Capitulo 34

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Luego de una larga platica con Shinichiro, la joven se dispuso a tomar el valor y llamar a su doctor para infórmale de la decisión que había tomado. Se podía ver la felicidad que su doctor tenia en el rostro, pero también una terrible tristeza ya que la joven había decidido su final, el cual seria la "Sedación terminal" la cual es una inyección que te dan cuando un paciente esta al borde de la muerte y se la inyectan para que en los últimos minutos de vida, no sufra ningún tipo de dolor para poder irse en paz.

Ese mismo día cuando los doctores terminaron de hablar por unas horas luego de que la joven este un año sin querer hablar y ver a nadie, llegaron a un acuerdo, el cual seria que le darían dicha inyección unos días antes, para que no sufra todo lo que se estaba esperando y que sus hermanos y/o amigos tengan que presenciar verla en ese estado por el cual iba a pasar.

El doctor salió de la habitación de la joven corriendo a su despacho para poder tomar el celular y llamar a los hermanos de la pequeña.

-Hola, doctor. - se escucho la voz apagada del menor de los Haitani. 

-Señor Rindou, lamento mucho la hora.

-¿Le paso algo a Luna? - pregunto alterado - ¿¡Qué paso con Luna!? - se escucho de fondo al mayor de los Haitani, el cual corrió hacia su hermano para escuchar lo que estaba sucediendo.

-No, no le ocurrió nada, vengo a darles buenas noticias. - hablo feliz. 

-Díganos.

-Quiere verlos. - dijo sin vueltas. 

-¿Qué...? ¿N-no es una broma? - murmuro el menor con la voz entrecortada. - ¿E-Eso es cierto? 

-¿Que dijo? - pregunto el mayor del otro lado. 

-Luna quiere vernos... - le respondió a su hermano.

-¿¡Qué!? - dijo quitándole el celular. - ¿¡Es verdad, doctor!?

-Por supuesto. - dijo intentando no llorar. - Acabo de hablar con luna, me dijo que quiere verlos.

-¡¡¡OH POR DIOS, RAN!!! - grito el menor abrazando con fuerza a su hermano mayor comenzando a llorar de la felicidad. 

-¡¡¡¡RINDOU, NOS QUIERE VER. LUNA NOS QUIERE VER!!!

Luego de un año y unos cuantos meses, puede volver a ver a su hermanita. 

Mientras esos dos gritaban de la felicidad, del otro lado estaba el doctor con el celular en su oido sonriendo ante la reacción de ambos jóvenes.

Mientras esos dos gritaban de la felicidad, del otro lado estaba el doctor con el celular en su oido sonriendo ante la reacción de ambos jóvenes

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Al otro día la joven se encontraba bastante nerviosa. Se había despertado muy temprano por la mañana para poder estar preparada para verlos, hizo que las enfermeras la ayuden a higienizarse, comió hasta donde podía y volvió a su camilla. Mientras esperaba comenzó a jugar con sus manos, para después mirar por la ventana viendo allí el cielo azul junto algunas nueves blancas que iban pasando lentamente. Se podía escuchar el canto de los pájaros, los cuales algunos se paraban en su ventana unos segundos para volver a irse volando.  

-¿Y si no vienen? - pensó nerviosa mirando sus manos - ¿Y si se cansaron de tener que estar esperándome y decidieron hacer su vida lejos de la mía? No digo que este mal que hagan su vida, en si esta perfecto ya que eso demuestra lo fuertes que son y que pudieron seguir adelante, pero ¿Qué pasaría si no vienen o no quieren...? ¿Cómo me sentiría yo si...? - negó con la cabeza - Pero... - dijo con los ojos nublados. El miedo de que no aparezcan sus hermanos simplemente le dolía, mas al saber que ella les dijo de una manera algo indirecta que les daban miedo. 

-Soy una idiota, como puede hacerles eso... - pensó con ganas de llorar - Debieron haber sufrido demasiado por culpa mía, pero también lo hice para que no sufrieran al verme deteriorándome de apoco... ¿Hice mal? Tengo miedo.... 

Los segundos pasaban volviéndose minutos y esos minutos horas donde la joven seguía echándose la culpa de todas las decisiones y cosas que había tomado, aun si le habían dado la oportunidad de volver nuevamente al pasado y empezar de cero, sentía que la volvía a cagar, pero esta vez en grande.

Se podía decir que tenia miedo, pero mas que miedo, era miedo a la soledad. Le aterraba estar sola aun si ella se la pasaba negándolo. "Me da igual estar sola" "La soledad es mi amiga" se repetía contantemente para no caer en la oscuridad. Era como si su mente intentara defenderla todo lo posible, pero a veces no siempre gana.

Cuando estaba por rendirse y aceptar el echo de que era mejor estar sola, de que su mente le juegue una mala pasada, se escucharon pasos acercándose con rapidez. La joven seguía cabizbaja, ya que no era la única paciente en ese lugar. Antes de que pudiera decir algo mas, la puerta fue abierta abruptamente, pero esta no levanto la mirada, le daba miedo hacerlo.

-¿Y si es el doctor? - pensó comenzando a temblar. No quería levantar la mirada y ver allí a sus doctores viéndola con aquella mirada de tristeza. 

-Luna... - murmuro un hombre. Aquella voz grave que su hermano mayor iba comenzando a tener. 

La pequeña se tenso unos segundos al escuchar su nombre, levantando la mirada de apoco viendo allí a sus dos hermanos mayores. Se miraron por unos pocos segundos, esos segundos los cuales parecieron eternos para ambos hermanos.

-¡Onii-chan~! - grito la pequeña comenzando a llorar estirando sus manos hacia ambos jóvenes. 

Ambos hermanos comenzaron a llorar corriendo hasta su hermana abrazándola con fuerza, entre gritos y lagrimas gritaban el nombre del otro. La joven se aferraba a la camisa de sus hermanos ocultando su rostro entre medio de ambos, en cambio sus dos hermanos mayores abrazaban a su hermanita posesivamente con miedo de que eso sea solo un sueño y al despertarse las cosas sigan igual que años atrás, pero no lo era, no era un sueño, por fin podían abrazarla, mientras detrás de la puerta de la habitación se encontraba el doctor, el cual lloraba viendo con una gran sonrisa como volvían a estar los tres hermanos juntos.

Cerro la puerta dándoles su privacidad observando como algunas enfermeras observaban al doctor con una sonrisa y lagrimas en los ojos para volver a su trabajo.

-Desahógate y sonríe, pequeña... - susurro secándose las lagrimas - Tus hermanos mayores están contigo... ya no estas sola...

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora