Capítulo 15.

2.7K 142 23
                                    

El primer rayo de sol del estado de California, se adentró por el ventanal de la habitación 621 del hotel de la ciudad de San Diego, iluminando los dos cuerpos desnudos que únicamente estaban cubiertos de una fina sábana blanca.

Una melodía que Colin, como buen apasionado de la música, supo que canción era al instante, advirtió que era hora de levantarse. El año pasado había sido igual, a las nueve en punto de la mañana ponían música en todas las plantas del hotel para despertar así a los actores y actrices y que se fuesen preparando para el día que les esperaba, cargado de entrevistas, sesiones de fotos y lo más importante, el panel de cada serie donde les hacían millones de preguntas a todos los actores de un mismo cast.

El agotamiento de Jen se dejó ver cuando ni la música fue capaz de despertarla. Colin se tomó unos minutos para admirar su rostro dormido iluminado por el sol. Sin duda alguna, fue ahí, en el mismo instante en el que la vio descansando con suma tranquilidad en su pecho, cuando se dio cuenta de que quería despertar siempre al lado de esa mujer que horas atrás le estaba haciendo tocar el cielo con ambas manos.
No supo cuanto tiempo estuvo embobado y perdido entre cada detalle del rostro de la rubia, pero una vez que consiguió reaccionar, pestañeando un par de veces, se inclinó para dejar un regado de castos besos en su estilizado cuello que consiguieron despertarla.

-Uhmm... -Murmuró Jen mientras rodeaba con ambos brazos el cuello de Colin.- Es pronto... Me duele la cabeza, me duele todo el cuerpo... Tengo sueño, déjame dormir...

-Son las nueve y diez. -El irlandés no pudo evitar reír con levedad ante su actitud digna de una niña pequeña.- Teniendo en cuenta el alcohol que injeriste anoche lo raro sería que no te doliese la cabeza.

-Y si no me doliese el cuerpo, también sería raro. -Agregó la rubia con voz ronca de recién despertada a la par que guiñaba un ojo.

Toda expresión de niña pequeña que poseía minutos atrás se borró cuando dijo aquellas palabras. Mostrando una sonrisa ladina que consiguió volverle loco, ¿y a quién no? Cuando Jennifer sacaba a la diosa que habitaba en su interior, cuando se dejaba ser completamente ella, a cualquier hombre podría haberle llevado por el sendero de la locura. Sin duda, aquella mujer que el irlandés tenía delante podría tener al hombre que quisiera, y con una sonrisa de esas tan suyas, a su merced. Pero no, ella sin embargo no quería a ninguno de todos los hombres que morían por ella, ella había elegido permanecer al lado del amor imposible por el que sufría cada noche. Y Colin agradecía eso. Esos ojos verdes no se merecían volverse vidriosos y brillantes por otra cosa que no fuese por hacerla alcanzar un orgasmo. Jen no se merecía derramar una lágrima más por no ser la dueña de esos ojos azules que la amaban como nadie lo había hecho.

A diferencia de su primera noche, ambos no se dedicaron miradas de culpa, ni se evitaron, al contrario. Esa mañana se dedicaron miradas cargadas de amor, todo tipo de caricias, de besos, se dejaron ser ellos mismos; dos enamorados. Incluso una vez vestidos y preparados para la entrevista, acabaron sin ropa contra la pared mas cercana, dándose cuenta que nunca iban a saciarse el uno del otro y teniendo que darse la mayor prisa posible para prepararse de nuevo.

-Estás preciosa. Eres preciosa. -Murmuró Colin, mirándola de arriba a abajo y con un brillo especial en los ojos al ver a Jen completamente lista. Luciendo un vestido rojo que cubría mas allá de sus rodillas, con un perfecto escote que realzaba su pecho y su peculiar peinado: todo el cabello recogido en una trenza al rededor de su cabeza.

Un rubor creció en las mejillas de la rubia al no estar acostumbrada a ser halagada, al menos no por un dios irlandés al que amaba.

La mañana transcurrió de un lado para otro, de entrevista a entrevista, sesiones de fotos y la melodía que acompañó al cast durante toda la mañana: sus propias risas. Todos eran como una familia y compartir momentos juntos era una de las maravillas del mundo.
Puede que Colin y Jen no se dieran cuenta, que no fueran conscientes de ello, pero durante el día y delante de las cámaras en mas de una ocasión se quedaron embobados mirándose, sonriéndose y utilizando a sus personajes para ocultar sus verdaderos sentimientos. Incluso en el panel, hubo un momento que tuvieron en público un momento cariñoso, un momento que fue correspondido por el público por aplausos y un "Ohhh" a coro. Colin se apoyó en Jen realizando un leve puchero mientras ella fingía estar consolándole. Parecía un juego de niños, pero nadie supo lo que latieron sus corazones en aquellos momentos. ¿Cuánto duraría ese juego? ¿Cuánto tardarían en darse cuenta de que todo iba más allá de las cámaras? ¿Cuánto iban a tardar en lanzarles piedras por ello? No lo sabían pero, eso si, con las piedras que les pudiesen lanzar, ellos harían su propia pared.

-¿Vas ir a la fiesta de esta noche?

-Es una broma, ¿no? -Dijo Jen a la par que se deshacía de sus tacones negros y se dejaba caer en el sofá de la habitación. Una ronca risa brotó de los labios de Colin.- ¡Oye! ¿De que te ríes? El día de hoy ha sido agotador. -Jen se hizo con el cojín mas cercano para lanzarlo directo al cuerpo de Colin pues bien sabía que se reía porque aún no estaba recuperada de la fiesta del día anterior.

Por aquel inesperado cojín contra su pecho, Colin se tiró encima de la rubia, presionándola contra su cuerpo y haciéndose con sus manos para dejarla indefensa. Se besaron, se rieron, jugaron, incluso Colin recibió algún que otro golpe cariñoso de Jen cuando este la hacía cosquillas en su vientre o le propiciaba un mordisco. Parecían dos niños pequeños, pero en un choque de miradas, en un choque de sus ojos claros, se detuvieron. Jen sabía que Colin quería hablar de algo pues hacía tiempo que con tan solo una mirada le comprendía a la perfección, para ello eran almas gemelas.
Colin rodeó la espalda de Jen para inclinarla, hasta sentarla a horcajadas encima de él. Ambos rostros estaban serios y por supuesto, Jen estaba esperando que comenzase a hablar, intentando controlar el tembleque procedente de su pierna izquierda, la última vez que contempló aquella mirada fue en el camión en el cual se despidieron.
Los segundos parecieron convertirse en una eternidad pero por fin, el irlandés entreabrió sus labios para dejar salir las palabras de su boca.

-Quiero hacer las cosas bien. -En cuanto vio que Jen estuvo apunto de hablar o mejor dicho, seguramente preguntar, posó la yema de sus dedos en los labios femeninos y su otra mano en el muslo de la rubia, acabando así con su temblor.- Se que es una situación difícil pero no voy a vivir mi vida como se deba, si no como quiera. Y si para ello tengo que soportar el odio de personas, las malas miradas y los malos comentarios... Merecerá la pena siempre que los reciba de tu mano. Jennifer, me has dado vida. Las ganas de reír hasta por la más insignificante de las cosas. ¿Y yo que te he dado a cambio? Noches en vela y de soledad en tu cama.

Los ojos de Jen mostraban confusión, desconcierto, asombro y una mezcla de sentimientos que ni ella supo explicar. Tuvo que preguntar para poder comprender las cosas. Por supuesto que Colin se había explicado a la perfección el problema era que ella, no se creía lo que oía.

-¿Estás diciendo qué...?

-Que cuando llegue hablaré con Helen y... Le pediré el divorcio. -Jen no pudo ni terminar la pregunta, la respuesta de Colin la interrumpió.

Jen envolvió en sus brazos el cuerpo de Colin en un cálido y duradero abrazo. No dijo nada más pues aunque por dentro una parte de ella estuviese saltando de alegría no le parecía adecuado mostrar su alegría interna. Se iba a divorciar de su mujer por ella y Jen sabía que pese a lo feliz que se mostraba con ella, él la necesitaba, había pasado muchos años de su vida con Helen y aquello no iba a ser fácil. Por supuesto eso nadie lo iba a entender, nadie iba a darse cuenta de lo destrozado que iba a estar Colin, él iba a ser el malo de la historia y aún así, lo eligió para estar con ella.

-Colin... No pensemos en nada de eso ahora, ¿vale? Disfrutemos lo que queda de viaje y cuando regresemos... Veremos lo que hacemos y saldremos de esta. Juntos.

No se separaron en toda la noche, a diferencia de la anterior, no tuvieron ningún encuentro sexual si no abrazos, caricias y "te quieros" en medio de besos, y una película romántica en la cual Jen se quedó dormida en el pecho del irlandés, quien con sumo cuidado la trasladó hasta la cama para quedarse un buen rato observándola, queriendo adentrar en sus pensamientos para hacerla feliz hasta en el mundo de los Sueños.

Ilusiones, sueños... Características comunes del ser humano. Se amaban tanto que pintaban su propia realidad, haciéndolo todo fácil pero... La realidad y los finales felices están muy lejos de conseguirse con facilidad, y ellos se dieron cuenta pronto de ello.

Más allá de las cámaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora