Capítulo 29

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Había despertado. Sus plegarias habían llegado a ella, logrando que despierte.

-¡Banderita! - gritó acercándose desesperadamente comenzando a dar muchos besos en su rostro - Mi amor... - dijo entre lágrimas depositando un beso en sus labios, para después abrazarla con fuerza.

La puerta se abrió abruptamente dejando ver a los doctores que habían visto por las cámaras como había despertado. Se acercaron empezando a ver sus signos vitales, respiración, pulsaciones, todo.


Pov: Ran Haitani.

Nos encontrabamos firmando unos documentos con Rindou en la oficina. Íbamos a firmar un contrato muy importante en unos dias y estábamos preparando todo el papeleo para tenerlo listo.

Bip Bip

Se escuchó como mi celular sonaba en la mesa. Lo tomé y vi que era Mikey, atendí de inmediato.

-¿Mikey que pasó? - dije preocupado llamando la atención de Rindou.

Mikey iba todos los días a la mañana a verla, mientras nosotros estábamos en la oficina, asique si nos llamaba era porque algo sucedió.

-¿Le paso algo a luna? - gritó Rindou poniéndose al lado mío.

-Despertó... - susurró Mikey del otro lado.

-¿Qué? - dije entre lágrimas asustando más a Rindou

-¿Ran que pasó? ¿Luna está bien?

-¿E-estas seguro? - pregunté.

-¡Si! - respondio del otro lado de la llamada - Los doctores entraron para hacerle algunos chequeos. Esta despierta Ran. Luna despertó.

-¿¡Ran!? - grito su hermano

-Desperto hermano... - dije mirando al menor soltando el celular estrellándose contra el suelo. - Luna despertó...


Pov: narrador omnisciente.

El menor comenzó a llorar. Luego de tres meses su hermana había despertado causando una gran felicidad en ambos hermanos. Secaron sus lágrimas y salieron rápidamente de la empresa, subieron al ascensor y apretaron el piso 0 que los llevaba al garaje donde estaba su auto. No dejaron que las puertas se terminen de abrir para salir disparados al auto. El mayor saco sus llaves deñ bolsillo de su pantalón aparentando un botón que abría las puertas, entraron y a toda velocidad se dirigieron al hospital.

25 minutos después llegaron bajando torpemente del auto dirigiéndose a la habitación de su hermana. Corrieron por aquellos pasillos hasta entrar abruptamente a la habitación.

-¡Luna! - gritaron al unísono.

Y ahí la vieron. Su hermana estaba recostada en la camilla mirándolos con una leve sonrisa mientras dejaba caer unas cuantas lágrimas, su pareja que estaba al lado suyo con lágrimas en los ojos, se alejó un poco para que ellos pudieran abrazarla.

Se acercaron a la camilla abrazandola, mientras ella lloraba de alegría acariciando suavemente la cabeza de ambos hermanos. Unos minutos después se alejaron un poco para ver a su hermana. Estaban más que felices, pero también aliviados de que allá despertado, ya que nunca podrían llegar a inyectarle aquella droga a su propia hermana.

No tenían el valor de hacerlo.

Los tres jóvenes se quedaron en aquella habitación sin querer alejarse un milímetro de la joven. Si antes eran un poco cuidas, ahora lo serían más que nunca.

Los doctores les dijeron que por el momento no mostraba ningún tipo de problema y que con reposó podría recuperarse, pero que no debía exigirse mucho. No podía hablar, menos moverse, asique los tres jóvenes estaban pendientes a todos sus movimientos intentando que no haga ni el más mínimo esfuerzo. 

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Una hora después se escuchan pasos correr hacia donde estaban, los cuatro supieron de inmediato de quienes se trataban.

La puerta se abrió y se pudo apreciar como estaban los amigos de la joven. La primera en acercarse a abrazarla fue Emma, quién lloraba desconsoladamente arriba suyo. Sus hermanos al igual que los Haitani intentaron apartarla pero está no quería alejarse nisiquiera un milímetro, haciendo reír a la joven.

Mientras sus hermanos y su pareja le lanzaban una mirada de “no puedes reírte, te hará daño" pero solo seguía riéndose y más por las miradas que le lanzaban a todos los que se le acercaban con intensiones de abrazarla.

40 minutos después un doctor tuvo que pedirle a los presentes que se retiren de la habitación para que la joven pudiera descansar.

Salieron y él doctor le cambió el suero a la joven poniendo uno nuevo, mientras los demás veían todo atraves de la ventana que había. La joven no pudo evitar reírse por lo bajo por como seguían cada movimiento que hacia esté.

-¡NO TE RÍAS! - gritaron al unísono haciendo reír más a la joven que luego empezó a quejarse por el dolor.

-Testaruda... - murmuraron sus hermanos mirándola.

Emma sin poder evitarlo largo una risita por lo bajo llamando la atención de los demás.

-Se sigue riendo, jajaja - dijo sin poder evitar reírse contagiando a los demás al ver como su hermana los miraba riéndose, mientras el doctor la regañaba teniendo que cerrar las cortinas para que se tranquilice.

Su rayito de luz había vuelto para  calmarlos y volver a traer felicidad en sus vidas.

𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora