Tortura. Eso describió los siguientes meses. No se sintieron incómodos al grabar escenas juntos, eran los dos muy profesionales y, al contrario, aprovechaban las escenas que compartían sus personajes para demostrar todo lo que guardaban dentro. Pero fuera de las cámaras, en el momento que se apagaban las luces, no eran mas que dos extraños. Dos extraños que con el mínimo roce inesperado sus cuerpos ardían reclamando ser tocados por el ajeno. Y aquellas miradas que se acariciaban desde cualquier punto del set, si, no siempre se necesita el tacto para acariciar. Ellos acariciaban las entrañas del otro con tan solo una mirada.
El sol era sus cómplices, el sol iluminaba sus fingidas sonrisas como si nada ocurriese pero al caer el día... La luna reflejaba el interior del castaño y la rubia. Un interior roto, desarmado, incompleto y vacío, pues le faltaba la esencia del otro.El final de la temporada se acercaba y por cosa del destino o pura casualidad, el episodio acababa nada más ni nada menos que con un beso de sus personajes.
Estaban listos. Él ya tomaba asiento en el exterior del Granny's y ella se encontraba en la puerta dispuesta a emprender su paso hacia él en cuanto gritasen "Acción".
¿Cómo no iban a transmitir? ¿Cómo no iban a tener química sus personajes? ¿Cómo? Si sus personajes no eran mas que un disfraz para poder dejar ver lo que sentían. Si ni Emma ni Garfio ni cualquiera de los presentes se amaban como lo hacían Jen y Colin.
-¿Cambiaste tu barco por mi? -murmuró Jen con su cuerpo metido totalmente en el personaje de Emma pero con su mirada dejando ver el amor que sentía por él.
-Si.
Y fundieron sus labios en lo que al principio, fue un beso lento y delicado. Por supuesto, cada uno quiso devorar la boca ajena pero no podían salirse del guión. De un guión... De un par de palabras que les obligaban a realizar cada uno de sus actos. ¿Aquello sería sus vidas? ¿Un guión que ya estaba escrito y que no podían salirse de él? ¿Quién se había atrevido a separar un amor tan inmenso? Que importaba... Lo único importante en esos momentos fue saciar el anhelo que sentían el uno del otro. Y bendito el momento en el que los guionistas quisieron repetir la escena una y otra vez hasta que quedaron satisfechos. Nadie fue consciente de ello pero fue de admirar como alguno de los dos estropeaba el final de beso con la mas insignificante de las cosas para tener que empezar desde el principio, y por ende, volver a besarse.
Pero en cuanto la escena finalizó todo paso a ser lo mismo que hacia una hora escasa. Dos desconocidos vagando sin rumbo por las calles de Maine buscando desesperados aquello que les daba fuerzas para continuar; que los ojos ajenos seguían cargados de sentimientos. Puede que lo mejor era olvidarse el uno del otro, pero si en algún momento de sus eternos días desde que no los pasaban juntos, no hubiesen visto en sus miradas el reflejo del amor que sentían ambos, hubiesen perdido el poco juicio que les quedaba.
-¿Vas a San Diego, no? A la Comic Con de este año. -Sobresaltó Colin a Jen por detrás obligándola a dar un leve brinco. Conocía la respuesta de sobra pero era la única manera que encontró para romper aquel hielo que ellos mismos habían creado.
-¡Claro! -Exclamó Jen intentando calmar los nervios que le provocaba su voz y su cercanía.
-Jen... -Comenzó a decir el irlandés sin si quiera tener idea de lo que venía a continuación.
-Nos vemos en San Diego, Colin. Disfruta estos días en Irlanda. -Y tajante, y cortando sus palabras, salió del set, subiéndose al taxi que la llevó directa al aeropuerto.
Tiempo atrás hubiese sido Colin quien en su coche, la hubiese llevado. Pero por desgracia... Todo había cambiado. Menos sus sentimientos.
En cuestión de horas, el avión con destino a Irlanda aterrizó y tan solo media hora tardó Colin en llegar a su casa.
-Helen... Ya estoy aquí. -En su voz se pudo ver el cansancio, y no solo por el viaje, si no porque su vida durante un par de días, hasta que viajase a San Diego, sería la misma mentira que llevaba viviendo desde hace tiempo. Y pese a sentirse un miserable, durante el viaje estuvo pensando en decenas de excusas para que en esos dos días, no hiciesen el amor y tan solo compartiesen un par de fríos besos carentes de los sentimientos que sentía por ella hacía un par de años, que sentía hasta que el torbellino de cabellos dorados entró en su vida.
-Colin... -Si quiera se acercó a él, ni se lanzó a sus brazos como hubiese hecho tiempo atrás.- Quiero que dimitas. Quiero que dejes la serie.
Colin no podía creerse las palabras de aquella que era su mujer. ¿Cómo era capaz de decirle algo así? Ser actor era su sueño desde... Siempre. Y el papel de capitán Garfio era lo mejor que había tenido. El furor que había causado y el gran avance en su carrera desde que había entrado en la serie que se emitía en ABC. No. Ella no podía pedirle algo así, aunque claro estaba que él no estaba para hablar después de lo ocurrido.
Las palabras que se dedicaron no tardaron en convertirse en gritos que resonaron en las cuatro paredes de la casa irlandesa. Quizás una de las discusiones más grandes en sus años de casados, una discusión que fue interrumpida por el llanto del hijo de ambos. El llanto que finalizó la discusión, instalando un frío silencio en la casa, un silencio que perduró en los dos días siguientes.
Por suerte, al día siguiente tomaría el avión que le llevase a San Diego. La enorme convención de cuatro días de diversas series que se situaba en el estado de California. Cuatro días junto aquellos que eran su segunda familia... El cast de su serie. Cuatro días despejado de todo. Pero cuatro días en los que ni Jen, ni Colin, se hacían una mínima idea de lo que iba a ocurrir en aquel lugar. San Diego... El lugar donde todo volvería a cambiar en las vidas del irlandés y la rubia.Cuando ambos tomaron ese avión con destino a California, si quiera pasaba por sus mentes lo que estaba por venir... Ni los acontecimientos que se iban a dar allí. Pero no tardarían en descubrir lo que el destino tenía preparado para ambos.
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Más allá de las cámaras.
Romance«El hecho de que él, lleve un anillo con un nombre, no significa que su corazón, no pueda latir por otra persona.» Jennifer Morrison, una joven de Los Ángeles y actriz en una serie, se enamora de su compañero de trabajo, Colin O'Donoghue un atractiv...