Capítulo final.

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El grito de Jennifer fue tan desgarrador que cualquiera que lo escuchase podría haber sentido su dolor. Su frente estaba sudada, las lágrimas brotando de sus ojos, su respiración agitada... Y otro grito más. Cada uno, dolía más que el anterior.
Todo finalizó con un último grito ahogado resonando por las cuatro paredes, el último grito de dolor...

Recuerdo de Jennifer; Flashback~

Había comenzado a hacerme con esta situación. Había comprendido que entre Colin y yo nada podría ser público hasta terminar la serie. Había aceptado a sonreír falsamente cuando lo veía con su "esposa" ante las cámaras. No voy a mentir. A veces dolía. A veces dolía pasar las noches sola, dolía verle con otra. Dolía extrañar sus caricias o el calor de su piel con la caída del sol. Dolía la soledad, dolía verme sola, dolía sentirme como "la otra"... Pero todo se esfumaba cuando él me miraba y me sonreía, el dolor desaparecía cuando le tenía cerca y cuando me recordaba al mirarlo que, al fin y al cabo, él era mío. Incluso si lo nuestro no saliese bien, íbamos a ser el uno del otro siempre. Y no hablo de un "mío" de posesión.

Volví a la realidad cuando vi que estaba dando comienzo el panel y la entrevista con los fans que íbamos a compartir Colin y yo. Lucía atractivo, se veía perfecto con ese jersey gris y la chaqueta marrón. Aunque llevase cuatro años viéndolo casi a diario no me acostumbraba a él, nunca se calmaría ese revoltijo en mi interior al verle.
Nada más tomar asiento, lo primero que le preguntaron fue por su... ¿pie? Oh si, lo había olvidado. Se rompió el pie el fin de semana pasado mientras hacíamos senderismo.

–Me he roto el pie grabando el capítulo musical.

Emití una carcajada que traté de ocultar apretando mis labios. Astuto, O'Donoghue. Buena excusa para no decir que caíste provocando la rotura de tu pie al pisar mal mientras corrías para alcanzarme hacia el Lago Bedwell. Se me contrajo el estómago al recordar los momentos compartidos en aquel lago de Vancouver, y él sabía que estaba pensando pues me dedicó una de sus sonrisas acompañada de su lengua deslizándose por su labio superior.

Cogí aire y traté de centrarme en las preguntas. Aquel hombre era un maldito infierno que no dejaba de hacerme arder. No juegues con fuego, O'Donoghue, no vaya a ser que te bese delante de todos ellos.

El tiempo que pasaba con él era como si me surgiesen unas alas de la espalda y volase, perdía la noción del tiempo, desaparecía todas las personas a mi al rededor y solo le veía a él.

–El día que Dios repartió el disimulo de seguro tú estabas teniendo sexo con Colin, porque lo lleváis mal de narices.

La voz de mi mejor amiga Rose me hizo apartar la vista de mi café y centrarla en ella, mirando con confusión a una Rose cruzada de brazos y una ceja arqueada. Solo me salió emitir un "¿Hmm...?"

–¡Venga ya! –Golpeó mi hombro y auch, hizo que se cayese algo del café por el movimiento.– ¡No sabéis disimular! Tenéis un trato. Lo vuestro no puede saberse hasta finalizar todo. ¿Y os habéis dado cuenta de lo que hacéis? Ay, tenemos química, que hombre tan atractivo beso, paso muchas horas con él, es mi persona favorita con quien trabajar. Cualquiera que tenga ojos puede verlo...

–Pero no dejaran de ser rumores que no vamos a confirmar... No lo hacemos adrede. Nos sale solo ser así cuando estamos juntos.

–Solo os falta un cartel de neón que diga: Tenemos sexo más allá de las cámaras y de nuestros personajes.

Me hizo reír. Me encantaba la forma de ser de Rose y lo directa que era. Aunque sé que detrás de su humor sarcástico se ocultaba una clara preocupación porque no saliese dañada de esto y porque hiciese las cosas bien.

Más allá de las cámaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora