoso... - hablo Rindou

En eso vemos cómo se iban acercando algunos guardias, algunos se llevan al tipo y otro viene hacia nosotros.

-Haitani's tienen visitas.

-¿Visitas? - pregunté

-Si, acompañenme, por favor - finalizó dando la vuelta y dirigiéndose dentro de la prisión.

Miré a mi hermano algo confundido y él me miró igual, seguimos al guardia y nos llevó al área de visitas. Habían algunas personas saludando a sus familiares o parejas, pero el hombre siguió de largó. No me fie y tome con fuerza él fierro el cual seguía conmigo y Rindou estaba atento a todos sus movimientos.

Nos hizo entrar a una sala apartada y se fue detrás nuestro, se abrió otra puerta dejando pasar a otro guardia y ahí apareció nuestra pequeña hermana. Nos acercamos ambos rápidamente y le dimos un cálido abrazo que duró unos minutos. Al separarnos nos fuimos a sentar y nos miró de arriba hacia abajo algo enojada y luego suspiró.

-¡Robert! - llamó.

En eso entra Robert con varias bandejas de comida y unas bolsitas con muchas golosinas, supuse que las había hecho ella, ya que es muy buena en la cocina.

Obviamente aprendió del mejor.

Rindou vio embobado las bandejas de comida y las de golosina, extrañaba comer la comida de luna aunque no lo admitiera.

-Coman - dijo seriamente.

No lo pensamos y comenzamos a comer como si no hubiéramos comido por semanas, cosa que pasó ya qué la comida de aquí es una asco.

Levanté la mirada y nos estaba mirando con una sonrisa mientras comíamos.

-¿Quién te hizo eso? - preguntó Rindou enojado.

-¿Hmm? - comenté con la boca llena.

Rindou señaló la muñeca de luna en donde se podía apreciar la marca de un agarré. Como si alguien la hubiera agarrado fuertemente la muñeca.

-trage en secó la comida - ¿Quién fue? - pregunté enojado.

-El viejo - respondió sin más.

-¿ESE VIEJO DE MIERDA SE ATREVIO A TOCARTE? - gritamos.

Luna solo miro para otro lado

-¡LUNA!

Nos levantamos de nuestro asiento y nos sentamos al lado suyo mirando si no tenían algún otro moretón y por suerte no tenía más.

-Estoy bien, no se preocupen. Ese viejo ya me las pagó - comento con una sonrisa.

-¿Cómo? No entiendo. - hablo Rindou confundido igual que yo.

En eso se nos acerca Robert lentamente y nos muestra dos  imagenes por el celular. La primera era la de nuestro padre saliendo del edificio bastante lastimado y la segunda imagen era como si un tanque hubiera chocado la pared de la sala del departamento. Nos sorprendimos y miramos a luna, desvió la mirada rápidamente.

-¿Eso lo hizo luna? - le pregunto Rindou a Robert, este sonrió ampliamente.

-Hizo un comentario bastante desagradable de ustedes y la señorita se enojó y lo pateo en el estómago fuertemente. - comentó orgulloso y con una sonrisa.

-¡ESA ES MI HERMANA! - grito feliz Rindou mientras abrazaba a luna la cual estaba bastante avergonzada.

-¡Oye, yo también la quiero abrazar! - grité.

Una de las formas de que luna demuestre su fuerza al 100% es haciéndola enojar haciéndo o diciendo algo de nosotros. Sino es inútil que demuestre de lo que es capaz.

Estuvimos hablando unas horas hasta qué nos contó lo que estuvo haciendo y ocurriendo la semana que no vino.

-Esos imbéciles siempre aprovechan cuando no estamos - suspiré enojado.

-Tenemos que salir de aquí y romperles los huesos a esos hijos de puta, en especial al viejo. - habló Rindou enojado - Le romperé los brazos para que no le vuelva a poner un dedo encima y luego le cortaré la lengua para que no se atreva ni siquiera a pronunciar el nombre de luna.

-NADIE toca a nuestra hermana y vive para contarlo - continúe bastante enojado.

-Ya~ - comento avergonzada tapándose la cara.

-Se sonrojó la princesa~ - se burló Rindou abrazándola y yo me les uni.

Muchos niños se asustarian ante nuestra forma de ser, pero Lu no.

Recuerdo el primer día que Rindou y yo nos agarramos a trompadas con unos idiotas. Volvíamos a nuestro departamento, estábamos preocupados por cómo sería la reacción de luna. No queríamos que nos odie o algo por el estilo, no lo soportariamos, pero al vernos cubiertos de sangre, antes de asustarse o decirnos algo, corrió a ver nuestras heridas llorando.

Mientras le decia a Robert que trajera varios botiquines, apenas sabía para que servía la mitad de las cremas y medicamentos que había dentro, pero aquí entre nosotros, no era muy buena colocando vendas, pero Robert le indicó cómo hacerlo y está aprendió rápidamente.

Sin duda es una hermana increíble, no la cambiariamos por nada del mundo.

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora